Explosiones y violencia dejan 16 muertos en Egipto

Numerosos manifestantes lanzan piedra contra las fuerzas de seguridad durante una operación llevada a cabo para desmantelar una de las dos acampadas de los simpatizantes del depuesto presidente Mohamed Mursi, cerca de la mezquita de Rabea al Adauiya, en El Cairo (Egipto) hoy, miércoles 14 de agosto de 2013. EFE/Mosaab Elshamy

Egipto (AP) — Cuatro atentados sacudieron el viernes instalaciones policiales en El Cairo, incluido el estallido de un coche bomba que causó daños al principal cuartel de la capital y un museo de arte islámico, con resultado de seis muertos y decenas de heridos, según las autoridades.

Esta oleada de ataques es la peor que se registra en El Cairo en momentos en que se ha intensificado la confrontación entre islamistas y el gobierno instalado por los militares. Enfrentamientos en varias ciudades del país dejaron el viernes 10 fallecidos.

Los atentados avivaron los temores de un incremento de la insurgencia extremista en represalia por el derrocamiento el 3 de julio del presidente islamista Mohammed Morsi en un golpe militar y la posterior represión contra la Hermandad Musulmana y otros islamistas.

Horas después de las explosiones, las autoridades reaccionaron enérgicamente contra la Hermandad, a la que el gobierno acusa de estar detrás de la oleada de atentados explosivos y ataques a tiros del último mes; sin embargo, la agrupación rechaza esas aseveraciones.

Airados residentes se sumaron a las fuerzas de seguridad en los enfrentamientos con partidarios de la Hermandad que efectúan protestas diarias en diversos distritos de la capital y otras ciudades en todo el país.

En un vecindario de El Cairo, manifestantes a favor de Morsi que chocaron con fuerzas de seguridad incendiaron una caseta policial.

En la ciudad de Alejandría, en el Mediterráneo, los habitantes que lanzaban piedras y disparaban perdigones mataron a un partidario de la Hermandad cuando atacaron a islamistas que marchaban después del funeral de un estudiante fallecido el día anterior en una movilización.

Cuando la policía se replegaba en la tarde de los enfrentamientos contra partidarios de la Hermandad en el distrito de Guiza, en la capital, fue blanco del cuarto atentado con el estallido de una bomba en la calle Haram que dejó un policía muerto y cuatro heridos. La calle Haram es la principal avenida que lleva a las famosas pirámides de Guiza.

La agitación exacerbó el ambiente de caos y temor en la víspera del tercer aniversario del inicio, el 25 de enero de 2011, de la revuelta en la que fue depuesto Hosni Mubarak, el presidente autocrático que gobernó mucho tiempo Egipto.

En medio de los bombazos y enfrentamientos, las fuerzas de seguridad cerraron las principales avenidas en El Cairo y acordonaron la plaza Tahrir, en el centro de la capital, así como otras explanadas en la ciudad.

A tres años de esa sublevación en nombre de la democracia, Egipto se encuentra inmerso en una lucha entre el nuevo gobierno y la Hermandad, que había ganado predominio político en las primeras elecciones después de la era de Mubarak, pero lo perdieron ante las multitudinarias protestas civiles que propiciaron el derrocamiento de Morsi.

El gobierno al que instalaron desde entonces los militares ha desatado una violenta campaña de represión contra ese grupo, ha arrestado a miles de sus miembros y causado la muerte de cientos en las acciones de la policía para sofocar sus protestas en las que demandan la restitución de Morsi en el poder.

Las autoridades han acusado a la Hermandad Musulmana de la oleada de violencia y la declararon oficialmente una organización terrorista. La Hermandad ha dicho que las acusaciones carecen de fundamento y que son un intento de las autoridades a fin de justificar su campaña para aplastar a la agrupación.

Sin embargo, incluso quienes rechazan las aseveraciones de que el grupo ha organizado a la insurgencia temen que la represión impulse a los jóvenes desesperados que pertenecen a la Hermandad hacia la violencia extremista.

Cual sea el caso, la categorización ha contribuido a alimentar el rechazo popular contra el grupo y el respaldo a las fuerzas armadas entre la ciudadanía temerosa de los atentados extremistas, que han tenido como blancos a las fuerzas de seguridad pero que han aumento en las zonas públicas con resultado de varios civiles muertos.

Afuera del cuartel de las fuerzas de seguridad en el Cairo afectado por la primera explosión del viernes, una multitud gritaba lemas contra la Hermandad Musulmana y en respaldo del comandante del ejército, general Abdul Fatá el Sisi, el hombre que derrocó a Morsi.

«Ejecuten a Morsi y sus líderes», gritaba un hombre con un megáfono.

En un comunicado, la Hermandad condenó los atentados y dejó entrever que las fuerzas de seguridad eran las responsables para justificar una mayor represión. Dijo que los atentados explosivos eran «preludio de decisiones injustas y peligrosas».

La violencia del viernes dio inicio a las 6.30 de la mañana con el estallido de un vehículo cargado de explosivos afuera del principal cuartel de la policía en una plaza en el centro de la ciudad. Cuatro personas murieron y 50 resultaron heridas, según el Ministerio de Salud.

La explosión, que dejó un enorme cráter, también causó serios daños a edificios cercanos, entre ellos el renovado Museo de Arte Islámico, ubicado al otro lado de la plaza Bab-el Jalq.

Las autoridades inicialmente calificaron la explosión como un ataque suicida. Pero la investigación parece indicar que los autores escaparon antes del estallido.

Aproximadamente dos horas después, el estallido de otra bomba afectó un vehículo de la policía que efectuaba un patrullaje cerca de la estación del metro en el distrito Dokki, de la capital, al otro lado del río Nilo, donde causó la muerte de una persona e hirió a ocho, dijeron funcionarios.

Una tercera explosión, de menor intensidad, se registró en la estación de la policía en Talbiya, a casi cuatro kilómetros (dos millas) de las famosas pirámides de Guiza, sin que causara víctimas, agregaron los funcionarios, que hablaron a condición del anonimato por no tener autorización para informar a los medios.

Policías egipcios vigilan tras la explosión en la delegación principal de policía de Egipto en el centro de El Cairo, el viernes 24 de enero de 2014. Un coche bomba estalló en el lugar, matando a varias personas en una oleada de ataques en diferentes puntos de la capital del país. (Foto AP/Khalil Hamra)
Policías egipcios vigilan tras la explosión en la delegación principal de policía de Egipto en el centro de El Cairo, el viernes 24 de enero de 2014. Un coche bomba estalló en el lugar, matando a varias personas en una oleada de ataques en diferentes puntos de la capital del país. (Foto AP/Khalil Hamra)

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