Opinión

Marcelo Chiriboga: Elegía del más grande

Por Miguel Molina Díaz
Quito, Ecuador

Para escribir sobre Marcelo Chiriboga un rubor tormentoso me congela, sobre todo, los dedos y los parpados. Es difícil, por no decir imposible, para un aficionado a la literatura, concebir las palabras precisas con las que he de referirme al más grande escritor ecuatoriano de todos los tiempos. Chiriboga, sin lugar a dudas, superior a Borges y a Cortázar, llegó a ser, en sus días de gloria, el escritor más genial del Boom Latinoamericano y su obra trascendió las fronteras de todas las regiones de la Tierra: era leído con una devoción religiosa incluso en África.

[…]

Opinión

¿La comedia mexicana de Fuentes?

Por Joaquín Hernández
Guayaquil, Ecuador

No hay finado que sea malo, reza perversa, la sabiduría popular. En su edición especial de aniversario por los 35 años de su fundación (1976 – 2011), la revista Proceso consigna, para siempre, en el lenguaje «silencioso pero implacable», de sus fotógrafos las imágenes de los acontecimientos y de los personajes de la vida mexicana. En los personajes de la cultura falta una foto de familia: la de Carlos Fuentes. […]

Opinión

Carlos Fuentes y yo

Por Carlos Jijón
Guayaquil, Ecuador

Empiezo advirtiendo que nunca en mi vida, ni de lejos, he visto a Carlos Fuentes. Una vez me crucé con García Márquez: yo, en medio de una tropelía de reporteros en  una cumbre de presidentes, mientras él bajaba una escalera en el Cartagena Hilton después de entrevistar a Fidel Castro. En otra ocasión, enviado por la revista Vistazo, gocé del privilegio de entrevistar durante media hora a Mario Vargas Llosa en su casa de Barranco, en Lima. Pero en realidad jamás tuve la fortuna de coincidir con Carlos Fuentes en ningún lugar.

[…]

Opinión

Puerto Rico en Veracruz

Por Carlos Fuentes
Homenaje en el día de su muerte

Hay libros que merecen —que reclaman— una segunda lectura. Yo había leído La guerra y la paz de Tolstoi a los 21 años. Veinte más tarde, la novela me pidió que la re-leyese. Busqué una manera de volver a las 1.500 páginas del libro sin interrupciones. Telefonemas, citas para comer, cartas, diálogos, etc. Lo mejor era embarcarse para un largo viaje de alta mar sin más compañía que Tolstoi.

[…]