FARC dicen estar listas, pero condicionan liberación rehenes

BOGOTA (AP) — Las FARC dijeron estar listas para iniciar el proceso de liberación de 10 uniformados en su poder, algunos desde hace 14 años, pero parecieron condicionar esas entregas a que el presidente Juan Manuel Santos autorice que activistas visiten a guerrilleros en prisión, en una demora que haría coincidir las entregas con la venidera Cumbre de las Américas, se conoció el sábado.

Los rebeldes han dicho en dos distintos comunicados, uno en diciembre y otro en febrero, que entregarán de forma unilateral a los 10 soldados y policías como un gesto de reconocimiento al trabajo de la ex senadora Piedad Córdoba y otras mujeres activistas del grupo Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz) a favor de una salida al conflicto interno del país.

Tras conocerse el pronunciamiento rebelde, la ex senadora Córdoba expresó su confianza en que no habrá retrasos en las entregas.

«Estamos seguros que vamos a salir adelante…yo creo que estamos sobre el tiempo» previsto, dijo Córdoba en declaraciones divulgadas por el noticiero de televisión Caracol.

«Confío en que gobierno colombiano @JuanManSantos permitirá visita a guerrilleros presos», escribió también Córdoba en un mensaje a través de la red social Twitter.

La ex senadora ha dicho que las liberaciones se producirían antes o en Semana Santa, es decir la primera semana de abril. Pero con el anuncio de las FARC no quedó claro si podría haber un retraso.

«Informamos al grupo de Mujeres del Mundo por la Paz coordinado por Piedad Córdoba, y a la organización Asfamipaz, que estamos listos para iniciar el proceso de liberación, en dos jornadas, de 10 prisioneros de guerra en nuestro poder», dijo la jefatura de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en un breve comunicado de dos párrafos divulgado en la jornada en su página de internet.

Las FARC dieron además su visto bueno a los llamados protocolos de seguridad, pactados entre el gobierno y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que colabora en buscar en la selva a los liberados; pero agregaron que ahora solo faltaba que Santos diera el permiso a las mujeres activistas coordinas por Córdoba para visitar a insurgentes en las cárceles.

«Manifestamos nuestro acuerdo con los ítems del protocolo de seguridad. Sólo hace falta que el presidente Juan Manuel Santos permita la visita humanitaria proyectada por Mujeres del Mundo por la Paz a los prisioneros políticos y de guerra en los centros de reclusión del país», añadió el comando rebelde.

La postura de las FARC surge después de que la víspera la propia ex senadora Córdoba dijera a periodistas que las liberaciones no estaban vinculadas a esas visitas, descritas como una gestión para conocer sus condiciones dentro de las cárceles.

Parientes y analistas consultados telefónicamente por The Associated Press expresaron su confianza en que Santos —que no había comentado el caso de inmediato— daría el permiso, y que uno de los motivos de las FARC para el aparente retraso sería hacer coincidir las liberaciones con la Cumbre de las Américas, el 14 y 15 de abril en la ciudad colombiana de Cartagena.

Oliva Solarte, madre del intendente de la policía Jorge Trujillo Solarte, de 41 años y en poder de las FARC desde julio de 1999, aseguró que confiaba en que el presidente Santos daría la autorización para las visitas carcelarias.

«Si para la liberación de los secuestrados deberán ir a visitar a los guerrilleros presos yo sé que él (Santos) no va decir que no lo hagan», indicó. «Yo sé que este obstáculo tan pequeñito él no lo va a poner», añadió.

Ariel Avila, analista de la Fundación Nuevo Arco Iris, dedicada al estudio del conflicto interno, aseguró que el comunicado rebelde podía tener dos lecturas. Una, que las bases guerrilleras podían estar molestas porque tras muchos años de demandas de sus comandantes aún no se concretaba con ningún gobierno el llamado ‘intercambio humanitario’ o canje de secuestrados por rebeldes en prisión. O, la segunda, que las FARC quieran hacer coincidir las entregas con la Cumbre de las Américas.

«Creo que quieren demorar un poquito (las liberaciones) para la Cumbre de las Américas…hacerlo coincidir (las entregas) y llamar la atención» de la comunidad internacional, dijo Avila.

Fue una posible razón en la que coincidió Alfredo Rangel, analista de la Fundación Seguridad y Democracia.

«Ahora con estas demoras el gobierno se expone a que coincidan o se acerquen (las liberaciones) a la cumbre de presidentes. Eso sería indeseable políticamente porque el gobierno no tendría ningún interés en darle ese eco internacional» a los rebeldes, dijo Rangel.

El gobierno «tendría que facilitar esas visitas (a las cárceles) independientemente de la interpretación que le den las FARC…el interés mayor, lo importante, es facilitar esa liberación», añadió Rangel.

El 6 de marzo el ministro de Justicia Juan Carlos Esguerra dijo en un comunicado que le «resultaba imposible» otorgar el permiso a Córdoba y un grupo de mujeres de ingresar a ver a rebeldes presos porque «a la luz de los últimos comunicados y declaraciones a los medios de comunicación (de la ex senadora), trascendió que el carácter de estas visitas no era precisamente el que se había enunciado».

«Mientras que siempre fueron planteadas (esas visitas) como de carácter humanitario para verificar las condiciones de quienes se encuentran privados de la libertad, ahora ha venido a decirse que se trata de la ‘cuota inicial’ del proceso de paz entre la guerrilla y el gobierno», dijo Esguerra.

Además Esguerra se mostró «sorprendido con los últimos pronunciamientos públicos en el sentido de que tales visitas tendrían como población objetivo a los ‘presos y presas políticos, de guerra y de conciencia’ —que, como dije, no existen en Colombia— y de que la Comisión de Mujeres tendría la misión de ‘mediar’, sin que el gobierno la hubiera autorizado para ello».

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