Los niños están entre los grupos más afectados por la crisis en Nicaragua

MANAGUA (NICARAGUA), 30/05/2019.- Un joven lanza un mortero durante un homenaje a las víctimas de las pasadas manifestaciones, este jueves, frente a la Catedral Metropolitana de Managua (Nicaragua). Grupos de opositores realizaron protestas en diferentes ciudades de Nicaragua este jueves, para conmemorar el primer aniversario de la muerte de 19 personas durante una gran marcha contra el presidente Daniel Ortega, que coincidió con el Día de las Madres. EFE/Jorge Torres

El sábado fue el Día del Niño en Nicaragua, sin embargo, la defensora Yonarqui Martínez, conocida como «la abogada de los presos políticos», afirmó que «no hay nada que celebrar», en medio de una crisis sociopolítica que ha dejado decenas de infantes muertos o torturados, y una generación infantil marcada por el dolor.

«No hay nada que celebrar (…) es difícil poder decirle Feliz Día del Niño a un menor que no ha visto a su padre, que no lo ha podido abrazar, al que cuando llega a la visita (de su padre o madre en prisión) los registran, les tocan sus partes», dijo a Efe Martínez, defensora de varios menores de edad acusados por el Gobierno de terrorismo y otros delitos.

Los menores de edad están entre los grupos más afectados por la crisis. Al menos 29 perdieron la vida en ataques con armas de guerra ejecutados por el Gobierno de Nicaragua contra opositores del presidente Daniel Ortega, en los últimos 13 meses, según datos de la Federación Coordinadora Nicaragüense de las ONG que Trabajan con la Niñez y la Adolescencia (Codeni).

A las muertes y torturas se suman los huérfanos, exiliados, los que sufren secuelas psicológicas, y los que ya no pueden asistir a la escuela o al sistema de salud, por ser hijos de opositores, muchos de ellos «presos políticos», recordó la abogada.

Para Martínez, es un «dolor inmenso» conocer que incluso niños «fueron torturados igual que los adultos, con los menores se ensañaron más».

Los niños torturados por protestar contra Ortega fueron quemados con ácido o con colillas de cigarro, recibieron golpes, y se les hicieron heridas, recordó la abogada, según los testimonios de las víctimas.

Uno de los casos más famosos fue el de un adolescente de 14 años, que en septiembre pasado denunció haber sido secuestrado por agentes de la Policía Nacional, quienes utilizaron una jeringa para marcar en uno de sus brazos las iniciales «FSLN», del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional.

La defensora afirmó que incluso sus propios hijos son víctimas, porque sus preocupaciones deberían ser las tareas de la escuela o cómo colorear, en cambio, permanecen temerosos de si algo le ocurre a su mamá o su papá.

Martínez insistió en que basta ver que el Gobierno no se ha interesado por la salud mental de los niños, para saber que es necesario un cambio de autoridades.

«Esperamos que esto termine para que comencemos a sanear el alma y el corazón de todos esos niños», resaltó la abogada.

Martínez es conocida en Nicaragua como «la abogada de los presos políticos», ya que ha defendido a decenas de manifestantes que el Gobierno acusa de terrorismo y otros delitos, muchos de forma gratuita.

Al menos 325 personas han muerto en la crisis sociopolítica de Nicaragua, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Organismos humanitarios locales cuentan hasta 594. El Gobierno reconoce 199.

La CIDH ha reiterado que a lo largo de la crisis el Gobierno ha cometido crímenes «de lesa humanidad». EFE (I)

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