Miliki, Fofito y Milikito

Por Lula Garay de Gilbert
Guayaquil, Ecuador

¿Recuerdan a este trío? Aparecían en las mañanas de los fines de semana en canal 10… ¿Ya se acordaron?… ¡No, esos payasos no! Claro que tienen más semejanzas que diferencias, pero me refiero a los que cantaban “Había una vez… ¡un circo que alegraba siempre el corazón…!” No a esos que ahora hacen circo para robarte alegremente hasta el corazón.

Pero bueno, si no se acuerdan aún, sigamos… Ellos son los que también cantaban “Como me pica la nariz”, claro que entonces era un juego inocente. Qué tiempos en que solo reíamos con los payasos. Ellos hacían trucos con los periódicos, no los rompían. Tenían frase como “qué barbaridad, tan barbará”, ahora escuchamos trabalenguas peores. Tenían una frase: Rojo, amarillo y… verde”. Lo cierto es que cuando ellos salían con camiones, nosotros sabíamos que iban a cantar la “auto caravana” y que allí no había contratos para beneficiarse del poder.

¿Qué tiempos aquellos, verdad? Cuando nuestro mayor peligro al subirnos en un bus era que te roben un reloj, la cartera que a escondidas tomaste prestada del closet de tu hermana, o la cadena que te olvidaste de sacar por gil. Pero solo te robaban. Te subías en los taxis sin la paranoia de verle las placas, analizar el rostro del chofer cual agente CSI. El ataque de paranoia es peor si el chofer es amable y conversa. Antes, tú sólo dialogabas contento durante el trayecto, tranquilo; hoy cuando el chofer te empieza a hablar, tú empiezas a rezar. Ahora corres el riesgo de que te maten, en un bus, buseta, taxi, moto o bicicleta; en tu casa, tu trabajo, la esquina; por cinco dólares, un teléfono o por gusto.

Los que sabemos quiénes son Miliki, Fofito y Milikito crecimos viendo avionetas que aterrizaban en el aeropuerto, no en pistas clandestinas; el tamarindo para nosotros fue una fruta, nunca un proyecto de ley; la única tortuga que conocimos era el “solitario George”, jamás los jarros de “Dña. Ruga”; los camiones famosos eran los de bomberos, no los de una compañía que rima con mesa; la palabra  “socio”  tenia el significado de accionista de algo, no beneficiario de algún bono o servicio; y “compañerito” ya no es el que comparte alguna aula, sino sinónimo de militante. ¿No, compañerito?

Lo anterior, pasa cuando se incita a la violencia, cuando se tiene “amigos” que son reconocidos a nivel mundial por violentos, cuando se grita y se falta el respeto sin importar a quien. No sé Ustedes, pero yo me quedo con mis payasos de antes. Con Miliki, Fofito y Milikito.

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6 Comments

  1. Desafortunadamente, señora, nuestro país ha sido un circo desde mucho antes que siquiera comenzara nuestra vida republicana.  Un circo de impuestos, de prebendas, de restricciones, de mercantilismo de estado para favorecer y favorecerme sin importar lo que pase.

    Un circo en el cual, tomar una cerveza en domingo es un delito, pero festejar los millones adquiridos no, como dice el Pájaro Febres Cordero. Un circo en el que se reparten, al mejor postor, jugosos contratos aupados por un estado obeso y despilfarrador.

    Este circo en el cual, desde hace unos años mas todavía, se rifa entre familiares y amigos los mejores puestos para la función, este circo con entrada gratuita y refrigerio incluído en el cual se aplaude a rabiar la desunión, la segregación, el insulto y la minimización, en el cual se aplauden los «adjetivos» que se dan a los opositores, miserables individuos o grupos que tienen la osadía de no pensar como el jefe de pista, no digo el dueño del circo porque ese es el ex-ministro Carrión. 

    Actualmente, este circo cuenta con todos los elementos para que sea una auténtica función, magos que de la noche a la mañana pasan de empleados de segunda a flamantes millonarios sacando de su faltriquera gruesos fajos de billetes, tragasables que se comen hasta cheques, contorsionistas de alto coturno que se viran de un partido a otro, escapistas de primera línea a Estados Unidos, Colombia y otros destinos, titiriteros magistrales que controlan foristas y opinadores en todos los medios de comunicación «corrugtos» y leales, domadores de prestigio que han sometido a un pueblo en base a dádivas, bonos y subsidios.

    El jefe de pista es un consumado mentalista, es capaz de leer la mente de los asistentes para indicarles que leer, que ver, que sentir, en una palabra es un experto en «legerimancia» si nos atenemos a la palabra inventada por J.K. Rowiling.

    Y no podían faltar los payasos, esos que con juegos de palabras, supuestos golpes, música y otras artes arrancan de la concurrencia risas y aplausos, aún cuando muchos no estén, o estemos de acuerdo, con tales artes.

    Este circo, lamentable circo, del cual todos somos espectadores aunque no seamos de primera fila, incluye, por supuesto, equilibristas, pero de tipo «clandestino», no formamos parte del espectáculo, somos aquellos que tenemos que hacer maromas para vivir con nuestro trabajo, para educar a nuestros hijos y salir adelante, somos aquellos que no formamos parte de la función y actuamos exclusivamente para nosotros.

    Un saludo y gracias por el artículo.

  2. Para mí parecer y el de las grandes mayorías, tan solo existe un mal PAYASO. Sí, ése es el «economista»; al resto de miserables -revolucionarios- bien se les puede otorgar el apelativo de «fauna circense».

  3. Dona Lula,  podera responder usted:  hasta cuando durara el espectaculo porque olvide el cogin y el carton donde estoy sentado ya esta aplanao y me esta doliendo el coxis ! y en vez de risa me esta dando ulcera… 

    Asi que de diciendo cuando se acaba la funcion?

    Cuando la opocision se decide y eligen Primarias …

  4. QUE GENEROSA ESTIMADA LULA !!   
     ESTOS REVOLUCIONARIOS NO PASAN DE SER UNOS RIDICULOS ATRACADORES QUE  USAN «PAYASADAS» PARA COMETER SUS ILICITOS, PARA QUEDAR EN LA IMPUNIDAD, Y SI SON DESCUBIERTOS PARA DESVIAR LA ATENCION  Y MINIMIZAR SUS ACTOS ILICITOS…
    LOS PAYASOS REALES TIENEN UN GRAN MERITO…..   ESTOS REVOLUCIONARIOS NO TIENEN NINGUNO !!

    • Esos por lo menos eran graciosos, de paso ya mismo estrenan la película, a los que se refiere la señora Garay de Gilbert no tienen nada de graciosos, son patéticos.

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