Comité para Protección de Periodistas pide firmeza a OEA ante ataques de Correa

El director ejecutivo del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), Joel Simon, cree que la Organización de Estados Americanos (OEA) debe «mantenerse firme» para evitar que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, «atropelle» las instituciones democráticas fuera de su país.

«Tras lograr atropellar las instituciones democráticas en su propio país, Correa trata de emplear las mismas tácticas fuera de sus fronteras«, advierte Simon en una columna publicada hoy por The Miami Herald.

En ella asegura que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, «con demasiada frecuencia ha comprometido su mandato democrático por mimar a los déspotas emergentes de la región».

«Este es el momento de que él y los países de la región comprometidos con la democracia se mantengan firmes», argumenta el director del CPJ, que ve a Correa como «una amenaza a la libertad de prensa mucho mayor que los presidentes Hugo Chávez de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua».

A final de mes la OEA votará sobre la propuesta de Correa de «básicamente cerrar» su Relatoría para la Libertad de Expresión, que «desde su creación ha luchado por la Justicia en los asesinatos de periodistas, la despenalización de las leyes de difamación e injuria y contra la censura gubernamental», según Simon.

«Al igual que Chávez y Ortega, Correa gobierna con certeza mesiánica y rechaza las críticas como una conspiración provocada por arraigados intereses oligárquicos», dice el responsable del CPJ, quien cree que el mandatario «ha centrado ahora su atención en las instituciones regionales que han alimentado y sostenido la democracia en América Latina».

«En una serie de informes cuidadosamente documentados la Relatoría expone un patrón de violaciones de la libertad de prensa en Ecuador que constituyen una violación del derecho internacional. Ahora, Correa busca su venganza«, argumenta Simon.

Explica que en diciembre Correa propuso a un grupo de trabajo de la OEA una serie de medidas que, si se aceptan, paralizarán la labor del relator especial» para la Libertad de Expresión, como «restringir su capacidad de recaudar fondos y de emitir informes independientes».

Esas propuestas serán discutidas mañana miércoles en una reunión de los embajadores permanentes ante la OEA, según Simon.

«En Ecuador, Correa utiliza habitualmente una disposición de emergencia de la ley de radiodifusión para comandar el espectro radiofónico del país y calificar a los periodistas de ‘ignorantes’ y ‘mentirosos‘», asegura el director del CPJ, quien añade que, además, «literalmente ha roto en pedazos un periódico que osó criticarlo«.

El artículo afirma que, sin embargo, «sus tácticas van más allá de mera teatralidad» y pone como ejemplo que Correa demandara por difamación a «destacados periodistas» y «creara un marco legal para restringir la libertad de prensa».

Esta columna se publica el mismo día en que estaba prevista en Ecuador una audiencia decisiva en el caso al que se refiere Simon: la denuncia de Correa contra el diario El Universo, uno de los más influyentes de Ecuador. EFE

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8 Comments

  1. IGNORANTE, EL ATROPELLO LO COMETIO EL UNIVERSO AL PERMITIR QUE EN SU PASQUIN UN CALUMNIADOR ACUSE AL PRESIDENTE PERVERSAMENTE.
    HA SIDO COSTUMBRE DE CALUMNIAR, DIFAMAR, SIN VERIFICAR LA NOTICIA Y DESPUES QUE HAN DANADO LA REPUTACION DE UNA PERSONA NO RECTIFICAN, MERECEN SANCION POR CALUMNIADORES.
    SE ENCUENTRAN AHORA MOVIENDOSE POR USA, PIDIENDO QUE LOS APOYEN OTROS DIARIOS A BSE DE ENGANO TAL COMO SE LO HIZO CON EL WASHINGTON POST, FELIZMENTE NADIE LES CREE.

    • si fuera pasquin no supieran quien lo escribio… una cola……y si esverdad el señor palacios se equivoco al decir directamente que el señor correa debera responder ante las autoridades, pero tranquilo que algun día alguin debe responder por haber dispuesto que militares ingresen a un hospital, por mas que haya sido para rescatar al señor presidente, entonces cuando llegue ese día la persona que dispuso el rescate tendra que rendir cuentas porque lastimosamente estos delitos o actos nunca prescriben, entonces como nada dura para siempre y este gobierno tampoco, pues ahí veremos quien fue el que dispuso, porque cuando llegue ese día el jefe de los militares no se va a poner la soga al cuello sino que va a decir quien le ordeno, hasta pronto señor Corino

    • si fuera pasquin no supieran quien lo escribio… una cola……y si esverdad el señor palacios se equivoco al decir directamente que el señor correa debera responder ante las autoridades, pero tranquilo que algun día alguin debe responder por haber dispuesto que militares ingresen a un hospital, por mas que haya sido para rescatar al señor presidente, entonces cuando llegue ese día la persona que dispuso el rescate tendra que rendir cuentas porque lastimosamente estos delitos o actos nunca prescriben, entonces como nada dura para siempre y este gobierno tampoco, pues ahí veremos quien fue el que dispuso, porque cuando llegue ese día el jefe de los militares no se va a poner la soga al cuello sino que va a decir quien le ordeno, hasta pronto señor Corino

  2. DEPENDENCIA A UN TIRANO

    La
    dependencia emocional  a un Tirano es un
    trastorno de la personalidad de un pueblo encuadrado dentro de las dependencias
    afectivas políticas. En tal caso el Pueblo rinde pleitesía, sumisión,
    obediencia, sometimiento, respeto, reverencia e inclinación a un Tirano que
    humilla, doblega, sojuzga, oprime, somete, avasalla, insulta, ultraja, denigra,
    desprecia y zahiere al cerebro humano.

    En
    esta enfermedad, el Tirano se convierte en el sujeto que provoca la adicción, la
    dependencia emocional,  y la subordinación
    psicopatológica de los ciudadanos humildes al troglodita aberrante. El sujeto
    Pueblo se convierte entonces en el objeto manipulable, manejable,
    dominable  y maleable del Tirano.

    El
     objetivo psicopatológico del Tirano es,  llenar el vacío existencial en el sujeto
    que  padece de abandono, pobreza,
    miseria, penuria,  desesperanza, desengaño
    y decepción.

    En
    esta enfermedad psicosocial  existe un verdadero
    trastorno de las emociones, el intelecto, la afectividad, las
    sensopercepciones,  la emotividad, la
    voluntad, la memoria, el juicio y el razonamiento de los ciudadanos.

    En
    la dependencia emocional a un Tirano, el 
    pueblo enfermo  es dominado por una
     patológica compulsividad  que le urge la necesidad de mantenerse de una
    manera enfermiza junto al sujeto maltratador, abusador, explotador y Tirano.

    El
    pueblo enfermo de la Tiranía y el Totalitarismo 
    se convierte en un manojo de seres vivos  dependientes emocionales del fascista de Turno
    y  manifiesta hacia el  Tirano  un tipo de apego «ansioso»,
    caracterizado por una necesidad compulsiva de saber que es amado y odiado por
    su Tirano.

    El
    pueblo en su psicopatología política presenta  dificultades para llevar una vida
    independiente, busca incesantemente  al caudillo
    para que este satisfaga todas las necesidades y carencias no resueltas por los
    anteriores demagogos.

    El
    pueblo desarrolla lenta y progresivamente  una sensación muy parecida al amor y querer;
    inconscientemente  la relación Pueblo y
    Tirano se fortalece, la relación pueblo y tirano se enferma y entonces el
    Pueblo presenta una  dificultad psicopatológica
    para romper con esta relación aberrante, 
     altamente problemática y
    generadora de malestar para el pueblo dependiente.

    El
    pueblo cansado, enervado, agobiado,  oprimido
    y acongojado con esta relación enfermiza, se 
    repliega, se confina, se resigna, se retira, se aparta y lentamente va
    muriendo mientras el Tirano se va levantando de su sarcófago pútrido y
    corrompido.

    El pueblo ha desarrollado una dependencia emocional, un miedo a la
    libertad, justicia e igualdad.

    El pueblo enfermo de dependencia emocional al Tirano se vuelve
    sumiso, dócil, obediente, manso, resignado y apacible.

    El pueblo enfermo desarrolla una falta de confianza en sus poderes,
    tiene dificultad en la toma de decisiones, se llena de una inhabilidad psicopatológica
    para expresar desacuerdo, discrepancia, divergencia y oposición.

    El pueblo enfermo de la dependencia al Tirano presenta un temor
    extremo al abandono, la soledad y el Poder omnímodo.

    El Tirano se ha encargado de construir una cárcel interior para el
    pueblo generando miedo, terror, pánico, espanto y susto.

    El tirano crece pero su omnipotencia genera odio, rencor, tirria,
    resentimiento y represión. Luego el pueblo se cura y despierta, era obvio al
    Tirano jamás lo respetaban, al Tirano le tenían miedo. Perdido el miedo… Adiós
    Tirano

    Dr.
    Guillermo Bastidas Tello

  3. DEPENDENCIA A UN TIRANO

    La
    dependencia emocional  a un Tirano es un
    trastorno de la personalidad de un pueblo encuadrado dentro de las dependencias
    afectivas políticas. En tal caso el Pueblo rinde pleitesía, sumisión,
    obediencia, sometimiento, respeto, reverencia e inclinación a un Tirano que
    humilla, doblega, sojuzga, oprime, somete, avasalla, insulta, ultraja, denigra,
    desprecia y zahiere al cerebro humano.

    En
    esta enfermedad, el Tirano se convierte en el sujeto que provoca la adicción, la
    dependencia emocional,  y la subordinación
    psicopatológica de los ciudadanos humildes al troglodita aberrante. El sujeto
    Pueblo se convierte entonces en el objeto manipulable, manejable,
    dominable  y maleable del Tirano.

    El
     objetivo psicopatológico del Tirano es,  llenar el vacío existencial en el sujeto
    que  padece de abandono, pobreza,
    miseria, penuria,  desesperanza, desengaño
    y decepción.

    En
    esta enfermedad psicosocial  existe un verdadero
    trastorno de las emociones, el intelecto, la afectividad, las
    sensopercepciones,  la emotividad, la
    voluntad, la memoria, el juicio y el razonamiento de los ciudadanos.

    En
    la dependencia emocional a un Tirano, el 
    pueblo enfermo  es dominado por una
     patológica compulsividad  que le urge la necesidad de mantenerse de una
    manera enfermiza junto al sujeto maltratador, abusador, explotador y Tirano.

    El
    pueblo enfermo de la Tiranía y el Totalitarismo 
    se convierte en un manojo de seres vivos  dependientes emocionales del fascista de Turno
    y  manifiesta hacia el  Tirano  un tipo de apego «ansioso»,
    caracterizado por una necesidad compulsiva de saber que es amado y odiado por
    su Tirano.

    El
    pueblo en su psicopatología política presenta  dificultades para llevar una vida
    independiente, busca incesantemente  al caudillo
    para que este satisfaga todas las necesidades y carencias no resueltas por los
    anteriores demagogos.

    El
    pueblo desarrolla lenta y progresivamente  una sensación muy parecida al amor y querer;
    inconscientemente  la relación Pueblo y
    Tirano se fortalece, la relación pueblo y tirano se enferma y entonces el
    Pueblo presenta una  dificultad psicopatológica
    para romper con esta relación aberrante, 
     altamente problemática y
    generadora de malestar para el pueblo dependiente.

    El
    pueblo cansado, enervado, agobiado,  oprimido
    y acongojado con esta relación enfermiza, se 
    repliega, se confina, se resigna, se retira, se aparta y lentamente va
    muriendo mientras el Tirano se va levantando de su sarcófago pútrido y
    corrompido.

    El pueblo ha desarrollado una dependencia emocional, un miedo a la
    libertad, justicia e igualdad.

    El pueblo enfermo de dependencia emocional al Tirano se vuelve
    sumiso, dócil, obediente, manso, resignado y apacible.

    El pueblo enfermo desarrolla una falta de confianza en sus poderes,
    tiene dificultad en la toma de decisiones, se llena de una inhabilidad psicopatológica
    para expresar desacuerdo, discrepancia, divergencia y oposición.

    El pueblo enfermo de la dependencia al Tirano presenta un temor
    extremo al abandono, la soledad y el Poder omnímodo.

    El Tirano se ha encargado de construir una cárcel interior para el
    pueblo generando miedo, terror, pánico, espanto y susto.

    El tirano crece pero su omnipotencia genera odio, rencor, tirria,
    resentimiento y represión. Luego el pueblo se cura y despierta, era obvio al
    Tirano jamás lo respetaban, al Tirano le tenían miedo. Perdido el miedo… Adiós
    Tirano

    Dr.
    Guillermo Bastidas Tello

  4. DEPENDENCIA A UN TIRANO

    La
    dependencia emocional  a un Tirano es un
    trastorno de la personalidad de un pueblo encuadrado dentro de las dependencias
    afectivas políticas. En tal caso el Pueblo rinde pleitesía, sumisión,
    obediencia, sometimiento, respeto, reverencia e inclinación a un Tirano que
    humilla, doblega, sojuzga, oprime, somete, avasalla, insulta, ultraja, denigra,
    desprecia y zahiere al cerebro humano.

    En
    esta enfermedad, el Tirano se convierte en el sujeto que provoca la adicción, la
    dependencia emocional,  y la subordinación
    psicopatológica de los ciudadanos humildes al troglodita aberrante. El sujeto
    Pueblo se convierte entonces en el objeto manipulable, manejable,
    dominable  y maleable del Tirano.

    El
     objetivo psicopatológico del Tirano es,  llenar el vacío existencial en el sujeto
    que  padece de abandono, pobreza,
    miseria, penuria,  desesperanza, desengaño
    y decepción.

    En
    esta enfermedad psicosocial  existe un verdadero
    trastorno de las emociones, el intelecto, la afectividad, las
    sensopercepciones,  la emotividad, la
    voluntad, la memoria, el juicio y el razonamiento de los ciudadanos.

    En
    la dependencia emocional a un Tirano, el 
    pueblo enfermo  es dominado por una
     patológica compulsividad  que le urge la necesidad de mantenerse de una
    manera enfermiza junto al sujeto maltratador, abusador, explotador y Tirano.

    El
    pueblo enfermo de la Tiranía y el Totalitarismo 
    se convierte en un manojo de seres vivos  dependientes emocionales del fascista de Turno
    y  manifiesta hacia el  Tirano  un tipo de apego «ansioso»,
    caracterizado por una necesidad compulsiva de saber que es amado y odiado por
    su Tirano.

    El
    pueblo en su psicopatología política presenta  dificultades para llevar una vida
    independiente, busca incesantemente  al caudillo
    para que este satisfaga todas las necesidades y carencias no resueltas por los
    anteriores demagogos.

    El
    pueblo desarrolla lenta y progresivamente  una sensación muy parecida al amor y querer;
    inconscientemente  la relación Pueblo y
    Tirano se fortalece, la relación pueblo y tirano se enferma y entonces el
    Pueblo presenta una  dificultad psicopatológica
    para romper con esta relación aberrante, 
     altamente problemática y
    generadora de malestar para el pueblo dependiente.

    El
    pueblo cansado, enervado, agobiado,  oprimido
    y acongojado con esta relación enfermiza, se 
    repliega, se confina, se resigna, se retira, se aparta y lentamente va
    muriendo mientras el Tirano se va levantando de su sarcófago pútrido y
    corrompido.

    El pueblo ha desarrollado una dependencia emocional, un miedo a la
    libertad, justicia e igualdad.

    El pueblo enfermo de dependencia emocional al Tirano se vuelve
    sumiso, dócil, obediente, manso, resignado y apacible.

    El pueblo enfermo desarrolla una falta de confianza en sus poderes,
    tiene dificultad en la toma de decisiones, se llena de una inhabilidad psicopatológica
    para expresar desacuerdo, discrepancia, divergencia y oposición.

    El pueblo enfermo de la dependencia al Tirano presenta un temor
    extremo al abandono, la soledad y el Poder omnímodo.

    El Tirano se ha encargado de construir una cárcel interior para el
    pueblo generando miedo, terror, pánico, espanto y susto.

    El tirano crece pero su omnipotencia genera odio, rencor, tirria,
    resentimiento y represión. Luego el pueblo se cura y despierta, era obvio al
    Tirano jamás lo respetaban, al Tirano le tenían miedo. Perdido el miedo… Adiós
    Tirano

    Dr.
    Guillermo Bastidas Tello

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