Atentado de Boston dificulta debate sobre reforma migratoria

Washington, 22 abr (EFE).- El Comité Judicial del Senado de EE.UU. analizó hoy en una multitudinaria audiencia los elementos de la reforma migratoria, en unos momentos en que el atentado en el maratón de Boston del lunes pasado ha dificultado el clima político para sacarla adelante.

Aunque en una escala mucho menor que los atentados del 11-S, que sepultaron la reforma migratoria en 2001, el atentado en Boston, cuyos presuntos autores son dos hermanos de origen chechén, Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, ha hecho que varios líderes republicanos pidan demorar la reforma.

Dzhokhar, de 19 años, quien se encuentra en estado grave en un hospital en Boston, emigró legalmente a EE.UU. en 2003 y obtuvo la ciudadanía el 11 de septiembre de 2012, según un tío suyo. Su hermano mayor, Tamerlan, de 26 años, quién falleció durante un tiroteo con la policía el viernes pasado, era residente legal.

«La semana pasada, detractores de la reforma migratoria integral comenzaron a explotar el atentado del maratón en Boston… no permitamos que alguien sea tan cruel como para intentar usar estos atroces ataques de estos dos jóvenes para descarrilar los sueños y futuro de millones de personas que trabajan duro», dijo al inicio de la audiencia el presidente del Comité, el senador demócrata por Vermont, Patrick Leahy.

El senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, miembro del «Grupo de los ocho» que negoció el plan migratorio, criticó que algunos políticos utilicen el ataque en Boston como excusa «para no hacer nada o para demorar el proyecto de ley», aunque no los mencionó por su nombre.

La reforma en cuestión «añadirá miles de millones de dólares» a la economía y «haría más seguro a EE.UU.», subrayó Schumer.

Visiblemente indignado, el republicano de mayor rango en el Comité, Charles Grassley, interrumpió a Schumer para negar que busque retrasar la reforma.

Anteriormente, replicó que no acusó a los partidarios del control de armas, entre ellos Leahy, de aprovechar la masacre en Newtown (Connecticut) en diciembre pasado.

El senador republicano por Carolina del Sur, Lindsey Graham, otro miembro del grupo negociador, afirmó: «Si el atentado de Boston nos dice algo, es que necesitamos ser conscientes de quiénes viven entre nosotros».

Para Graham, la reforma migratoria tiene que evitar los errores de la amnistía de 1986, fortalecer la seguridad fronteriza e impedir que las personas se queden en EE.UU. con visas vencidas.

La segunda audiencia en el Comité, a la que fueron convocados una veintena de activistas a favor y en contra de la reforma, se centró en los principales elementos del plan para legalizar a la población indocumentada.

En ese sentido, Arturo Rodríguez, presidente del sindicato de trabajadores agrícolas United Farm Workers (UFW, por su sigla en inglés), dijo que la medida contiene lenguaje que prohíbe «la discriminación contra trabajadores estadounidenses en la aplicación de los nuevos programas de visas».

El senador republicano por Texas, John Cornyn, elogió el proyecto de ley de 844 páginas, pero dijo que éste «se queda corto» respecto a la seguridad fronteriza y, sin cambios «sustanciales», la medida podría perjudicar la seguridad en la zona.

El senador republicano por Arizona, John McCain, ha dicho a la prensa que considera «ridícula» la idea de los senadores republicanos de Iowa, Charles Grassley, y de Indiana, Dan Coats, de ralentizar el debate migratorio porque, a su juicio, es mejor saber quiénes son y cuántos son los indocumentados y sacarlos de las sombras.

Entre los invitados a los cuatro paneles de la audiencia a lo largo de la jornada figuran, del lado pro-reforma, el vicepresidente para asuntos legales de Microsoft, Brad Smith; la activista estudiantil Gaby Pacheco; el exalcalde de Denver (Colorado) y presidente de la Cámara de Comercio Hispana de Denver, Bill Vidal, y la presidenta del Consejo Nacional de La Raza, Janet Murguía.

Del lado opuesto, figuran el director ejecutivo del Centro para Estudios de Inmigración (CIS, por su sigla en inglés), Mark Krikorian; el presidente del sindicato de 7.000 agentes de Inmigración y Aduanas, Chris Crane; el presidente del conservador «Americans for Tax Reform», Grover Norquist, y el director de investigaciones de CIS, Steven Camarota.

Se prevé que la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, acuda mañana a la tercera audiencia del Comité sobre la reforma, después de que el atentado deBoston cancelara su comparecencia el viernes pasado. EFE

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