Silencio total en La Habana tras la muerte de Fidel Castro

La bandera cubana ondea a media asta el, domingo 27 de noviembre de 2016, en la Plaza de la Revolución de La Habana (Cuba), donde a partir de mañana lunes descansarán las cenizas del fallecido líder cubano Fidel Castro. Cuba inicia esta jornada el segundo de los nueve días de luto oficial decretados por el Gobierno por la muerte del expresidente Fidel Castro, aunque los principales actos de homenaje comenzarán el lunes y se prolongarán hasta el domingo. EFE/Alejandro Ernesto

 Sus palabras y su imagen habían llenado los libros escolares, las ondas de los medios electrónicos y los periódicos desde antes de que muchos de ellos nacieran. Ahora los cubanos deben enfrentar la vida sin Fidel Castro.

En una capital silenciosa, alguna gente lloraba en las calles el sábado al extenderse la noticia de la muerte del revolucionario de 90 años. Aunque muchos se dolían, otros expresaban en privado la esperanza de que su fallecimiento le permita a Cuba moverse con mayor rapidez hacia un futuro más abierto y próspero bajo el gobierno de su hermano menor, Raúl Castro.

“Hay apariencia de luto. No se sacan las bocinas por temor a lo que pase, pero hay música. La gente sigue su vida rutinaria. Es como si no se hubiera muerto Fidel Castro”, ha escrito la periodista independiente Yoani Sánchez en su blog, que no puede leerse en Cuba. «Esta es una mañana de sábado extrañamente tranquila. Los barrios no turísticos están extrañamente vacíos. No hay ancianos revendiendo cigarros, gente haciendo la cola para el periódico, comadres hablando en la esquina, niños correteando por la acera. Es como si hubiera un acuerdo tácito de recogerse dentro de la casa hasta ver qué pasa», agarega.

«Manifestación a favor no habrá porque la gente tiene mucha apatía. Esperan la orden de arriba para ir a rendirle tributo. En contra no habrá porque la gente teme a que lo linchen», escribe Yoani.

El silencio también prima en Santiago de Cuba, ciudad que acogerá las cenizas de Castro. «Todas las sedes de la Unión Patriótica de Cuba y de los opositores están vigiladas por agentes de la policía política. Los militantes de la Unión de Jóvenes Cubanos y el Partido se han movilizado para hacer mítines que buscan parecer casuales y envían mensajes de apoyo al líder fenecido», reporta el blog 14ymedio.

Hay reporte de algunas personas detenidas en Cienfuegos. Desde temprano se suspendió la venta de bebidas alcohólicas, una medida que se extendió por nueve días al resto de la nación.

El sábado, ante la prensa internacional, muchos cubanos en la isla describieron a Fidel Castro como una figura enorme que dio a Cuba atención de salud gratuita, educación y una verdadera independencia de Estados Unidos, aunque le impuso la carga de un sistema político y económico petrificado que ha dejado calles y edificios a punto de desmoronarse y ha impulsado a las elites jóvenes e instruidas a buscar una mayor prosperidad en el exterior.

«De mi generación, Fidel fue un padre para todos nosotros», dijo Jorge Luis Hernández, electricista de 45 años, a la Associated Press. «Yo espero que sigamos para adelante porque realmente este pueblo es grande, es fuerte, inteligente. Ahora hay muchas transformaciones, unos cuantos cambios, pero yo creo que la Revolución va a seguir igual y va a seguir siempre adelante».

En 2013, Raúl Castro anunció que se retirará al finalizar su actual período en 2018, y por primera vez designó a un heredero que no pertenece a la estirpe revolucionaria de los Castro: Miguel Díaz Canel, de 56 años.

La muerte de Fidel Castro «pone de relieve la mortalidad de toda la primera generación de esta revolución», dijo Philip Peters, especialista en Cuba y consultor empresarial. «Hace notar aún más la ausencia de un grupo de líderes potenciales capaces de hacerse cargo y conectados políticamente con la gente».

Para los cubanos fuera de la isla, la muerte de Castro fue motivo de celebración. En Miami, el corazón de la diáspora cubana, miles de personas salieron a golpear cacerolas, agitar banderas cubanas y estadounidenses y gritar de júbilo.

«No festejamos la muerte de nadie, sino el fin de esto», dijo Erick Martínez, de 30 años, quien emigró de Cuba hace cuatro años.

El gobierno cubano declaró nueve días de duelo nacional. Las cenizas de Castro viajarán de La Habana hacia el este, hasta Santiago de Cuba, en una procesión que recorrerá a la inversa el avance victorioso del ejército rebelde desde la Sierra Maestra a La Habana. La radio y televisión estatal emitían incesantes homenajes, horas de noticieros y documentales de su época en el poder, y entrevistas con cubanos destacados que lo recuerdan con afecto.

Los bares cerraron, los conciertos se suspendieron y muchos restaurantes dejaron de servir bebidas alcohólicas y planeaban cerrar temprano. Los diarios oficiales aparecieron con titulares en negro en lugar del rojo o azul habituales.

Muchos cubanos, sin embargo, ya se imaginaban los años venideros en una Cuba sin Fidel Castro.

«Las ideas de Fidel siguen vigentes», dijo Edgardo Casals, escultor de 32 años. «Pero para atrás ni para coger impulso. Hay que buscar nuestra forma. Hay que mirar el futuro, que es de nosotros, las jóvenes generaciones».

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