¿Estamos ante una crisis de países emergentes?

Gonzalo Orellana
Londres, Reino Unido

Las últimas semanas han sido muy duras para varios países en vías de desarrollo, en particular Argentina y Turquía. Lo que se veía como problemas aislados en esas dos naciones, parece estar extendiéndose a otros y hay quienes empiezan a hablar de una crisis de mercados emergentes. ¿Está justificado ese miedo? ¿Cómo le afecta esto a Ecuador? ¿Hay algo que podamos hacer? estas son algunas de las preguntas que deberíamos estar planteándonos.

Empecemos por el principio, como casi siempre en economía si queremos entender un problema tenemos que mirar la historia. Después de la crisis del 2008/2009 que afectó con particular fuerza a los países desarrollados, un gran flujo de dinero se movió hacia países en vías de desarrollo o también llamados emergentes. Estos países ofrecían mayores niveles de crecimiento que las convalecientes naciones desarrolladas, lo que sumado al boom de los «commodities» producto del crecimiento chino hizo que los países emergentes vieran crecer su deuda, sus bolsas de valores y la fortaleza de sus monedas a una gran velocidad.

Lo que estamos viendo ahora es el proceso opuesto, con la economía de EE.UU creciendo al 4%, con niveles de desempleo en mínimos en países como EE.UU, Canadá o Alemania, los bancos centrales de países ricos están subiendo las tasas de interés y haciendo más atractivo invertir allí. Lo que significa que los flujos de dinero abandonan las naciones emergentes y se mueven a países ricos, debilitando las monedas de países en vías de desarrollo, haciendo caer sus bolsas de valores y haciendo más caro su endeudamiento.

El inicio de este proceso afectó primero a los países más débiles. Argentina se ha llevado la peor parte, a lo largo del 2018 su moneda se ha depreciado más del 100% empujando la inflación hasta un esperado 42% a final de año, el Banco Central tuvo que subir la tasa de interés al 60% ahondado la recesión que según el gobierno de Macri será de un -2.4% este año. ¿Porque Argentina es el país que más sufre? pues porque sus cifras macroeconómicas son un desastre, la suma de déficit fiscal más déficit de cuenta corriente (sus relación con el mundo) fue casi un 11% en 2017, lo que sumado a la inflación que viene arrastrando hace una década y unos niveles de deuda que crecieron rápidamente desde 2015 lo ponen en una posición muy vulnerable frente a shocks externos.

El otro país que ha sufrido un fuerte golpe es Turquía por razones similares a Argentina, su moneda se ha depreciado un 50% desde inicio del 2018, la inflación acaba de llegar al 18% y tuvo una suma de déficits cercanos al 9% en 2017. Aunque en este caso cuenta con la ventaja de ser una economía que venía creciendo a buen ritmo durante más de una década, por encima del 5%. La desventaja es que está gobernada de manera cada vez menos democrática y más irresponsablemente. Hace unos meses Turquía podría haber evitado la devaluación si su Banco Central hubiese subido la tasa de interés, lo que fue impedido por un presidente más preocupado de que la economía crezca en el corto plazo y con ella su  popularidad, que por la sostenibilidad de la economía en el largo plazo.

Algunos otros países se han sumado a los problemas, aunque en menor medida que los dos anteriores. Brasil que aunque con mejores cifras macroeconómicas tiene unas elecciones en octubre que le añaden incertidumbre política; o Sudáfrica, producto de su entrada en recesión durante el segundo trimestre del 2018. Por ahora los mercados emergentes más grandes como China, India o Rusia no se han visto afectados masivamente, aunque China podría sufrir si el gobierno de Trump mantiene su idea de poner aranceles más altos a las importaciones chinas.

¿Cómo le afecta esto a un país como Ecuador? Negativamente sin duda, las últimas dos semanas el riesgo país ha subido hasta niveles muy altos. El país se encuentra en una situación de transición desde un modelo de enorme gasto público y alto endeudamiento bajo el correismo hacia un modelo donde el sector privado sea el motor del crecimiento y el estado tenga un rol más moderado. Aunque durante el primer año de gobierno de Moreno los ajustes fueron débiles e inconsistentes, el gobierno ahora parece enfocado en reducir el déficit fiscal para hacer al Ecuador menos vulnerable, evidentemente el entorno externo hace que esos ajustes deban ahora ser más rápidos y profundos, como le está pasando a Argentina.

El ajuste planteado recientemente por el gobierno pone una mayor parte del esfuerzo en el gobierno, mediante fusión y eliminación de entidades, venta de vehículos públicos, no renovación de contratos ocasionales, así como beneficios tributarios contenidos en la nueva ley aprobada el mes pasado. Este programa económico que implicaba llegar a tener unas cuentas balanceadas al 2020 (a nivel primario, que excluye los repagos de deuda) quizás habría sido suficiente de no encontrarnos ante un entorno externo que se deteriora rápidamente para países emergentes, pero ahora quizás no lo sea.

¿Podemos hacer algo? La dolarización blinda a los ecuatorianos de problemas como la devaluación o inflación que Argentina y otros países enfrentan cuando el manejo macroeconómico es irresponsable, como fue durante el correísmo. Sin embargo tener déficits fiscales tarde o temprano genera problemas y en Ecuador esto se traduce en bajo crecimiento económico y la imposibilidad de crear empleo.

No sé qué tan probable es que la situación actual se convierta en una crisis de mercados emergentes como en 1998, pero lo que está claro es que la única opción para el Ecuador es ordenar sus finanzas y necesitar la menor cantidad de dinero prestado y es probable que el recientemente anunciado ajuste no sea suficiente. Las consecuencias de la irresponsabilidad del gobierno de Rafael Correa todavía no han terminado.

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