Estado Islámico se atribuye ataques en Bruselas

Soldados franceses patrullan una estación de autobús en el aeropuerto Charles de Gaulle en Roissy, en el norte de París, el martes 22 de marzo de 2016. Las autoridades aumentan la seguridad en los aeropuertos y calles de ciudades europeas tras los ataques en el aeropuerto y metro de Bruselas en donde se han reportado al menos 26 personas muertas. (Foto AP/Michel Euler)

BRUSELAS, Bélgica (AP) — Extremistas islámicos sacudieron el martes el corazón de Europa al matar a por lo menos 34 personas y dejar heridas a muchas más con ataques consecutivos en el aeropuerto y una estación del metro de Bruselas, lo que evidenció nuevamente las vulnerabilidades del continente a los ataques suicidas.

Viajantes ensangrentados y mareados se tambalearon afuera del aeropuerto luego de los dos estallidos — de los cuales uno se atribuye a un atacante suicida y otro a una maleta explosiva — ocurrieran en medio de las multitudes que documentaban sus vuelos matutinos.

Unos 40 minutos después, otra explosión sacudió a los viajantes del subterráneo en el centro de Bruselas, cerca de la estación Maelbeek, que está muy cerca de las instalaciones de la Comisión Europea.

Las autoridades difundieron una imagen de las cámaras de circuito cerrado, en la que se observa a tres hombres empujando un carrito de equipaje, e informaron que aparentemente dos de ellos fueron atacantes suicidas y que el tercero — vestido con un abrigo de color claro, sombrero negro y anteojos — se encuentra prófugo. Solicitaron al público para que se ponga en contacto en caso de reconocerlos. Las dos personas que se cree fueron los atacantes suicidas llevaban guantes oscuros en la mano izquierda, posiblemente para esconder los detonadores.

Durante los operativos policiacos posteriores efectuados en diversas partes de Bruselas, las autoridades encontraron un dispositivo explosivo lleno de clavos, productos químicos y una bandera del grupo Estado Islámico en una vivienda en el vecindario de Schaerbeek, indicó la fiscalía en un comunicado.

En esta imagen difundida por EurActiv del fotógrafo Evan Lamos, los pasajeros salen de los vagones del metro para caminar sobre las vías luego de un atentado al metro de Bruselas, Bélgica, el martes 22 de marzo de 2016. Al menos 31 personas murieron luego de los atentados coordinados en el aeropuerto de Bruselas y la estación Maelbeek del metro. (Evan Lamos/EurActiv, via AP)
En esta imagen difundida por EurActiv del fotógrafo Evan Lamos, los pasajeros salen de los vagones del metro para caminar sobre las vías luego de un atentado al metro de Bruselas, Bélgica, el martes 22 de marzo de 2016.  (Evan Lamos/EurActiv, via AP)

El grupo Estado Islámico dijo que sus miembros detonaron sus chalecos explosivos tanto en el aeropuerto como en el metro, donde varios pasajeros huyeron a través de los oscuros túneles repletos del humo que dejó la explosión registrada en el tren cuando éste se alejaba del andén.

Funcionarios europeos de seguridad temían desde hace varias semanas un atentado a gran escala y advirtieron que el grupo Estado Islámico se preparaba de manera activa para atacar. El arresto del viernes de Salah Abdeslam, un sospechoso clave en los atentados del 13 de noviembre en París, incrementó esos temores, luego de que los investigadores revelaran que se involucraron en la organización de los ataques mucho más personas de lo anticipado y que algunos de ellos aún estaban prófugos.

«En estos momentos de tragedia, en este oscuro momento para nuestro país, le pido a todo el mundo que conserve la calma pero que también muestre solidaridad», dijo el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, quien anunció tres días de luto nacional tras el ataque terrorista más mortífero en la historia del país.

«El año pasado fue París. Hoy fue Bruselas. Son los mismos ataques», dijo el presidente de Francia, Francois Hollande.

Bélgica incrementó su alerta terrorista al más alto nivel, cerró el aeropuerto hasta el miércoles y ordenó un cierre en toda la ciudad, además de desplegar unos 500 soldados en las vacías calles de Bruselas para reforzar los puntos de revisión policiacos. Tanto Francia como Bélgica reforzaron su seguridad fronteriza.

Ministros de justicia y del Interior de los 28 países de la Unión Europea programaron una reunión de emergencia, posiblemente a efectuarse la mañana del jueves, para evaluar los daños. El estallido del subterráneo ocurrió por debajo de edificios en que normalmente se realizan los encuentros de la UE y albergan a los altos mandos del bloque.

Autoridades médicas que atienden a los heridos comentaron que algunas de las víctimas perdieron extremidades, mientras que otras sufrieron quemaduras o cortes profundos a causa de los vidrios rotos o lo que se presume eran clavos empacados dentro de los explosivos. Entre los heridos de mayor gravedad se encuentran varios niños.

Las explosiones ocurrieron casi cuatro meses después de que atacantes suicidas que habitaban en el distrito Molenbeek de Bruselas, asesinaron a 130 personas en distintos puntos de París, y las agencias de inteligencia habían advertido durante meses que un nuevo ataque era inevitable. Esos temores se incrementaron tras el arresto de Abdeslam en Molenbeek, y luego de que la policía admitiera que otros sospechosos relacionados a los atentados de París estaban prófugos.

Un alto funcionario judicial belga dijo que una conexión entre Abdeslam y los atentados del martes es «una pista a seguir». El funcionario habló bajo condición de anonimato debido a que la investigación está abierta.

Abdeslam le dijo a los investigadores que planeaba «reiniciar algo» desde Bruselas, de acuerdo al ministro de asuntos exteriores de Bélgica, Didier Reynders. El domingo, las autoridades tomaron con seriedad dichas declaraciones porque «encontramos muchas armas, armas pesadas en las primeras investigaciones y vimos una nueva red de personas a su alrededor en Bruselas».

Aunque sabían que se preparaba algún tipo de acto extremista en Europa, se sorprendieron por la dimensión de los atentados del martes, dijo el ministro del interior de Bélgica, Jan Jambon.

«Siempre fue posible que sucedieran más atentados, pero nunca nos habríamos imaginado algo de esta escala», admitió.

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Los periodistas de Associated Press Cook, John-Thor Dahlburg y Angela Charlton en Bruselas, Lori Hinnant y Elaine Ganley en París, Jill Lawless en Londres, Jon Gambrell en Dubai, Qassim Abdul-Zahra en Bagdad, Bradley Klapper en Washington y Shawn Pogatchnik en Dublín contribuyeron con este despacho.

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