La década del sustituto. Lenín, ¿un nuevo Mesías?

Manifestaciones continuas en las primeras semanas, una crisis económica creciente, inmensa falta de legitimidad debido al escasísimo margen de su victoria y las tantas denuncias de fraude electoral, además de portar la carga más pesada de todas: su vicepresidente impuesto, Jorge Glas.  Nótese que todos los factores mencionados son producto de su herencia.

Con este escenario, sería complejo gobernar así que, en sus cinco meses como presidente, Lenin ha cambiado la escena. Ha tratado de parecer ajeno a lo que heredó de su partido. Comenzó por emprender acciones para ganar la legitimidad que carecía.  Ha ido generando una percepción de honradez a través de la lucha contra algunos actos de corrupción.  Ha acuñado un discurso donde anuncia que ahora sí, la revolución va en serio porque lo de antes fue un desvío.

Para alterar el contexto, Moreno se ha empeñado en golpear a los símbolos, caras y obras más reconocidas del gobierno anterior, gobierno que nos dejó infestados de corrupción, endeudados, más desiguales y rotos, gobierno del que él -Lenin- fue parte. Para saber si estos golpes, a los que llamaremos acciones, son pasos para volver a la democracia o medios para mantener el circo, tenemos que observar unos cuantos y respondernos.  Vamos:

1. El presidente ha logrado aislar de forma temporal a uno de los personajes más odiados, más sospechosos y grises de la historia del Ecuador: Jorge Glas. Sin embargo, aproximadamente el 70% de su actual gabinete fue parte del gobierno de Correa.  Si el gobierno de Correa fue un nido de corrupción -como estamos viendo- ¿por qué entonces Lenin recicla a sus funcionarios?

2. Lenin dice que pretende fortalecer la dolarización, no obstante, mantiene sin cuestionar a la única institución que actualmente puede desvanecerla: el Banco Central del Ecuador.

3. Moreno no amedrenta a la prensa y parece que esta lo nota. En la Consulta Popular que plantea, hace una pregunta sobre la derogación de la “Ley de Plusvalía” pero no consulta si la “Ley de Comunicación” debería ser derogada.  Parece que, ahora que es presidente, en sus planes no está desaparecer a la “Ley Mordaza” ni a la SECOM.

4. Ha promovido y promocionado la lucha contra la corrupción que dejó el gobierno anterior, pero no deberíamos olvidar que por años él fue una de las tantas terneras que vivió la gula auspiciada por la Revolución. Asunto del cual no ha hablado.

5. En la Consulta Popular planteada habla de la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, órgano principal de la Función de Transparencia y Control Social. La restructuración, en base a su anexo, es superficial pues se dejan intactas las competencias del organismo.  Y es que el problema está en que en realidad las competencias de participación ciudadana no pueden estar en manos del estado, porque entonces son manipulables por este.  La participación ciudadana deja de existir cuando queda en manos del estado. Este Consejo no tiene que reestructurarse, tiene que desaparecer.

6. Lenin dice que quiere hacer ajustes a la SENAIN cuando varias organizaciones de la sociedad civil han manifestado que quieren que esta desaparezca. Hasta ahora no hay cambios esta Secretaría (si están leyendo esto mientras lo escribo, les mando saludos con infinito amor).

7. Parece que, en su búsqueda de la justicia, Lenin olvidó la importancia de que los jueces sean independientes por lo que tampoco ha mencionado cambios con respecto al amedrentamiento judicial que supone el “error inexcusable”. Mas bien, parece que quiere esquivar el tema asegurando que conoce la integridad de Gustavo Jalkh.  Lo que me recuerda a Correa defendiendo a Glas.

8. El gobierno de Lenin Moreno ha querido cambiar, para mejor, la dinámica entre grupos indígenas el Estado, sin embargo, una vez más, la cabeza del Ejecutivo copia la misma actitud y respuesta que su antecesor frente a los colectivos de la sociedad civil. El Ecuador no se presentó a las audiencias 163 del 16 de agosto de 2017 ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde se denunciaron los abusos del estado contra los indígenas que son dueños de las tierras donde hay yacimientos y el hostigamiento a defensores de DDHH. De nuevo, quiso hacer oídos sordos a las denuncias de las víctimas.

9. Sigue limitando derechos fundamentales mediante decretos ejecutivos medianamente más benevolentes que los dictados por Correa. ¿El último ejemplo? El Decreto Ejecutivo 193. Esto refleja que sigue manejando nuestros derechos y libertades a punta de decretos obviando la Constitución, el ordenamiento internacional de DDHH y la división de poderes.

Al parecer el flamante presidente del Ecuador está manteniendo el aparataje de sumisión y coerción correista, la diferencia es que no lo utiliza… todavía.  Sus acciones se basan en cambios superfluos que nos contentan y nos calman, nos generan tranquilidad para que podamos distraernos en cosas que no tengan que ver con un gobierno que en el fondo no ha cambiado.

Si toda la estructura montada por el gobierno de Rafael Correa se mantiene en la administración de Moreno, en él no hay que confiar pues parece que bajó las armas sin desarmarse.  Si la cosa sigue así, Lenin será un sustituto de Rafael y no un redentor.  Sustituto que busca lo que Correa perdió: poder total en lugar de democracia.

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