
Adiós a Margaret Thatcher
Álvaro Vargas Llosa
Washington, Estados Unidos
No es una ironía menor, en mi vida personal, que la muerte de Margaret Thatcher me pillara a punto de hacer una intervención pública en la Bolsa de Comercio de la ciudad de Córdoba, en Argentina. Tuve que decidir, en pocos minutos, entre dos opciones igualmente dolorosas. ¿Debía decir dos palabras en memoria de la ex Primera Ministra británica a la que, con ciertas discrepancias en asuntos puntuales, admiré mucho en líneas generales y a quienes varios de los invitados extranjeros en aquel evento habían admirado también? Si lo hacía, sería inevitable ofender a algunos argentinos en el auditorio, para quienes el trauma de las Malvinas sigue vivo. Si no lo hacía, estaría eludiendo un elemental deber de conciencia.