Joan Fontcuberta: Toda fotografía es una manipulación

BOGOTÁ (COLOMBIA), 11/11/2016.- El artista español Joan Fontcuberta posa junto a obras de su serie "Sputnik", de la exposición retrospectiva "Pareidolia", hoy, viernes 11 de noviembre de 2016, en Bogotá (Colombia). El artista español Joan Fontcuberta lleva años alertando sobre la necesidad de observar con crítica la fotografía, lo que le llevó al extremo de afirmar hoy a Efe que todas "son una manipulación" y alertar a través de su trabajo que "cualquier forma de autoridad debe ser cuestionada". EFE/Leonardo Muñoz

Bogotá,  (EFE).- El artista español Joan Fontcuberta lleva años alertando sobre la necesidad de observar con crítica la fotografía, lo que le llevó al extremo de afirmar hoy a Efe que todas «son una manipulación» y alertar a través de su trabajo que «cualquier forma de autoridad debe ser cuestionada».

«Siempre he mantenido la convicción de que toda fotografía es una manipulación, podemos establecer grados de intervención pero toda fotografía es una manipulación en el sentido de que reconstruye la realidad en base a unos parámetros subjetivos», dijo Fontcuberta que ha inaugurado en Bogotá la retrospectiva «Pareidolia».

En su opinión, esos parámetros llegan a «tergiversar una escena visual» y a la apariencia de «cómo se nos presenta un hecho».

Buena parte de esa concepción crítica es la que puede observarse en la exposición que estará en el Museo de Arte del Banco de la República de Bogotá hasta el 27 de febrero, en la que está recogida la serie «Sputnik: la odisea de Soyuz 2».

En ella, inventa la historia de un cosmonauta soviético que se perdió en el espacio y las autoridades de Moscú ocultaron su existencia.

Para esa falsa reivindicación de un héroe del espacio olvidado, Iván Istochnikov -una adaptación al ruso del nombre del artista-, manipula varias imágenes introduciendo su rostro en fotografías que reconstruyen la vida del cosmonauta.

Su montaje tuvo tanto éxito que incluso algún programa televisivo español creyó que Istochnikov existió de verdad: «Lo importante no es la mecánica de esa manipulación, sino a los intereses a los que sirve», apostilló Fontcuberta.

«Podemos hablar incluso de propaganda, pero en el fondo la propaganda no es más que la voluntad de incidir en la opción del otro», agregó.

Esas fotos, que habitualmente se publican en medios, les confieren a estos «una responsabilidad mayúscula», pero Fontcuberta considera que no se debe «esperar cándidamente que sacrifiquen la honestidad a unos intereses económicos estando en un mercado de capitalismo feroz donde la captación de lectores y anunciantes prepondera sobre una ética informativa».

Todo ello bajo una premisa, que las imágenes capturadas son «una ficción significativa» que permite generar «un cierto modelo visual real».

«No es que la ficción y la realidad sean términos contrapuestos, sino que la ficción es un modo, un instrumento para articular un determinado modelo de lo real», destacó.

Y es que en opinión del artista nacido en Barcelona en 1955, los seres humanos somos «los únicos animales capaces de inventar ficciones y creerlas», como sucede con la fotografía o la religión.

La credulidad humana frente a la religión también queda retratada en su serie «Milagros & Co» que forma parte de Pareidolia.

En ella, muestra montajes de un sacerdote de aspecto ortodoxo usando las formas tradicionales del reportaje periodístico para retratar falsos milagros como la aparición de rostros en una pata de jamón o la vuelta a la vida de un pez a medio cocinar.

«La fotografía, por ella misma, no es garantía probatoria de nada. El error histórico que hemos cometido es atribuir a la cámara unas cualidades y un sentido ético que en realidad no corresponde a la tecnología, sino al ser humano que lo utiliza», aseveró Fontcuberta al mostrar esos ejemplos.

Por ello, cree que no se debe atribuir a la fotografía «una veracidad cuyo control depende del fotógrafo. Hemos de juzgar al fotógrafo, no a la fotografía».

«No podemos condenar a la fotografía por mentir o por ser sincera, siempre será el fotógrafo el que es responsable de esa sinceridad, de esa honestidad o de esa falsedad, de esa voluntad de engaño», comentó.

Fontcuberta, que también es profesor universitario, se mostró particularmente interesado en las nuevas formas de comunicación que facilita internet y que genera «una situación en que se establecen equilibrios precarios» con los medios de comunicación tradicionales.

Ahora, se generan posibilidades de comunicación «persona a persona» con «redes de contacto social mucho más amplio», afirma.

«Del sistema tradicional se puede garantizar un cierto rigor profesional en el tratamiento de la información, pero está supeditado a unos determinados intereses (…) los otros funcionan con mayor libertad, espontaneidad y muchas veces mayor inmediatez», concluyó un Fontcuberta que apuesta porque se alíen. EFE (I)

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