ONU insta a adaptar la innovación tecnológica a los pequeños agricultores

Imagen captada el domingo 17 de abril de 2011 a las 08:45. Grupo de indígenas campesinos labran la tierra para la coseccha de zanahorias, en la parroquia Rumiñahui del cantón Latacunga en la provincia de Cotopaxi, sierra central de Ecuador.

La innovación tecnológica debe adaptarse a las necesidades de los pequeños agricultores en los países pobres, que son los que más pobreza y hambre sufren, subrayaron hoy responsables de la ONU.

Unos seiscientos representantes de gobiernos, organizaciones de agricultores, academia, sociedad civil y sector iniciaron este miércoles en Roma el primer simposio internacional sobre innovación agrícola en favor de los productores familiares, de tres días de duración.

En la inauguración, el director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, instó a apoyar a esos productores frente a los «desafíos sin precedentes» del cambio climático, como los patrones meteorológicos erráticos, la desertificación, la escasez de agua y los brotes de enfermedades.

Los pequeños agricultores «son los más afectados por esa nueva normalidad, los que más sufren pobreza y hambre», pero también los que más alimentos producen (más del 80 % de la producción mundial) y contribuyen a la preservación ambiental, dijo Da Silva.

El responsable llamó a acelerar la innovación tecnológica con iniciativas como la labranza cero (sin arar) agroecológica impulsada en Sudamérica y el Sudeste Asiático, la vinculación de la alimentación escolar a la agricultura familiar o la construcción de cisternas en el Sahel.

La presidenta del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (Ecosoc), Inga King, remarcó la importancia de «asegurar que las tecnologías responden a las demandas de los agricultores», adaptar la maquinaria moderna a las condiciones locales y atraer a los jóvenes al sector.

Más del 90 % de los más de 570 millones de explotaciones agrícolas en el mundo están gestionadas por familias, que a menudo se ocupan de actividades en pequeña escala de baja rentabilidad y tienen dificultades en atraer inversión privada.

«Solo la tecnología no puede dar respuesta a los desafíos, pero puede facilitar las soluciones», apuntó King, que reclamó un «desarrollo inclusivo que permita abordar los riesgos y las vulnerabilidades» de esas personas.

El vicepresidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, Paul Winters, afirmó que los cambios en los sistemas alimentarios está cambiando la naturaleza del trabajo agrícola, una transición en la que «la investigación se ha centrado en unos pocos cultivos básicos» y ha ignorado otros muchos.

En el simposio se han presentado prácticas innovadoras como el uso de hidroponía (cultivo de plantas en agua) entre refugiados saharauis en Argelia, el desarrollo de variedades de maíz tolerantes a la sequía en Zimbabue, la erradicación de la mosca de la fruta en la República Dominicana o el empleo de invernaderos de madera a bajo costo en El Salvador. EFE

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