
Roberto Bolaño


Carolina López dice no asumir el estereotipo de «viuda» del chileno Bolaño

«¿Me permite hacerle una entrevista?», inicio de la novela inédita de Bolaño

Gioconda Belli reafirma la figura de la mujer en su visita a Chile

Alfaguara publicará la totalidad de la obra de Bolaño, incluidos dos inéditos

Enrique Vila-Matas: entrevista a un prosista sin límites

La revelación del horror en ‘Esas putas asesinas’, una obra de Gabriela Ponce

Roberto Bolaño: el último salvaje latinoamericano
Miguel Molina Díaz
Quito, Ecuador
Hay noches en que sueño que Roberto Bolaño me habla. Nos rodea una profunda neblina y Roberto Bolaño no tiene frío. Sus lentes no se empañan. Su voz es aguda, punzante, vibra dentro de mis oídos. Hay noches en que Roberto Bolaño viene a Quito y me define qué es la poesía. Pero al día siguiente, al abrir los ojos, no lo recuerdo y debo esperar otra vez su generosidad, su aparecimiento en otro sueño, para comprender el secreto que todo poeta latinoamericano debe saber. Sus confesiones siempre tienen que ver con una apuesta por el valor, un valor de Samurái, de prostitutas tristes y felices, de escritores que creen en el silencio.

¿La comedia mexicana de Fuentes?
Guayaquil, Ecuador
No hay finado que sea malo, reza perversa, la sabiduría popular. En su edición especial de aniversario por los 35 años de su fundación (1976 – 2011), la revista Proceso consigna, para siempre, en el lenguaje «silencioso pero implacable», de sus fotógrafos las imágenes de los acontecimientos y de los personajes de la vida mexicana. En los personajes de la cultura falta una foto de familia: la de Carlos Fuentes.

Las Luces de Parra y Cardenal en América
Quito, Ecuador
Lo imagino feliz, fumando y lanzando el humo del cigarrillo mientras sonríe con la simple y llana certeza de haber tenido la razón. Me refiero a Roberto Bolaño, el escritor más importante de la literatura latinoamericana contemporánea, cuya monumental obra ha sido traducida ya a casi todos los idiomas posibles. Desde la estrella distante en donde habita, Bolaño debe estar complacido. “Todo se lo debo a Parra” había dicho muchos años atrás cuando sus libros comenzaron a relucir en el sombrío panorama literario del Post-boom.