Radares

Alberto Molina

Por Alberto Molina
Quito, Ecuador

El funcionamiento de los radares radica en la utilización de ondas electromagnéticas para medir distancias, altitudes, direcciones y velocidades de objetos estáticos o móviles en el aire. Entre los ámbitos de aplicación del radar se incluyen la meteorología, el control del tráfico aéreo, marítimo y terrestre, en el ámbito civil y militar.

Los radares forman parte del sistema de defensa aérea; igualmente, los cañones antiaéreos, misiles tierra-aire, aviones tácticos, estratégicos, etc. Todo este sistema debe funcionar integrado. Lo fundamental es que los radares den las alertas inmediatas y oportunas para que, de acuerdo al objetivo, se utilice el arma más adecuada.

No hay sistema en el mundo que sea infalible, siempre habrá forma de evadir los controles. Un ejemplo de lo señalado es el aterrizaje en plena plaza Roja de Moscú, vulnerando la defensa aérea soviética, del entonces joven germano-occidental Mathias Rust con su avioneta Cessna, el 28 de mayo de 1987. Este audaz joven piloto tuvo que cumplir más de 400 días de cárcel y ese hecho le costó la renuncia del mariscal Sergéi Sokolov, ministro de defensa soviético.

Fue necesaria la mala experiencia que tuvimos al no detectar la violación a nuestro territorio por parte de fuerzas militares colombianas que atacaron al campamento de Angostura, para adquirir nuevos radares. Esta adquisición fue calificada como de emergencia para la recuperación de la capacidad operativa de las FF.AA. Angostura es el lugar donde estaba instalado, junto a una veintena de guerrilleros, -violando nuestra soberanía- Raúl Reyes, segundo en el mando de la narcoguerrilla de las FARC.

El 1 de diciembre del 2008, el Subcomité de Contrataciones de la FAE convocó a una segunda licitación tras declarar desierto el primer concurso. El 19 de diciembre, con informe favorable de ese subcomité, el contrato fue adjudicado a la empresa china Electronic Technology Group Corporation (CETC), que ofertó $60 millones de dólares por 4 radares.

El proceso para la adquisición de dos sistemas de radares para la defensa aérea, fue cuestionado por un sector de los oferentes. Según las bases, los sistemas radáricos debían cumplir requisitos básicos, como un sistema de enfriamiento por aire. Se dijo que los radares chinos ofertados de modelo YLC-18 son enfriados por agua, lo que incumpliría uno de los requisitos técnicos más importantes.

Según la cláusula octava del contrato, CETC se comprometió a entregar los radares nuevos “debidamente instalados, integrados y comprobado su correcto funcionamiento entre sí, y con los radares civiles y militares, en el plazo de 18 meses contados a partir de la fecha de pago del anticipo”.

Este plazo venció el 14 de enero del 2011 y hasta el momento se ha diferido la entrega de los equipos por cuatro ocasiones. Es decir, existe un incumplimiento del contrato por un año cuatro meses y no pasa nada.

Lo importante sería que el gobierno nos informe (es nuestro derecho) sobre la compra y el funcionamiento de los radares chinos, de los aviones no tripulados, si vuelan los Mirage que nos regaló el presidente de Venezuela; si tienen o no armamento los aviones Cheetta, los Tucano. Luego de esos informes veamos quiénes son los traidores a la patria.

* Alberto Molina Flores es coronel, en retiro, de las Fuerzas Armadas del Ecuador

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2 Comments

  1. Gracias, Sr. Crnl. Molina, por mantener en nuestra memoria estos  ‘pequeños’ detalles. Vale, tambie, preguntar si los aviones Cheeta, comprados a SudAfrica, tienen repuestos o se puede adquirirlos en alguna parte del mundo.

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