
8 de marzo
Quito, Ecuador
Tengo la suerte de compartir mis instantes con una mujer integral, que cotidiamente se reinventa, se reta – me reta – en el ejercicio de vivir intensamente, y al final del día siento que me rebasa y me da cátedra, con una energía e integridad que supera muchas veces a mis quejas; profesionalmente impecable, humanamente intachable, bella, sensual y humana. De igual a igual, con luces y sombras, caminamos de a poco y nos encontramos aventuras: su libertad, su independencia, son para mi elementos indispensables de su ser, aunque a veces ese pequeño macho que todos llevamos dentro me lo recrimine. En ella me reconozco, su libertad me hace más libre. Fiel a la lógica de que el amor es eterno mientras dure, intento disfrutar su presencia, y sé bien que si algo saldría mal, tanto ella como yo seguiremos siendo fieles a nuestras esencias. Como iguales, nos aportamos, apostamos a un proyecto, común.