Viveza criolla

Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador

Sin duda es mamotreto -igual que la vetada reforma a la Ley de Inquilinato del diputado Mauro Andino- la propuesta del mismo diputado, que consta en el proyecto de ley de comunicación, de crear el siguiente monopolio: «La publicidad que se difunda en territorio ecuatoriano a través de los medios de comunicación deberá ser producida por personas naturales o jurídicas ecuatorianas, cuya titularidad de la mayoría del paquete accionario corresponda a personas ecuatorianas o extranjeros radicados legalmente en el Ecuador, y cuya nómina para su realización y producción la constituyan al menos un 80% de personas de nacionalidad ecuatoriana o extranjeros legalmente radicados en el país» (Art. 103). Igual mamotreto es el corolario del mismo artículo: «Se prohíbe la importación de piezas publicitarias producidas fuera del país por empresas extranjeras».

Pero no solo es cuestión de mamotretos. Lo de fondo es que parapetados tras quien queda en ridículo hay quienes llenarán sus bolsillos con un lindo negocito, creado «legalmente» ad-hoc: toda la publicidad que se difunda en el paisito tendría que ser «producida» por empresas nacionales. Por ejemplo, si cualquier multinacional decide lanzar una campaña mundial, para usarla en el Ecuador, tendría que pagar un peaje a unos «productores» nacionales para que vuelvan a producir lo que ya viene producido. Solo así pudiera ser difundida localmente. Una ley que establezca semejante monopolio para actividades, como la publicitaria, en las que no hay intereses públicos envueltos, tendría inocultable perfume a corrupción.

¿Y no que la Constitución de Montecristi (Art. 304, 6º) establece que la política comercial del Estado tiene como objetivo «Evitar las prácticas monopólicas y oligopólicas, particularmente en el sector privado»? ¿Quiénes son aquellos «productores» nacionales de publicidad que se beneficiarán si el Estado les reserva semejante negocito? ¿Es esa la anhelada «utopía»?

Esto no es cuestión solamente de inocentes mamotretos. Se trata exprofeso de beneficiar ilícitamente a ciertos empresarios privados. Que no digan luego los diputados que no fueron advertidos.

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