Santos, el presidente obsesionado con la paz

Foto de Archivo: La República.

Bogotá, 6 ago (EFE).- El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, asume mañana su segundo mandato de cuatro años marcado por la búsqueda de la paz, una obsesión por la que se ha jugado todo el capital político acumulado en la lucha contra los grupos guerrilleros.

Tres días antes de cumplir sus 63 años, este economista y periodista bogotano que desde la cuna se ha codeado con las más altas esferas del poder comenzará sus últimos cuatro años de Gobierno, que serán el colofón de su dilatada carrera política.

La Presidencia de Colombia, que ganó por primera vez en 2010 y renovó el pasado 15 de junio, cuando fue reelegido con 7,8 millones de votos (50,98 %) es el único cargo de elección popular que ha disputado pues tras ser ministro en gobiernos de diferente signo sometió su nombre a las urnas sólo para ser jefe de Estado.

Juan Manuel Santos Calderón nació en Bogotá el 10 de agosto de 1951 en el seno de una aristocrática familia en la que destacan su tío-abuelo, el liberal Eduardo Santos, presidente de Colombia en el periodo 1938-1942, y dos generaciones de periodistas que, como él, trabajaron en el diario El Tiempo, el más influyente del país y del cual fueron propietarios hasta hace pocos años.

Pese a tener el futuro asegurado en una de las grandes casas editoriales del país, el joven Santos siempre sintió atracción por el servicio al Estado y empezó por la formación militar como cadete de la Escuela Naval de Cartagena, un periodo que recuerda con gran orgullo principalmente cuando se dirige a los miembros de las Fuerzas Armadas como su comandante en jefe.

Graduado en Economía y Administración de Empresas en la Universidad de Kansas (EE.UU.) y con postgrados de la Escuela de Economía de Londres, la Universidad de Harvard y la Escuela Fletcher de Leyes y Diplomacia, también en EE.UU., Santos es dueño de un brillante currículo académico que le preparó para llegar al poder.

Antes de meterse en la vida pública pasó unos años en la empresa privada, primero en Londres en los años 70 como jefe de la Delegación de Colombia ante la Organización Internacional del Café (OIC) y luego como columnista y subdirector de El Tiempo.

Como periodista recibió un Premio Rey de España y fue presidente de la Comisión de Libertad de Expresión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Quienes lo conocen de cerca lo comparan con un experimentado jugador de póquer que sabe a qué apostar y el momento preciso para hacerlo, y a juzgar por los resultados, en la política ha acertado en todas, ocupando cargos en los que ha dejado huella bien sea por su gestión o por ser el primero o el último en ocupar el sillón.

Comenzó como el primer ministro de Comercio Exterior que tuvo Colombia, cargo que ocupó entre enero de 1991 y agosto de 1994, durante el Gobierno del presidente liberal César Gaviria.

Siendo ministro fue escogido por el Senado como último Designado Presidencial (1993-1994), un cargo ya abolido y cuya función era la de asumir la jefatura del Estado en caso de ausencia del presidente.

Tras un paréntesis en la política durante el mandato del también liberal Ernesto Samper (1994-1998), volvió como ministro de Hacienda entre 2000 y 2002, en la segunda mitad del Gobierno del conservador Andrés Pastrana.

Posteriormente, con Álvaro Uribe, fue ministro de Defensa entre 2006 y 2009, cargo en el que lideró la aplicación de la política de Seguridad Democrática de su jefe y que le catapultó a la Presidencia en 2010 por los contundentes golpes militares contra los líderes de las FARC.

Ya como presidente, sin bajar la guardia ante los grupos armados, sorprendió al país y al mundo al tender un ramo de olivo a las FARC, grupo con el que desde noviembre de 2012 su Gobierno negocia en Cuba el fin de medio siglo de conflicto armado, proceso que aspira a concluir este mismo año con un acuerdo de paz.

Fue ese proyecto de paz la bandera de su campaña en las pasadas elecciones como candidato del Partido de la Unidad Nacional y será también el eje del segundo periodo que comienza mañana.

Santos es un gran aficionado al fútbol y considera que con la paz el país puede cosechar tantos éxitos como los que la selección nacional obtuvo en el pasado Mundial de Brasil.

En lo personal, el presidente superó en octubre de 2012 un cáncer de próstata que lo llevó a someterse a una cirugía y del que está curado.

Santos está casado en segundas nupcias con María Clemencia Rodríguez, con quien tiene tres hijos: Martín, María Antonia y Esteban.

Martín, el mayor, participó activamente en la pasada campaña electoral de su padre y se perfila como su heredero político en el clan Santos. EFE

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