Blade Runner

Lo entiendo con Star Wars y Jurassic Park, pero no creía que haya tanta gente que se sienta nostálgica acerca de una película existencialista sobre androides. Es como sentirse nostálgico acerca de 1984. Pero claramente subestime la obsesión de Hollywood con retomar ideas viejas así que aquí está Blade Runner 2049, que es como Blade Runner pero con 200% más referencias y guiños a fans.

Blade Runner, por supuesto, es la película de ciencia ficción dirigida por Ridley Scott que se convirtió en un clásico de culto por alguna razón que no comprendo. Claro que es una de las películas más visualmente innovadoras de la historia, pero también es un filme obtuso donde no estás seguro si cualquier decisión creativa fue tomada a propósito.

En ese sentido, 2049 es todo lo que pude haber deseado porque tiene toda la ciencia ficción y bonitos paisajes que podría querer, pero con una fuerte voz creativa que mantenga todo en orden. Ese sería Denis Villeneuve, que dirige la película. A diferencia de Ridley Scott, que parece confundido acerca del significado de sus grandes trabajos, Villeneuve sabe lo que está haciendo.

La trama es más o menos la misma que la de la película anterior. En un mundo futurista donde los increíbles avances tecnológicos no han logrado prevenir que todo sea gris y deprimente, un policía encargado con la tarea de matar androides tiene una crisis existencial. Esta vez nuestro protagonista es K, interpretado por Ryan Gosling. Y de verdad no me esperé una actuación tan buena. Gosling es un buen actor, pero estaba anticipando su rutina de mirar a la cámara sin emociones como hizo en Drive y Place Beyond the Pines. En cambio, es enormemente complejo, emotivo y a veces carismático. No puedo decir mucho de su personaje sin revelar detalles de la trama, pero en mi mente es quizá la mejor actuación de Gosling y sostiene completamente la película.

Pero todo el filme está repleto de increíbles personajes y ambientes. También están las ideas filosóficas que uno viene a esperar de Blade Runner y Denis Villeneuve. “¿Qué nos hace humanos?” “¿Puede una maquina tener un alma?” Blah, blah, blah.

Lo malo es que no todos los personajes son tan buenos. Jared Leto es horriblemente genérico como antagonista. “Dueño de una gran corporación con un complejo de Dios” no es lo más original del mundo. Además las cosas se ponen bastante predecibles para tratarse de una película de tres horas con decenas de personajes.

En resumen, es como Blade Runner pero más grande, accesible y menos aburrida. Si no has visto Blade Runner, imagina Arrival o Her pero con más pistolas y hologramas.

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