Opinión

Levantar la cabeza para no perderla

Carlos Jijón
Guayaquil, Ecuador

En la primera parte de Enrique IV, el conde de Worcester le explica a su sobrino, sir Henry Percy (a quien la posteridad recordaría también por el sobrenombre de Hotspur), que una de las maneras más seguras para evitar que un rey ambicioso pueda llegar a cortar la cabeza de un hombre libre, es que este la mantenga siempre erguida. “Salvar nuestras cabezas levantando nuestras cabezas”, menciona casi al final del primer acto, cuando una rápida puesta en escena ha dejado claro que el hombre al que los Percy han ayudado a convertirse en rey no los considera ya como iguales y los ha puesto ante la disyuntiva del sometimiento o la destrucción.

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