El nombre del aeropuerto ya es de todos

Por Eduardo Crespo Cuesta
Quito, Ecuador

A través del enlace http://www.nombrenuevoaeropuerto.com/home.php, el Municipio de Quito ha abierto un concurso para nombrar al nuevo aeropuerto de esta ciudad. Los nombres propuestos son:

– Mitad del Mundo. El localismo chabacano serrano ataca de nuevo, ese de medias de terno con chancla de dedo y vividí que se pasea en agosto por Atacames. ¿Qué sigue? ¿Las paradas del nuevo Metro «El típico locro» y «Ecuador, país amazónico»?

– Manuela Sáenz. A mis amigos feministas: un momento por favor, antes de emocionarse, respiren. No es cuestión de ponerle sin más nombre de mujer, no. La historia ecuatoriana ha dado mujeres muy valiosas, quizá más que esta dama cuyo mayor mérito para muchos fue acurrucarse junto a Bolívar más tiempo que el resto de sus amantes, porque el Libertador fue un hombre de armas tomar en todo el sentido de la palabra. Fue desterrada tanto de Colombia como del Ecuador, lo que demuestra que muchos de sus contemporáneos rechazaron sus acciones, incluyendo a una de las mentes más ilustres de aquellos años y de toda la historia nacional, el primer presidente ecuatoriano de este país, don Vicente Rocafuerte (honestamente, y dejando regionalismos a un lado, su nombre habría sido una opción inteligente). Tenemos en este caso una figura muy controversial, de esas cuyo estudio se debate entre la apología y el denuesto, y que a pesar de ello está muy bien recordada, museo incluido.

– Eugenio Espejo. Uno de los grandes personajes de la Colonia, un pensador ilustrado y referente en varias áreas, desde el derecho hasta la medicina. Para muchos, la figura intelectual más importante de estas tierras. Sin embargo, creo que su memoria está más que bien representada desde las monedas hasta el hospital que lleva su nombre. Como se dice por aquí, no lo «berriemos».

– Carlos Montúfar. Un valioso luchador por la independencia, quiteño, no uno más de esos militares venezolanos que hicieron aquí lo que les dio la gana (salvando a Sucre y unos pocos). Fue coronel de Bolívar, y dio vida, hacienda y título por la independencia. Organizó la segunda Junta Soberana de Quito y fue uno de los gestores de la Constitución de 1812 del Estado de Quito, la primera del país. A todo esto, creo que es el más ingratamente olvidado de los candidatos, pues hasta la línea imaginaria que nos dio nombre tiene un colosal monumento en su honor.

Ahora sí, pongámonos serios. Más allá del despropósito (la palabra exacta es mucho más fuerte) que supone votar a la maldita sea por algo así de relevante (un aeropuerto es parte de la identidad de una ciudad y su gente), lo que demuestra este hecho es la desidia que despierta este asunto en los miembros del Consejo Metropolitano de Quito. Para empezar, es discriminatorio: al día de hoy se contabilizaban algo más de 9.000 votos sobre una población de más de 2’200.000 personas en el Distrito Metropolitano. Al menos yo no me cuento entre esos 9.000 afortunados, ya que llevo dos días esperando que la dichosa página funcione, y naranjas. Dado que el lunes termina la recepción de votos, no es de esperar que esta cifra varíe significativamente.

En segundo lugar, me pregunto yo para qué están las autoridades locales si no es para al menos ponerle nombre a las cosas, más aun con el tiempo libre que les debe suponer dejar la vialidad, la seguridad, la recolección de basura y demás asuntos a la buena de Dios, porque esta ciudad es todo menos “el Quito que queremos”. ¿O será parte del proceso de pasar de la democracia representativa a la participativa, como dicta el socialismo del siglo XXI?

En tercer lugar, y lo más preocupante, es que nuestros representantes políticos crean que la mejor forma de crear o consolidar la identidad de la ciudad sea a través de un concurso de popularidad. Qué debates ni qué chorradas, aquí se hacen cosas alhajas, como cuando se elijen las nuevas 7 maravillas del mundo o el mejor jugador albino de la Champions League. No, no señor alcalde: esto no es gobierno electrónico ni democracia participativa, es una irresponsable novelería. En serio, este no es el Quito que nos merecemos.

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11 Comments

  1. Señor Crespo, indiferentemente de què nombre le pongan al Aeropuerto de Quito, me parece bastante superficial su conocimiento sobre Manuela Sàenz, dado que se expresa en un modo altamente machista y desconecedor de la historia.  Dice, «cuyo mayor mèrito para muchos», sin Ud. ponerse entre los muchos, muy «toreramente».  El hecho que Manuela, o la Coronela, como la llamaban sus seguidores, haya sido desterrada por dos ocasiones, fue justamente porque la «buena sociedad» de aquel entonces, llena de prejuicios (no muy distante de la actual), no veia como bueno que ella haya abandonado a su esposo,  (con la cual fue obligada a casarse, cuando todavia era menor de edad) y haya amado al Libertador.  Pero seguramente su acciòn como la «libertadora del libertador» fue mas allà de ser solo su amante.  Una vez el New York Times, publicò.  «Quizàs es la mujer màs importante de la historia de la America Latina». En Lima fue condecorada con el grado de Coronela, por su contribuciòn a la Revoluciòn independentista, junto a Bolìvar.   Le recomiendo profundizar un poco màs sobre esta importante mujer, que decìa:  mi paìs es la Amèrica Latina.  y seguramente no le importarà a nadie si su nombre no lo llevarà el aeropuerto de Quito, dado que tiene monumetos erigidos en varios sitios de la Amèrica Latina, pero al menos sus escritos, Sr. Crespo, que lo leeràn muchos jòvenes, no iràn a banalizar nombres històricos.  Disculpe Ud.

  2. ¿En qué se basa este inefable (bueno, en realdiad no, pues la palabra exacta es mucho menos halagadora) para darle esta relevancia al nombre de un aereopuerto («es parte de la identidad de una ciudad y su gente»)? Este artículo me parece una quisquilla.

    No entiendo la atribución de «localismo chabacano serrano» a la idea de llamarle «Mitad del Mundo» al aereopuerto. Es el único nombre (es por el que voté para el concurso) que no sigue la cansina tradición de personalismo en bautizar instituciones . Si hablamos de identidad, el personalismo es una tara de la que nos deberíamos librar. Es más, la misma obsesión por lo identitario (a al que se suscribe el articulista) es ya una tara. En esa misma línea, y para evitar estas discusiones nimias, no veo necesario el debate que propone para algo que no debería ser «así de relevante».  

    «Aereopuerto Internacional de Quito». Eso basta.

    • Totalmente de acuerdo con esta opinión. No creo que el nombre del aeropuerto sea un tema trascendente o al menos, más trascendente que el problema del tráfico o la contaminación.

  3. Estoy de acuerdo con el criterio del articulista en cuanto a que las votaciones por nombres son una falsa y demagógica forma de «participación ciudadana»…
    Lo que me molesta mucho es el comentario regionalista que se refiere al nombre Mitad del Mundo como   «localismo chabacano serrano», etc… No se podría decir lo mismo del nombre «José Joaquín de Olmedo», que tiene ahora el aereopuerto de Guayaquil  (el anterior fue «Simón Bolívar») y referirse a éste como «el localismo chabacano costeño, ese de chompa de calentador de colegio, o toalla sobre los hombros, para aguantar el frío serrano…»?. Por favor, los regionalismos están aquí fuera de lugar Sr. Crespo! 

  4. Categórico respaldo concita el valiente criterio de Daniel Crespo.   Es obvio que desde que le dio a la primera tecla de este artículo, no buscaba ni el aplauso cómplice ni las palmaditas afectivas, sino apretar el dedo contra la llaga purulenta.  ¡Adelante Daniel!   En ineludible praxis iconoclasta, estás desterrando mitos, derribando ídolos y combatiendo sinsentidos, toda vez que la febril y calenturienta mitología ecuatoriana nos ha llenado el coco de superficialidades y contradicciones desde el inicio de la historia oficial.  A partir del inexistente «Reino de Quito», elucubración de Juan de Velasco, tras degustar jocundos barriles de cerveza franciscana;  pasando por el desarreglo intestinal que llevó al más allá al «héroe niño» en Cruz Loma 1822, y rematando con el macetero de tierra paiteña llevado con jolgorio y trapos verde patito a Caracas, para su encuentro eternal con «el amado».   Se requiere de claridad intelectual y sencillez meridiana para confrontar la actual hemorragia palabrera, dedicada a  engatusar ecuatorianos con entuertos no comprobados y leyendas imaginarias.

    Walter Crespo, Ambato

    • que tristeza de criterio por parte del Editorialista parece que desconoce en la historia  latinoamericana quien fue Manuela Sáenz parece que solamente ha leído historia rius para principiantes…antes de objetar retírese Usted sus prejuicios regionalistas y de género.. que pobreza de artículo…??? será que los ecuatorianos en general y los quiteños en particular merecemos leer semejante afrenta…..

  5. Se nota brevemente que este es un ejercicio nada mas de editorial; que claro es, que en realidad cualquiera… CUALQUIERA escribe en este «periodico electronico» por decirlo con generosidad; desconoce de historia y sus argumentos son debiles. Acaso no hay pensamiento critico? o solo hay que oponerse al gobierno para tener espacio. Este «editorial» no es nada mas que un berrinche de alguien que quiere pero no puede. verguenza ajena.

  6. Que pobre forma de decir las cosas… Una cosa es que no esté de acuerdo con la intención del mediocre Alcalde de ponerle nombre al aeropuerto y otra muy diferente que usted se ponga a la misma altura de mediocre, la próxima vez podría redactar su opinión con más profesionalismo y no expresandose tan mal de los serranos o de una mujer que bien o mal merece más respeto de su parte bastando el simple hecho de que se expresa de una mujer.
    Que diferencia tiene su mediocre artículo con las mediocridades que usted intenta «descubrir» de este Alcalde? Si no es el Quito que nos merecemos tampoco el tener que encontrarnos con artículos faltos de caballerosidad y respeto.

  7. SINCERAMENTE CREO QUE ES UNA NOVELERIA EL TEMA DE CAMBIAR EL NOMBRE, NO TIENE SENTIDO QUE LO QUIERAN CAMBIAR, DEBE SEGUIR SIENDO MARISCAL SUCRE, PORQUE EN DEFINITIVA SEGUIRA SIENDO EL MISMO Y UNICO AEROPUERTO DE LA CAPITAL, O ACASO ESTAMOS HABLANDO DE OTRO AEROPUERTO DIFERENTE, LO QUE SE ESTA HACIENDO ES CAMBIANDO DE LUGAR. PERO SEGUIRA SIENDO EL AEROPUERTO DE QUITO, EL MARISCAL SUCRE.  SR. ALCALDE HAY COSAS MAS IMPORTANTES DE QUE PREOCUPARSE EN EL MANEJO DE LA CIUDAD.

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