Harvard se moviliza para proteger de Trump a sus estudiantes indocumentados

Harvard Yard, centro de la prestigiosa universidad.

Washington, (EFE).- Pocas horas después de que se confirmara la victoria electoral de Donald Trump, los alumnos de una clase de cultura latina de la Universidad de Harvard iniciaron un movimiento que hoy se ha extendido por todo EE.UU. y pide el apoyo directo de los centro educativos para evitar las deportaciones prometidas por el presidente electo.

«Cuando llegué el miércoles a clase la moral estaba por los suelos», explicó hoy a Efe Lorgia García Peña, profesora adjunta del Departamento de Literatura y Lenguas Romances de la Universidad de Harvard.

Según Rosa Vázquez, alumna de la clase de «Latinidad» que imparte García, en el aula sobrevolaba una nube de nerviosismo y decepción tras la elección doce horas antes de Trump, quien durante la campaña se centró en criticar a los inmigrantes indocumentados y prometió expulsarlos a todos del país.

En solo unas pocas horas, Vázquez y los otros asistentes a la clase de cultura latina de Harvard redactaron una carta con pasos concretos para proteger a los indocumentados que estudian en la prestigiosa universidad de redadas masivas contra indocumentados.

La misiva ha recibido hasta hoy un apoyo sin precedentes, con 5.000 firmantes entre el alumnado y el profesorado de la universidad y se ha convertido en la semilla de un movimiento en centros universitarios de todo el país que quieren emular sus propuestas.

Las peticiones de los firmantes son que la Administración de Harvard contrate un decano de Igualdad y Diversidad, un puesto actualmente vacante, y creen bajo esa autoridad un responsable dedicado en exclusiva a proteger a los estudiantes indocumentados.

Asimismo, recomiendan que se habiliten lugares como las iglesias dentro del campus para que se conviertan en «santuarios» de estudiantes indocumentados, en caso de redadas de las autoridades migratorias.

Otra de las medidas es obtener un compromiso de las autoridades de la universidad para que no comuniquen el estatus migratorio de sus estudiantes a las autoridades federales si se inician las temidas redadas en todo el país para deportar a inmigrantes.

Estas ideas son similares a las que se están presentando en universidades de todo el país, como Yale, la Universidad de Nueva York o Stanford (California), que este miércoles organizaron acciones de protestas bajo el lema de «Campus Santuario».

Más de 80 universidades y centros educativos en todo el país pidieron hoy que los predios universitarios se conviertan en refugios que protejan a los estudiantes indocumentados, incluidos los que hasta ahora se han beneficiado de la acción diferida del presidente Barack Obama, que excluye de la deportación a aquellos que llegaron de niños al país y han crecido en EE.UU.

«Los asistentes a la clase (de la profesora García) ya estábamos afectados por la retórica de la campaña y la victoria (de Trump) nos afectó muchísimo, algunos hasta acabamos llorando», explicó la estudiante mexicana.

Vázquez es una de los 40 indocumentados que están matriculados en Harvard. Llegó a los siete meses a Estados Unidos, pero regresó a México desde los 2 a los 14 años, por lo que no es elegible para la acción diferida, lo que la convierte en uno de los alumnos de Harvard más vulnerables a las medidas que Trump ha prometido.

«Es muy importante movilizarse y promover la empatía por personas que están en riesgo de deportación», explica Vázquez, que asegura que su sueño siempre fue estudiar en Harvard y que ama Estados Unidos, un país en el que viven sus padres y del que sus hermanos son ciudadanos.

Paralelamente, cerca de 350 profesores y miembros de la Universidad de Harvard han recordado en otra misiva que las declaraciones de Trump contra inmigrantes y musulmanes son contrarias a los principios defendidos por la institución.

«La diversidad no es asunto solo de admisión, es un asunto de compromiso democrático y de aprendizaje del otro. Es central en la misión pedagógica e intelectual de la universidad», recuerdan los profesores.

El germen nacido en la clase de Lorgia García ha excedido todas las expectativas de los alumnos que iniciaron ese debate el día después de las elecciones, especialmente con el apoyo masivo de otros estudiantes en Harvard y de profesores.

Vázquez confía en que con «presión y visibilidad» las universidades de todo el país, donde los llamados «dreamers» trabajan por cumplir sus sueños y los de sus padres de una vida mejor para sus hijos, se conviertan en refugio de los indocumentados mejor formados del país. EFE (I)

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