Den la cara, no fuguen

Ángel Polibio Córdova
Quito, Ecuador

Decenas de exfuncionarios convictos han fugado para eludir los procesos judiciales; si están fuera, no regresan, y si están en el país se burlan de las medidas cautelares, lanzan a la basura los grilletes electrónicos. Es espantoso e irónico el deficiente control de estos elementos peligrosos que deben responder por miles de millones de dólares y por actos delincuenciales de enorme incidencia nacional. ¡¡¡Es una ignominia!!!

Cuando estaba en marcha la persecución y acoso a CEDATOS, a mi familia y mi persona y me encontraba en Estados Unidos por atención médica a mi esposa. El 26 de mayo de 2017 fui vinculado a la indagación previa del caso a consecuencia de una denuncia de la entonces vicepresidenta de la Asamblea, luego ministra de Justicia y parte de la terna para vicepresidenta de la República, fundamentada en videos supuestamente de la SENAIN y en correos y documentos hackeados, porque nuestras encuestas dos semanas antes de las elecciones del 2 de abril daban mínimas diferencias entre los candidatos finalistas, con un nivel de electores indecisos del 30%.

El mismo día de mi vinculación a este proceso decidimos con mi esposa regresar al país para presentarme a la Fiscalía el 1º de junio fijado por la jueza del caso. El martes 31 de mayo cuando llegamos al aeropuerto de Quito, la agente de pasaportes sorprendida me informó que tenía prohibición de salir. “Yo lo sé”, le dije, y a los medios de comunicación que cubrieron mi llegada les manifesté que REGRESABA A DAR LA CARA.

En efecto a las 12h00 del día siguiente me presenté a la Fiscalía como lo hice cada quince días por 18 veces, hasta el 23 de febrero de 2018 que fui sobreseído. Posteriormente el 13 de abril los jueces provinciales ratificaron mi inocencia, desatendiendo la injerencia del poder político en la justicia, evidenciada en la cadena nacional presidencial del 5 de marzo.

En las próximas semanas publicaré mi libro que recoge acontecimientos que han conmovido al país desde su iniciación como república hasta nuestros días. Las páginas describirán cómo se ha maltratado a las instituciones públicas, cómo se ha jugado con las cifras oficiales, cómo se ha traicionado a la población y se ha convertido en líderes a personas y grupos con bases falsas, con desfalcos, mal uso de recursos, trazando rutas de pobreza, infelicidad y desaliento.

Las encuestas de opinión pública que por más de 50 años vengo realizando en el Ecuador y otros países son el medio que ha permitido conocer el real sentimiento de la población, convirtiéndose en un verdadero instrumento de la democracia, sin someterme al allanamiento, persecución y acoso que el poder ejerció especialmente en los últimos años para tratar de exterminarnos.

Aspiramos con este trabajo a cubrir un evidente vacío y responder a la preocupación que existe en el país frente a un panorama incierto que, con información alejada de la realidad, oculta la difícil situación que se proyecta hacia un futuro sin rumbo.

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