El pastor evangélico Jonathan Carrillo fue condenado por el Tribunal de Garantías Penales de Pichincha, a 25 años de prisión por el delito de secuestro extorsivo con muerte de la joven Juliana Campoverde. Esta sentencia se da luego de 7 años desde que la familia denunciara el caso.
El Tribunal valoró el conjunto de prueba indiciaria de los hechos –compuesto de treinta y cinco testimonios y dieciocho documentos– presentado por la fiscal del caso, Mayra Soria, para determinar la responsabilidad del pastor.
Las pruebas apuntan a que Carrillo fue la última persona en ver con vida a Juliana, que creó un perfil falso en redes sociales para manipularla y amenazarla con textos bíblicos, utilizó el chip del teléfono celular de Juliana en su propio celular cuando ella ya estaba reportada como desaparecida y emitió falsas señales de vida de la víctima; además de la entrega de pistas y versiones falsas, entre otras, manifestó la fiscalía.
El Tribunal además dictaminó el cierre definitivo de la iglesia Oasis de Esperanza y la reparación material de 100.000 dólares para los padres de Juliana.
Los familiares de la joven la buscan desde el 7 de julio del 2012 cuando fuera desaparecida. Para el padre de Juliana, lo que buscaban, más que una sentencia, era a Juliana.
«Nuestra lucha seguirá inclaudicable. Seguiremos hasta que nos digan donde la tienen. Seguramente hay un temor de no decirnos porque tendrá que involucrar a otras personas más. No vamos a parar. Estamos contento en parte por el fallo del tribunal, pero esto no está completo. Sino está Juliana no está completo«, dijo a la prensa el padre de Juliana.
El pastor y su familia han rechazado el proceso en su contra y aducen que todo esto es producto de una persecución contra el condenado.