Huelga de transporte paraliza de nuevo capital de Grecia

Autobuses, trenes subterráneos, tranvías y taxis se mantuvieron el viernes fuera de circulación provocando graves demoras de tránsito en Atenas debido a la huelga del transporte público por segundo día consecutivo para protestar contra las medidas de austeridad del gobierno griego.

El ministro de Hacienda, Evangelos Venizelos, criticó la repetida paralización de las actividades laborales y las protestas, que han incluido la ocupación de edificios gubernamentales y han puesto en peligro la aceleración de las reformas necesarias para evitar la bancarrota del país mediante la entrega de fondos internacional.

«Esto es un desafío en el corazón de la democracia», dijo el ministro en el Parlamento, y agregó que «la imagen presentada en las últimas semanas ha sido una del total abandono de la ley», además de advertir que la extorsión laboral no es lo mismo que defender los derechos de la población.

Venizelos dijo que el gobierno está dispuesto a asumir el costo político de adoptar medidas de austeridad impopulares pero necesarias.

Los taxistas se integraron el viernes a un paro de 48 horas mientras que los abogados también abandonaron sus puestos hasta el 19 de octubre. Los empleados de aduanas también iniciaron una suspensión de labores por 10 días.

Los dos sindicatos más grandes de Grecia anunciaron una huelga general de 48 horas para el 19 y 20 de octubre. Esta medida coincide con una votación en el Parlamento para aprobar nuevas medidas de austeridad, entre ellas la reforma de las leyes laborales.

Ingentes cantidades de basura se han acumulado en las calles de la capital griega debido al bloqueo de los basurales por parte de los empleados municipales, por lo que las autoridades han tenido que recurrir a los tribunales para lograr la reapertura de las instalaciones.

El sindicato de los controladores aéreos pidió a sus miembros que se sumen a la huelga general de dos días.

El gobierno busca nuevas medidas de ahorro, recortes presupuestarios, aumentos de los impuestos y otras medidas que le permitan recibir el siguiente tramo de un plan de rescate financiero internacional por 110.000 millones de euros (151 millones de dólares).

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