Extender las negociaciones nucleares con Irán, una estrategia arriesgada

Los negociadores de las potencias mundiales llegan al aeropuerto internacional de Bagdad, Irak. Los visitantes se reunieron el miércoles con diplomáticos iraníes para tratar el programa nuclear de Irán (AP Foto/Mohammed Ameen, Pool)

Viena, 24 nov (EFE).- La decisión tomada hoy por Irán y seis grandes potencias de extender por segunda vez las negociaciones sobre el controvertido programa nuclear de la República Islámica es una estrategia arriesgada.

Los defensores de la prolongación, con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, a la cabeza, aseguran que se han hecho grandes avances y que ahora se necesita más tiempo para analizar nuevas propuestas y detalles técnicos.

Pero los críticos de ambas partes tendrán ahora argumentos para poner en duda el mero sentido de este diálogo al no haber resultados concretos en más de un año de contactos.

Y eso que se trata de un diálogo que hace solo un año era casi impensable, con los ministros de Exteriores de Estados Unidos y de Irán, países acérrimos enemigos desde hace 35 años, reunidos a solas o en el marco de conversaciones trilaterales o multilaterales.

No obstante, Trita Parsi, un destacado analista sueco de origen iraní, considera que la decisión de extender la negociación «es muy arriesgada», porque hay «peligros desde ambas partes, de EE.UU. y de Irán».

«Hay riesgo de que el nuevo Congreso (en Washington), dominado por los republicanos, tome medidas que ‘maten’ las negociaciones», asegura el autor de varios libros sobre el programa nuclear iraní.

«Es arriesgado también desde la parte iraní, ya que hay un creciente sentimiento de que Occidente no se toma en serio las conversaciones y que solo quiere impedir que Irán expanda su programa nuclear», explicó Parsi a Efe en Viena.

Muchos iraníes -asegura el analista- creen que Estados Unidos esencialmente solo quiere «congelar el programa nuclear sin ofrecer a Irán un levantamiento mayor de las sanciones a cambio».

La decisión de extender las negociaciones siete meses fue anunciada hoy en Viena por los ministros de Exteriores involucrados: Irán, por una parte, y el Grupo 5+1 por otra (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania).

Similar a la opinión de Paris es la de Kelsey Davenport, directora de no proliferación del laboratorio de ideas «Arms Control Association», con sede en Washington.

«Está muy bien oír que hubo avances en los asuntos más complicados hasta ahora, pero una extensión larga abre la posibilidad a los críticos para poner medidas en marcha que hagan descarrilar los avances y sabotear las conversaciones», advierte.

«Kerry defiende con vehemencia que el acuerdo interino (firmado hace un año en Ginebra) funciona, que los negociadores ven avances y que un buen acuerdo es el único modo para resolver este bloqueo», explica.

«Sin embargo, este tiempo adicional da a los críticos la oportunidad de destruir el progreso hecho hasta ahora», concluye.

Según el acuerdo nuclear pactado en Ginebra, que fijó el marco de la negociación actual, Irán seguirá recibiendo durante los próximos meses algunos fondos congelados a cambio de mantener suspendidas las partes más delicadas de su programa nuclear.

Se trata de unos 700 millones de dólares mensuales, a los que Teherán podrá acceder durante el periodo de la nueva prórroga.

Muy poco, advierte Parsi, al recordar que Irán tiene unos 100.000 millones de dólares en activos congelados.

«700 millones de dólares no son nada, pero lo importante no es el dinero congelado, sino el hecho que las sanciones contra los bancos siguen en pie, lo que impide el comercio», señala.

Si no llegan pronto verdaderos alivios a los problemas económicos que sufre Irán debido a las sanciones, los más conservadores y radicales en la República Islámica pondrán en aprietos al presidente Hasán Rohaní, considerado un moderado.

«La extensión da a las partes más tiempo para alcanzar un acuerdo y un período adicional para resolver detalles técnicos. Sin embargo, también da a los críticos una oportunidad para acabar con el progreso hecho», alerta Davenport.

ARCHIVO - Foto de archivo, 15 de julio de 2014, del canciller iraní Mohammad Javad Zarif durante las negociaciones nucleares en Viena. Las conversaciones se reanudaron el martes 18 de noviembre de 2014 con la esperanza de concluirlas antes del plazo, que vence el 24 de noviembre. (AP Photo/Ronald Zak, File)
ARCHIVO – Foto de archivo, 15 de julio de 2014, del canciller iraní Mohammad Javad Zarif durante las negociaciones nucleares en Viena. Las conversaciones se reanudaron el martes 18 de noviembre de 2014 con la esperanza de concluirlas antes del plazo, que vence el 24 de noviembre. (AP Photo/Ronald Zak, File)

Ambos analistas no creen que un acuerdo sea imposible, aunque coinciden en que ahora será más difícil de alcanzar.

Además, Parsi sostiene que las potencias deben aceptar levantar las sanciones de forma mucho más rápida de lo que han defendido hasta ahora, ya que pretenden hacerlo gradualmente a medida que Irán cumpla el acuerdo.

«No puede ser que Irán haga concesiones dolorosas ahora mientras Occidente toma medidas dolorosas mucho más adelante», explica Parsi.

«Para que Rohani no sea atacado, necesita un beneficio económico tangible desde el principio, para poder mostrar a su población que esto es un buen acuerdo. Si eso no sucede, lo van a atacar», concluye el analista.

Precisamente el ritmo en el levantamiento de las sanciones, de forma inmediata, como defiende Irán, o gradual, como quieren las potencias, es uno de los puntos que generan más diferencias entre ambas partes. EFE

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