Irán: el día después

Por Joaquín Hernández
Guayaquil, Ecuador

El posible ataque a Irán ha vuelto al primer lugar esta semana en la preocupación de los medios y de los políticos de los EEUU, la Unión Europea y, por supuesto, Israel y los países del Oriente Medio. Probablemente nunca ha dejado de estarlo. Pero cobra relieve en el momento actual por la visita del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu -un hombre duro de principios claros y enérgicos pero demasiado rígido de cintura como lo describía un analista internacional- al presidente Obama para discutir la posición de ambos países en torno al tema de la «nuclearización» de Irán, las consecuencias para la región y la justificación de un ataque a ese país. Israel lleva de paso dos argumentos ad hominem estrechamente relacionados, anunciados por su ministro de RREE en días anteriores y que se refieren a lo que está pasando en Siria. La lectura del Gobierno israelita es que la debilidad occidental frente al Régimen sirio arroja la lección de que cada país debe cuidar de sus propios intereses y no confiarse en el peso de las alianzas y los convenios internacionales. En otras palabras, Israel tendría que asumir su responsabilidad y lanzar su ataque preventivo contra Irán en el plazo más cercano posible; por ejemplo, el verano de este año, como advierte Jean Marie Colombani. Salvo que Obama convenza esta semana a Netanyahu de que debe dejar en manos de Washington la responsabilidad. Naturalmente, el problema estriba en qué entienda Obama por dicha responsabilidad que, desde el punto de vista israelita, no puede consistir solo en sanciones y asfixias económicas que no han sido suficientes para frenar el desarrollo nuclear de Irán.

El presidente Obama, en su discurso del domingo pasado ante el Comité Americano-Israelí de Asuntos Públicos, planteó una posición contraria a la sostenida por el Gobierno israelí: «Creo firmemente que sigue existiendo la posibilidad de que la diplomacia, respaldada por la presión, tenga éxito. (…) Todos -recalcó- preferimos resolver este asunto diplomáticamente». El presidente Obama valora para ello el aislamiento que vive Irán actualmente, la división entre sus líderes y el efecto no buscado de unificar a los iraníes como consecuencia de un ataque lanzado por Israel o por los EEUU.

El problema no puede estar planteado en términos militares, tanto de la eficacia del ataque israelí como de la respuesta iraní. Israel podría quedar a su vez más aislado como consecuencia de un ataque de esta naturaleza. Su alianza con los EEUU estaría expuesta al rechazo por parte de la opinión pública estadounidense debido a la implicación de su Gobierno en una nueva guerra sin que hasta el momento se hayan podido cerrar convincentemente las heridas políticas, económicas y morales de los conflictos en Iraq y en Afganistán. Las prioridades del Gobierno del presidente Obama y de los Gobiernos de la Unión Europea, por lo demás, están centradas en la crisis económica, en el creciente desempleo y en el debate entre austeridad y reducción del gasto por una parte y la injusticia que ello implica por otra.

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3 Comments

  1. En mi opinión solamente se trata de una guerra de susto de la cual Irán parece no prestarle mucha atención.
    Es bastante duro pensar que un ataque a Irán sería catastrófico, no solamente para el medio Oriente, sino también para el mundo entero.
    Para atacar a Irán se necesita contar con el permiso de Arabia Saudita para poder cruzar su territorio, posiblemente Iraq, y los Persas estoy seguro que contraatacaran a Arabia Saudita destruirían sus refinerías sus oleoductos y esto causaría que el petróleo se dispare y el ataque a Irán se convierta en un «tiro por la culata»

  2. Iran es un estado mas poderoso que Irak y Afghanistancon 100 millones de personas, y una larga tradición de guerra, el ataque sería una catástrofe, deben controlar a Israel de las amenzas que esta haciendo, Obama esta haciendo lo correcto

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