HRW acusa a Damasco de realizar ejecuciones

Esta imagen de periodismo ciudadano proporcionada por el Comité Local de Arben, que ha sido comprobada con base en sus contenidos y otras pesquisas de AP, muestra a un hombre sirio recibiendo atención en Arben, en Damasco, Siria, el miércoles 21 de agosto de 2013. Las fuerzas del régimen lanzaron ataques con intensa artillería el miércoles en los suburbios orientales de la capital, en lo que dos grupos opositores aseguraron fue un ataque con “gas venenoso” que mató a decenas de personas. (AP Foto/Local Committee of Arbeen)

BEIRUT, Líbano (AP) — Un grupo internacional de derechos humanos acusó este viernes a las fuerzas del gobierno sirio y a las milicias que apoyan al régimen de realizar ejecuciones sumarias este año que dejaron al menos 248 muertos en dos poblados predominantemente suníes en la costa del mediterráneo.

Human Rights Watch hizo los señalamientos mientras diplomáticos estadounidenses y rusos negocian en Ginebra la suerte del arsenal químico del presidente Bashar Assad, implicado en un ataque el mes pasado que mató a centenares en un suburbio de Damasco.

El ataque, el 21 de agosto contra el suburbio de Ghouta, motivó a Estados Unidos a amenazar con una acción militar. Washington y sus aliados dicen que tropas del régimen sirio dispararon ojivas que contenían un gas nervioso contra el suburbio. Estados Unidos dice que más de 1.000 personas murieron en el ataque. Otros estimados colocan la cifra en al menos 500.

Más de 100.000 personas han muerto hasta ahora en la guerra civil en Siria.

Human Rights Watch, con sede en Nueva York, dijo en un reporte hoy que hubo masacres en los pueblos de Bayda y Banias el 2 y 3 de mayo. Dijo que el reporte se basó en recuentos de testigos que vieron o escucharon a tropas del gobierno detener y matar a sus familiares. Activistas del grupo entrevistaron a 15 residentes de Bayda y cinco de Banias, así como a sobrevivientes y activistas locales para compilar una lista de nombres de 167 muertos en Bayda y 81 en Banias.

Los dos poblados tienen poblaciones predominantemente suníes, la secta musulmana que es dominante en la rebelión contra el régimen. Están en la zona costera, corazón de la secta alauita, una rama del shiísmo y el grupo al que pertenece el presidente.

«Mientras la atención mundial se centra en asegurarse de que el gobierno de Siria no pueda usar más sus armas químicas contra la población, no debemos olvidar que las fuerzas del régimen han usado armas convencionales para masacrar a civiles», dijo Joe Stork, director para el Oriente Medio de Human Rights Watch. «Sobrevivientes nos contaron historias devastadoras sobre cómo familiares desarmados fueron asesinados frente a ellos por fuerzas del gobierno y pro gobierno».

En el reporte de 68 páginas, Human Rights Watch dice que tiene recuentos de testigos y evidencia en video para respaldar las acusaciones de que «la abrumadora mayoría» de las víctimas en los dos pueblos fueron muertas luego que choques militares habían concluido y los combatientes rebeldes se habían retirado del área. La mayoría de las víctimas fueron baleadas a quemarropa, dijo el grupo y añadió que la cifra real de bajas muy probablemente es más alta, pues es difícil llegar al área, Banias en particular, para contar los muertos.

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