
¿Incitar al odio?
Por Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador
Asumo el riesgo de que todo lo que diga a favor de Miguel Macías Carmigniani sea usado en mi contra, con el sambenito de parcialidad pues es mi primo hermano como el apellido lo revela; pero también asumo el riesgo de que cualquier discrepancia conceptual sea deformada con el pretexto de que «ni el primo está de acuerdo». Me esforzaré entonces en explicar, con la mayor objetividad posible, mi postura sobre el asunto aquel del artículo de Miguel sobre las familias alternativas.