Más empresarios, mejores empresarios

Gonzalo Orellana
Londres, Reino Unido

Tradicionalmente, quienes hacen análisis de la situación del país, y aquí me incluyo, tendemos a fijarnos mucho en las decisiones y acciones del gobierno, criticando, cuestionando o a veces aplaudiendo sus errores, omisiones o aciertos. Al contrario de este nivel de exposición que suelen tener los políticos y quienes trabajan en la función pública, suele haber poca crítica o cuestionamientos hacia otros sectores, por ejemplo el empresarial, que pese a su importancia para el crecimiento y el desarrollo de un país, suele pasar desapercibido.

Hacer negocios en Ecuador no es ni nunca ha sido fácil, nos lo dice el ranking del Banco Mundial al respecto, y te lo puede decir cualquier empresario que lleve algún tiempo operando en nuestro país. El Ecuador a lo largo de su historia ha estado plagado de incertidumbre, inflación, interrupciones de gobiernos, cambios regulatorios, mala infraestructura, serios problemas en el sistema de justicia, entre otros, lo que ha creado un entorno negativo para el ejercicio de emprender.

El entorno en el que se desenvuelve el empresario es determinante para su éxito, los países mas desarrollados son también los países donde es más fácil empezar una empresa, los que tienen mejores sistemas legales que garantizan procesos rápidos y justos, la mano de obra mejor calificada e infraestructura de primer nivel. Dicho de otra manera, un buen entorno genera más y mejores empresas, y más y mejores empresas hacen crecer un país.

Sin embargo, el entorno no es el único determinante de un tejido empresarial sólido; la actitud de los empresarios es quizás aún más importante, es así que hasta en los entornos más negativos vemos casos de empresas exitosas. Por ejemplo las crisis pueden ser generadoras de empresas, o países con conflictos internos tiene sectores empresariales potentes, como es el caso de Colombia. La esencia misma del emprendedor es tomar riesgos y ver oportunidades donde otros ven limitantes.

¿Como podríamos catalogar al sector empresarial ecuatoriano? Corriendo el riesgo de generalizar, se podría decir que es extremadamente conservador, lo que se evidencia por ejemplo: en lo minúsculo de nuestro mercado de valores, la poca internacionalización de nuestras empresas, y lo lento de sus estrategias de crecimiento. Yendo un poco mas lejos, la persona mas rica del país es un hombre cuyo único merito fue heredar la fortuna mas grande del Ecuador; sus empresas son prácticamente las mismas que heredó hace ya varias décadas y se caracterizan por la ausencia de innovación, de creatividad y de valor añadido. Si un joven emprendedor quiere buscar un referente, es muy poco lo que este «empresario» tiene para mostrar.

Muchos dirán que la historia del Ecuador ha forjado el carácter conservador de los empresarios, y tendrían razón, en un entorno de marcada inestabilidad la mejor decisión es ser cauto y arriesgar poco. El problema con esa actitud es que aunque te permite sobrevivir, no te permite crecer, y lo que es peor, condiciona de tal manera la estrategia empresarial que impide ver cuando el entorno mejora. Sin querer pecar de optimista dados los problemas que todavía tiene el Ecuador (régimen laboral rígido, sistema judicial inadecuado, trabas burocráticas, etc.), el país hoy exhibe una serie de fortalezas que cualquier persona dispuesta a arriesgar valoraría de manera muy positiva: crecimiento promedio por arriba del 4% en la ultima década, baja inflación, bajos niveles de deuda, mejora notable de las infraestructuras, una clase media creciente y sólida rentabilidad empresarial año tras año (para muestra, cualquiera de los rankings de empresas que realizan varios medios todos los años).

¿Como entender esta actitud? Daría la impresión de que cierto sector empresarial está esperando a que el entorno sea absolutamente perfecto para crecer, sin darse cuenta que cuando eso pase alguien les habrá quitado la oportunidad. Durante gran parte de nuestra historia, el mercado ecuatoriano ha sido tan pequeño que ha habido poco interés de competidores externos por entrar en él; la buena noticia, o mala para algunos empresarios, es que el crecimiento económico inevitablemente atrae empresas extranjeras, que pese a los problemas nacionales, son capaces de ver los aspectos positivos y sacarles provecho.

Aún cuando existen varios casos de éxito, empresarios que arriesgan, ganan y no se ajustan a la descripción dada en este artículo, todavía no son suficientes. Me gustaría ver el día en que los empresarios hagan mas énfasis en lo positivo que en lo negativo; que respondan a las limitantes del mercado local impulsando no solo las exportaciones sino internacionalizándose; empresarios cuya estrategia de crecimiento sea más que simplemente pedir al gobierno: créditos, trato preferencial o protección contra importaciones; empresarios que innoven, agreguen valor y arriesguen más. Ecuador necesita un entorno que incentive la aparición de más emprendedores pero también necesita mejores empresarios que aprovechen las oportunidades.

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