Dammatio ad bestias
Alberto Molina
Quito, Ecuador
A través de la historia, han sido varias las formas de aplicar la pena de muerte; los seres humanos en muchas de ellas han hecho gala de extrema crueldad:
Alberto Molina
Quito, Ecuador
A través de la historia, han sido varias las formas de aplicar la pena de muerte; los seres humanos en muchas de ellas han hecho gala de extrema crueldad:
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) fue anunciada el 23 de Febrero de 2010 en la XXI Cumbre del Grupo de Río, denominada Cumbre de la Unidad de América Latina y del Caribe, en Playa del Carmen (México), en base al Grupo de Rio y a la Cumbre de América Latina y del Caribe.
El general Raúl Castro es el presidente pro tempore de la CELAC y todos han ido a La Habana, como los ratones tras la flauta de Hamelin, a celebrar una segunda cumbre.
El cambio de la matriz productiva es, en estos tiempos, uno de los puntos de debate que más circula en el ámbito económico. Revisemos un poco a qué se refiere esto (en mi perspectiva) y, posteriormente, una pequeña reflexión.
Vivimos en Latinoamérica, una región profundamente escandalosa donde la política se cuaja, a mi parecer, con los más profundos argumentos melodramáticos de las telenovelas, una región donde el escándalo, los enfrentamientos, los descalificativos y demás juegos del lenguaje son protagonistas en la arena y coyuntura político-social.
Desde siempre me ha llamado la atención la relación que la ciudadanía tiene con el Presidente de la República, sobre todo en la manera como se refieren a él. Sus simpatizantes expresan la cercanía que sienten utilizando su nombre, Rafael, casi como si se tratara de un integrante más del entorno, como parte de su familia o como un amigo cercano. De hecho, esa cercanía se ha plasmado no solo en el guión de los eventos presidenciales cuando comparte con la gente, sino en el conjunto del mercadeo –y la maquinaria correspondiente- que ha hecho del nombre de pila del presidente de la República una de las marcas más recordadas y de mayor valor político, por la índole afectiva que sugiere.
En el año 2012, la Junta Bancaria, con la declarada finalidad de «prevenir la formación de incrementos especulativos de los precios en el sector inmobiliario», que se producía (según sus propias palabras) «debido a la alta demanda por la oferta de crédito», consideró necesario dictar regulaciones «que motiven el interés o comprometan a las instituciones financieras a contribuir en la contención de aquel incremento de precios» (Resolución JB-2012-2320, del 25 de septiembre de 2012).
Por suerte aún hay cifras por el mundo y aparecen libros y documentos testimoniales que constituyen una esperanza cierta de que en algún momento las cosas serán puestas en su sitio y el actual “relato” –progresista y populista– sobre América Latina, será arrasado por la verdadera historia y quedará expuesto como una gran mentira alimentada por los mandamases de ocasión y aupada por una manga de testaferros oportunistas y por no menos cobardes e hipócritas colaboracionistas que asienten, callan o meramente dan vuelta la cara.
Para gratificación de Correa y su trouppe hay que reconocer la eficacia en amedrentar y disuadir a quienes no apoyan o aprecian su gestión, de intervenir en política; y, en demostrar que es mejor la opción utilitaria de adherirse o ser neutro, que oponerse. La temporal y artificial estabilidad económica ha creado una zona de confort desde la que se aprecia con distancia y cinismo cómo se debilitan las libertades, como se derruye la democracia. Expresiones como “no seas obsesivo”, o “son capaces de cualquier cosa” acompañan discusiones efímeras que empiezan con el infaltable “qué te parece lo que sucede” y concluye con “y ¿qué van a hacer?” para ratificar que hacer oposición, por los riesgos que representa, es tarea de los demás.
Uno de los códigos implícitos de la corriente social es ese destino, esa cima cuyas coordenadas no se especifican pero que el inconsciente colectivo asume como un hito importante, al que la mayoría aspira en algún grado. Prepárate para que llegues lejos, muy arriba, le dicen los padres a sus hijos desde edad muy temprana; y así empieza una carrera, en lo más literal de la palabra, en una sucesión de peldaños y escaladas que nunca parecen suficientes, con una meta que luce clara, obvia: ser los primeros, llegar a lo alto, así, en minúscula. Los primeros en la clase, los primeros en la cola, los elegidos en la entrevista, los más populares en las fiestas, los más sobresalientes en el podio, los primeros… La educación se concentra en este paradigma, que se repite en la vida profesional. En el borde del arribismo.
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