
La diplomacia de Ricardo
Ahora que regresó el jefe, se nos acabaron las vacaciones. Veo a gente ajetreada, estresada, en un corre corre, redactando informes, recitando explicaciones para aprendérselas de memoria, tomando agüita de valeriana, lavando sus camisas con cuellito correísta. Todo un revulú.
El más tranquilo, aparte de mí, es el canciller Patiño. Sus acertadas declaraciones lo han regresado a las cumbres de las que fue alejado por grupos interesados, egoístas, inseguros, que ven en nuestro acertado líder de la diplomacia, un peligro. Esos grupos creen que la publicidad lo puede todo, pero qué equivocados están los muchachos.