El Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central obrera de Ecuador, realizó hoy una marcha en Quito para protestar contra las medidas económicas aplicadas por el Gobierno, que incluye el aumento del precio de la gasolina «súper», de alto octanaje, y despidos en el sector público.
«Sube el combustible y sube todo», «no más leyes antiobreras» pintaron los manifestantes en unas pancartas con las que expresaron su descontento por el ajuste económico aplicado por el presidente del país, Lenín Moreno.
Los sindicatos, además, rechazaron la eventual «eliminación de los subsidios» de todos los combustibles y exigieron «estabilidad laboral» ante los despidos en varias instituciones públicas sometidas a procesos de desaparición o fusión, en el marco de una política de austeridad y de reducción del tamaño del Estado.
«Rechazamos la elevación de los combustibles» y «el alto costo de la vida», corearon los sindicalista durante la marcha que recorrió algunas calles del centro colonial de la capital ecuatoriana, aunque la protesta también se reprodujo en otras ciudades del país.
Los manifestantes, en Quito, llegaron a la céntrica plaza de Santo Domingo, ante la mirada atenta de piquetes de policías antidisturbios que se limitaron a observar a los sindicalistas.
Pese a que la convocatoria no tuvo la habitual acogida que suelen tener las manifestaciones sindicales, la de hoy, según sus dirigentes, sólo fue una acción preparatoria de la «gran movilización nacional» prevista para el próximo 20 de septiembre.
El presidente en turno del FUT, José Villavicencio, dijo a Efe que las protestas continuarán, aunque no descartó un proceso de diálogo con el Gobierno, si retrocede en políticas que favorecen a los grupos poderosos.
«Estamos predispuestos al diálogo, siempre que haya la voluntad política del Gobierno de cobrar impuestos a los grandes grupos económicos, a los que ahora se les están condonando multas, intereses y recargos«, añadió el líder sindical.
Se refirió a una ley aprobada recientemente en la Asamblea Nacional (Parlamento) que perdona deudas e intereses tributarios a ciertas empresas grandes, con el fin de mejorar el ambiente productivo en el país.
«No se puede seguir gobernando sólo para los grupos económicos» poderosos, insistió Villavicencio que reprochó una supuesta intención del Gobierno para incrementar el precio de otros gasolinas como la «extra» o regular y el diesel, así como del gas de uso doméstico.
Milton Vargas, vicepresidente de la Central de Organizaciones Clasistas Unitaria de Trabajadores (Cedocut), que también forma parte del FUT, dijo a Efe que los sindicatos no están dispuestos a tolerar nuevas medidas económicas.
No es justo, dijo, que el Gobierno desista de cobrar las deudas a los grandes empresarios y que «nos pasen la factura» a los trabajadores.
Además, remarcó que cuando suben los precios de los combustibles, también se incrementa el valor de los pasajes del transporte y se encarecen todos los bienes y servicios.
Sin embargo, Vargas dijo que los sindicatos estarían dispuestos a conversar con el Ejecutivo, siempre que sea un diálogo en el que se escuche» la voz de los trabajadores.
El Gobierno, por su parte, ha justificado las medidas y ha señalado que éstas buscan sostener las finanzas públicas y generar liquidez. EFE
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