La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que efectuó ayer una visita oficial a Ecuador, recibió la condecoración «Manuela Sáenz«, que otorga la Asamblea Nacional a jefes de Estado que se hayan destacado por su liderazgo y labor social.
La presidenta de la Asamblea, Gabriela Rivadeneira, impuso la condecoración a Bachelet en una ceremonia especial efectuada en la sede del Parlamento en Quito.
La condecoración lleva el nombre de la así llamada «Libertadora del Libertador» Simón Bolívar, considerada una de las mujeres ecuatorianas y latinoamericanas más destacadas en el proceso de Independencia colonial.
Tras recibir la presea, Bachelet destacó en un discurso los «enormes desafíos» que la región enfrenta para luchar contra uno de sus problemas más acuciantes como es la desigualdad, por lo que instó a los Gobiernos latinoamericanos a definir nuevas alternativas de desarrollo que permitan mejor niveles de equidad.
La mandataria chilena recordó que la desigualdad en la región no es sólo social, sino también étnica, económica y territorial, aunque señaló que la de género es una de las que más golpea a Latinoamérica.
Para ella, la realidad «exige que trabajemos con más energía que nunca para poner a disposición de la población bienes públicos esenciales para reducir esa desigualdad, especialmente para una educación gratuita y de calidad, así como salud digna al alcance de todos».
«La lucha contra la desigualdad no puede concluir hasta que se pueda asegurar la plena participación de las mujeres», sostuvo y felicitó el hecho de que la Asamblea Nacional de Ecuador acoja a un 42 % de legisladoras.
«Chile está muy lejos de eso», añadió Bachelet tras señalar que su Gobierno prepara reformas que permitan mejorar el porcentaje de la participación femenina en la representación política de su país.
También se refirió a la actual coyuntura mundial y volvió a sugerir la búsqueda de alternativas de desarrollo basadas en la innovación y el talento humano.
El actual contexto internacional de «incertidumbre, volatilidad de los mercados, el fin del llamado súper ciclo de los ‘commodities’, nos obliga a examinar aspectos importantes de nuestros sistemas económicos, excesivamente dependientes, muchas veces, de las materias primas, y a construir alternativas de desarrollo», reiteró.
También destacó como ejemplo la trayectoria de Manuela Sáenz, heroína independentista de Quito, y dijo llevar con orgullo la condecoración que lleva su nombre e impuesta hoy por la Asamblea ecuatoriana.
Dijo que recibía la condecoración «como la reafirmación de la gran hermandad entre nuestro pueblos, que está por encima de cualquier otra consideración». EFE (I)