Espionaje: todos contra todos

Alberto Molina

Alberto Molina Flores
Quito, Ecuador

Las denuncias de Edward Snowden, sobre el espionaje están en el ojo de la tormenta del mundo; el dedo acusador apunta al espía mayor: el “imperialismo norteamericano”; mas se conoce que todos los países tratan de obtener información que les conviene y se valen de todos los mecanismos, lícitos y no lícitos para obtenerlos. Parece que la norma es que el fin justifica los medios; es una  suerte de “todos contra todos”; aquí cabe la sentencia bíblica: el país o gobierno que esté libre de haber hecho espionaje, que tire la primera piedra.

El espionaje no ha nacido con el escándalo que estamos viviendo, es tan viejo como la humanidad; veamos un pasaje de la Biblia que se refiere al tema. La primera misión de espionaje fue, en efecto, encomendada por Jehová, y el primer jefe de una operación de inteligencia fue Moisés. (Deuteronomio 1.19-33).

13:1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

13:2 Envía tú, hombres que reconozcan la tierra de Canaán…

13:3 Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová. […]

13:17 Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: subid de aquí al Neguev, y subid al monte,

13:18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso;

13:19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas;

13:20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país… […]

13:25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días.”

En los tiempos que nos ha tocado vivir, uno de los avances tecnológicos más sorprendentes son las comunicaciones. No hay ya en la tierra un lugar que esté incomunicado y, consecuencia de ello, las redes sociales nos han cambiado la vida. Al mismo tiempo que aprovechamos de todos los adminículos modernos para comunicarnos con extrema facilidad, nos volvemos vulnerables para el fisgoneo, podemos decir que es imposible librarnos del espionaje; visto así, la privacidad quedó para la historia.

Nuestro Canciller ha declarado que “le debemos un homenaje a Snowden”, en referencia al exanalista de la CIA que filtró información sobre su país. Cosa curiosa, la  Ley  de Seguridad Pública de nuestro país sanciona severamente a aquel ciudadano, civil o militar, que filtre información calificada que según la opinión de las autoridades, ponga en peligro la seguridad del Estado; además, la Ley de Comunicación  prohíbe que se publique  en los medios dicha información.

Aquí cabe lo que decía mi abuelita: “Candil de afuera, obscuridad de casa”.

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AVC y el Museo de la Memoria

De jenízaros y el servicio de protección publica

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