Sobre la inmunidad parlamentaria
Quito, Ecuador
Podemos imaginar esa aula de clase de adolescentes en la que el grandote impone sus reglas y castigos. Ese que le cuesta unir sujeto y predicado pero que tiene cicatrices en los nudillos y que cuenta las historias de los hermanos mayores como propias, hace los bautizos, establece escalafones arbitrarios, premia a sus incondicionales. Todo es disimulado y eficaz: el silencio producto del miedo es el aceite funcionar a la perfección los engranajes de esa máquina primitiva.
