Quito.- Cada 2 de Noviembre los cementerios ecuatorianos reciben las visitas de familiares y amigos de los difuntos. La costumbre de llevar colada morada y guaguas de pan cada vez es menos frecuente. Con los años, sin embargo, la tradición va cediendo paso al aprovechamiento del feriado en las playas o paseos familiares por parajes de la sierra ecuatoriana.
El Cementerio de San Diego, que fue declarado patrimonio cultural, es el campo santo más emblemático de Quito. En él se encuentran los mausoleos de las familias tradicionales de la antigua aristocracia quiteña, presidentes de la República, héroes de guerras y otras personalidades. También, en San Diego reposan los restos de personas humildes, que pasaron hacia otra vida sin el mundanal ruido de la fama.
Sorprende la soledad y el estado decadente en el que se encuentra el mausoleo del poeta ecuatoriano Jorge Carrera Andrade, considerado por muchos el más insigne representante de la lírica ecuatoriana. En contraste, la tumba del cinco veces presidente Dr. José María Velasco Ibarra y su esposa doña Corina Parral, jamás deja de tener flores que le acompañen, bajo la sombra del ondulante tricolor nacional.
Así fue el 2 de Noviembre, en imágenes:
