El presidente de México, Felipe Calderón, decretó este viernes luto nacional de tres días tras el ataque perpetrado por «terroristas» en Monterrey, que dejó 52 muertos, «el más grave contra la población civil inocente que haya visto el país en mucho tiempo».
En un mensaje a los medios, Calderón manifestó a las víctimas del incendio del Casino Royale sus «más profundas condolencias» y decretó un «luto nacional por tres días a partir del 25 de agosto, fecha en que se cometieron estos hechos atroces».
Se trata de la primera vez en lo que va de su gobierno, que el presidente mexicano declara un luto nacional por una masacre cometida por el crimen organizado.
«Lo que ayer vivimos representa un hecho profundamente doloroso, un acto inhumano que nos llena de tristeza, indignación y de coraje. Es un crimen imperdonable que toda la sociedad debe rechazar con energía», aseguró un día después de que un grupo de criminales incendiase un casino con decenas de personas en su interior.
En el hecho -del que las autoridades poseen un vídeo de seguridad en el que se ven a los delincuentes llegar y prender fuego al establecimiento-, además resultaron heridas una decena de personas.
«Este ataque carece de razón y justificación, es el más grave contra la población civil inocente que haya visto el país en mucho tiempo», afirmó el gobernante, quien dijo estar «entristecido, consternado e indignado».
Destacó que México se está enfrentando a «verdaderos terroristas que han rebasado todos los límites no solo de la ley, sino de elemental sentido común y de respeto a la vida», y llamó a la sociedad a convertir este dolor en «unidad» para hacer frente a los delincuentes.
México «es mucho más fuerte que un puñado de criminales que quieren imponer el miedo», aseguró al anunciar que se otorgará «una sustancial recompensa», de 30 millones de pesos (2,4 millones de dólares), a quien ofrezca información para dar con los responsables.
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Calderón prometió poner todos los recursos a su alcance «para averiguar quiénes son los responsables de estos hechos y hacerlos pagar por su crimen» y ordenó reforzar «aún más la presencia de fuerzas federales» en la zona metropolitana de Monterrey, capital de Nuevo León, un estado asolado por la violencia del crimen organizado.
Dijo que no descansará hasta «dar con los culpables» de este «homicidio brutal» y restituir la tranquilidad a la población de Nuevo León, azotada en los últimos años por la lucha que libran los carteles de las drogas.
«Esta tragedia reclama una respuesta contundente y unificada de todos los mexicanos», señaló Calderón, quien pidió a la ciudadanía denunciar a los criminales, aunque sea de manera anónima, y no claudicar ante el desafío de la delincuencia.
«Vamos a seguir actuando con determinación contra los criminales», reiteró al tiempo que exhortó al Congreso a dotar a «las fuerzas federales de certidumbre jurídica» en su actuación en la lucha contra el crimen organizado, con la aprobación de una reforma a la seguridad nacional que presentó en abril de 2009.
El jefe de Estado mexicano se desplazará hoy mismo a Monterrey para atender personalmente la situación con su gabinete de seguridad.
La violencia relacionada con la acción del crimen organizado se ha cobrado en México la vida de más de 40.000 personas desde diciembre de 2006, según cifras oficiales. EFE