Racionalizar gastos

Es la empresa más grande del mundo. Mantiene 84.000 puestos de trabajo directos en los cincuenta estados de los Estados Unidos de América y cientos de miles empleos indirectos. La mayoría destinado a la comercialización y servicios, no en las fábricas, como cree el socialismo del siglo XXI.

La compañía tiene proyectado crear 20.000 empleos más en los próximos cinco años. Prevé impuestos de repatriación por aproximadamente 38 mil millones de dólares, según lo establecido en la reciente ley fiscal gringa. Posiblemente, el monto más alto de la historia. La contribución directa de Apple a la economía de los Estados Unidos será de 350.000 millones de dólares en los próximos cinco años, sin incluir los impuestos, ni los tributos que pagan los trabajadores, ni la venta de los productos Apple.

En cambio en el Ecuador, en el 2006, teníamos 332.000 servidores públicos. Hoy contamos con 809.000, incrementando proporcionalmente la presión fiscal de la sociedad civil para poder mantenerlos. No creo que sean tan productivos como los de Apple, porque esa compañía con 84.000 trabajadores, podría comprar el Ecuador siete veces.

Mientras tanto, las empresas públicas siguen jugando a ser compañías privadas, pero con privilegios. El ex ministro de finanzas aprobó un préstamo para TAME por cincuenta millones de dólares para que la burocracia pueda seguir viajando gratis y perdiendo el dinero de nuestros impuestos. Esta aerolínea tiene deudas excesivas y arrendamientos innecesarios de aeronaves que causaron que la Contraloría dictamine responsabilidades contra miembros de su directorio.

Vemos cómo quieren salvar de la disolución societaria a otra empresa pública quebrada por mala administración: Gamavisión. Tiene pérdidas acumuladas equivalentes al 318 % de su capital y reservas gracias a la negligente (por decir lo menos) administración pública.

Son dos ejemplos que muestran cómo se desperdician los recursos estatales, que después, el gobierno quiere que reembolsemos vía más impuestos. No hemos analizado las demás empresas públicas. Lo correcto es vender o concesionar estas compañías para que se conviertan en productivas y esos empleos sean sustentables, o apagar la luz para evitar que continúe la hemorragia de decenas de millones de dólares. Nuestros millones de dólares.

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