Yo también estaré de ojo seco

Mira, al igual que tú, yo también me esfuerzo y la sudo todos los días. Veo temporadas completas en Netflix sin despegarme del sofá. ¡Son sesiones plenarias de 16 horas consecutivas!

¿Vago? Vago no soy. A veces abandono el sofá, camino a la cocina, preparo canguil, sirvo gaseosa y, antes de reacomodarme en mi sillón, legislo mi WhatsApp.

Sé que tengo detractores y que algunos piensan que busco notoriedad. Pero no pueden negar que, en el 2002, completé el álbum de la Copa Mundial de Fútbol, incluida la figurilla del David Beckham, que era la más jodida de conseguir.

Tengo cero experiencia en política, pero muchísima en reformar los berrinches de mi sobrino cuando sus padres se van a farrear y me lo encargan. Fiscalizar sus actos de vandalismo infantil, dentro del hogar, es un esfuerzo desbordado.

Tengo cero doctorados en Harvard, ¿y qué? Cuando tenía diez años, en sesión extraordinaria, mis compañeros de fútbol me nombraron el ‘Mejor amigo del año’.

No soy ladrón ni corrupto. Soy hijo soltero y hace 26 años cargo la enorme responsabilidad de aguantarme y aguantarlos a ustedes, que es más difícil aún.

Nunca me doy por vencido. Si hay algo que he hecho toda la vida es sudar la camiseta. Y cuando está sudada, la lanzo a la lavadora y me mojo las manos, ¡pero jamás el ojo, siempre tan seco él!

Experiencia tengo. En el kínder protagonicé una obra teatral sobre Cristóbal Colón. ¡Si vieran cuánto me aplaudieron mis maestros en la escena en que suprimo colonos americanos!

Yo sé que estás pensando que soy burro porque una vez salí en la televisión. Pero es culpa tuya, por encender la TV, pues. ¡Ya no me hagan bullying!

Hoy abandono mi gel de rizos, guardo mi bolígrafo en un cajón. Ya no seré más el Arturo sexy que publicaba en revistas y periódicos. Y sí: soy famoso porque soy pintero (guiño de ojo), ¿y qué? Ahora voy a trabajar por ti. Al igual que tú, ¡estoy harto de tantas promesas!

Te lo digo de frente: no te prometo pan, casa ni 250 mil empleos en un año. Ni siquiera un millón de puestos en cuatro años (parece lo mismo, pero no). Tampoco te ofrezco regalarte la luz ni bajarte los impuestos. Yo solo tengo una promesa y te la digo de frente: ¡te prometo estar de #OjoSeco en la Asamblea para hacer que se cumpla lo que me prometieron mis financistas de campaña! Es que, ya pues, ellos -los que me financian- sí me prometieron regalarme casa, luz y abundantes dólares a cambio de que me candidatice.

Así que prometo estar de #OjoSeco en la Asamblea para que se cumpla eso y se respeten las siete Constituciones del Ecuador. No sé cómo haré para vigilar tantas. ¡Qué maravilla sería el país si tuviésemos solo una!

Y si llueve, les juro que me seco el ojo enseguida. O anclo un paraguas diminuto justo en mi pestaña, como piercing.

 

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