El paro contra Piñera se pone violento

Encapuchados portando palos han irrumpido en lo que era una manifestación pacífica en las calles de Santiago. Mientras los encapuchados trataban de avanzar, la mayor parte de los chilenos que participaban de la movilización buscaba mantener el caracter pacífico de la misma. «Que se vayan pa’la casa», gritaban mientras los carabineros, a través de altoparlantes, instaba a contener a los violentos. Sin embargo, los intentos se vieron frustrados y un grupo decidió enfrentarse a golpes con la otra facción.

«Hay cabros chicos (adolescentes). Está bien que haya problemas en la educación, pero la pelea se da a rostro descubierto», proclamaban algunos jóvenes que forcejeaban.

A la acción de los carros lanzaaguas y lanzagases se sumó la del personal de Fuerzas Especiales de Carabineros para dispersar a los encapuchados que destruyeron señalés de tránsito y semáforos. Dos mil policías resguardarán la capital. Hasta el momento, protestas en Chile ocasionan 348 detenidos, 19 carabineros heridos y 15 civiles heridos.

Unas ochenta mil personas, entre estudiantes y trabajadores, en las calles.

El paro empezó pacíficamente- Decenas de miles de personas marcharon por las calles de Santiago y otras ciudades, en la segunda jornada del paro nacional de dos días convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

En la capital, las manifestaciones partieron desde cuatro lugares del centro y confluyeron en un punto de la Alameda Bernardo O’Higgins, la principal arteria de la ciudad.

Los estudiantes secundarios y universitarios, movilizados desde hace tres meses para exigir mejoras en la educación pública, fueron los principales protagonistas de la multitudinaria manifestación, que se desarrolló sin incidentes y en un ambiente festivo.

A los estudiantes se sumaron trabajadores de distintos gremios, que reclaman una mejora del código laboral y reformas sociales.

Otras manifestaciones y movilizaciones se celebraron también a lo largo del país en ciudades como Valparaíso, Concepción, La Serena, Talca o Copiapó.

En Santiago, las marchas discurrieron con tranquilidad y sin incidentes. Los manifestantes tiñeron de color las calles con pancartas con mensajes contra el Gobierno y a favor de la educación pública.

Pequeñas bandas musicales amenizaron el ambiente de la manifestación, custodiada en todo momento por un fuerte dispositivo policial.

«Las calles de Santiago están llenas. Tenemos un pueblo que está diciendo algo, que hay que escuchar», dijo el líder de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez.

Por otra parte, la ministra de Trabajo, Evelyn Matthei, cifró en un 9,1 % la adhesión de los empleados públicos a la segunda jornada del paro.

Matthei manifestó su «alegría» por el hecho que los trabajadores de los sectores del transporte y la salud «estén cumpliendo con su responsabilidad de forma impecable».

La ministra, por otra parte, calificó como «sumamente lamentables» los disturbios que se registraron esta madrugada en Santiago y otras ciudades, que se saldaron con seis carabineros heridos de bala y 108 personas detenidas. EFE

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