Grecia vota entre miedo y esperanza

El líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) Alexis Tsipras deposita su voto en una urna mientras vota en un colegio electoral en Atenas, Grecia, hoy, domingo 17 de junio de 2012, en los comicios más importantes desde la caída de la dictadura, según los definen los medios griegos, y cuyo resultado puede condicionar la permanencia del país en la eurozona. Casi 10 millones de griegos están llamados a votar en las segundas elecciones generales en seis semanas y que se plantean como un referéndum entre cumplir o no los compromisos de austeridad contraídos con la Unión Europea a cambio de ayuda financiera que evite la bancarrota del país.EFE/SIMELA PANTZARTZI

El líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) Alexis Tsipras deposita su voto en una urna mientras vota en un colegio electoral en Atenas, Grecia, hoy, domingo 17 de junio de 2012, en los comicios más importantes desde la caída de la dictadura, según los definen los medios griegos, y cuyo resultado puede condicionar la permanencia del país en la eurozona.

Casi 10 millones de griegos están llamados a votar en las segundas elecciones generales en seis semanas y que se plantean como un referéndum entre cumplir o no los compromisos de austeridad contraídos con la Unión Europea a cambio de ayuda financiera que evite la bancarrota del país. Deben elegir un nuevo Parlamento y Ejecutivo por un mandato de cuatro años, después de que los resultados de los comicios del 6 de mayo impidieran la formación de una coalición de Gobierno.

Los principales contendientes son un partido tradicional, Nueva Democracia, que desea modificar el plan internacional de rescate que ha mantenido a flote las finanzas griegas, y el izquierdista Syriza que creció en popularidad porque rechaza el antiguo orden político y quiere acabar con el acuerdo del rescate en rechazo a los recortes que impone.

Tanto el líder de Nueva Democracia, Antonis Samarás, como el de Syriza, Alexis Tsipras, han ejercido ya su derecho al voto. Tras votar en Atenas, el segundo cree que “Grecia ha vencido al miedo” y que su partido “abre el camino a una Grecia de justicia social, miembro de pleno derecho de una Europa que cambia”. Tsipras lo apuesta todo a que los socios europeos no se atreverán a dejar caer a Grecia porque no pueden arriesgarse a las consecuencias. Por su parte, Samarás, que ha votado en Pylos, una localidad del Peloponeso, cree que mañana comienza «una nueva era» en el país, después de que «hoy hablen los griegos». El cabeza de lista del Partido Socialista (Pasok), Evánguelos Venizelos, lo ha hecho en Tesalónica, urgiendo a la formación inmediata del Gobierno: «El país debe tener un gobierno mañana, y tiene que ser un gobierno en el que se comparta la responsabilidad».

Los últimos sondeos privados realizados para los partidos políticos, a los que tuvo acceso Efe, apuntaban que ambas formaciones empatarán con entre el 28 y el 29 por ciento de los votos, o bien dan una ligera ventaja a los conservadores.

Los más de 5.000 colegios electorales abrieron a las 07.00 hora local (04.00 GMT) y tienen previsto cerrar a las 19.00 (16.00 GMT).

Poco después del cierre de las urnas se podrán conocer los primeros sondeos a pie de urna hechos por las compañías demoscópicas para los canales de televisión.

De acuerdo con el Ministerio del Interior, en torno a las 21.30 hora local (18.30 GMT) están previstos los primeros resultados oficiales del recuento, ya que se espera que el escrutinio avance más rápidamente al usar el fax y no el telegrama para comunicar los resultados a las autoridades electorales centrales.

Entretanto, el mundo observa ansiosamente a este diminuto actor de la comunidad internacional en busca de pistas sobre si la economía global seguirá por el sendero de la recuperación gradual o virará hacia otro escenario destructivo como el surgido luego del colapso en 2008 del banco de inversiones Lehman Brothers en Estados Unidos.

Una imagen aparecida el sábado en una calle de Atenas simbolizaba la percepción de desesperación, matizada con rasgos de resistencia, que prevalece en un país azotado por cinco años de recesión luego de varios años de crédito y consumo fáciles. Un indigente dormía en un umbral teniendo a un lado una caja de cartón con una ranura abierta en la parte superior con la esperanza de que los transeúntes depositaran alguna moneda. «No necesitamos al euro», rezaba el lema en carteles proselitistas de un pequeño partido de extrema izquierda que estaban colocados en un muro colindante.

«La gente está angustiada por sus ahorros, sus empleos, su seguridad, su futuro y el de sus hijos», expuso Stathis Psillos, profesor de filosofía en la Universidad de Atenas, en un correo electrónico.

Las elecciones del domingo pueden ser fundamentales para determinar si Grecia sigue en la Eurozona, y muchos creen que la existencia misma de la Eurozona se encuentra en juego.

Más relacionadas