Por Bernardo Tobar
Quito, Ecuador
El Ecuador no logra superar su complejo de fragmentación social, de raíz colonial, y por esa suerte de mirada paternal hacia los sectores considerados vulnerables, tiende a simpatizar con la protesta indígena -al menos en la Sierra-, sin beneficio de inventario conceptual. Peligrosa y desinformada solidaridad, pues bajo la etiqueta del agua, la vida y la dignidad hay un proyecto radicalmente antagónico a la cosmovisión mestiza.
Ya resultaba extraño que la marcha más importante del movimiento indígena desde que, con su apoyo, se instaló la revolución ciudadana, no dijera una palabra por la libertad, que además rehusaron defenderla por el solo hecho de ser la víctima una empresa privada de la comunicación. Los propietarios del capital sencillamente no deben tener derechos, ni el de libre expresión, según el totalitarismo comunitario que constituye la esencia filosófica del Proyecto Político de la Conaie (PPC) -ver documento así titulado, disponible en su web-. Y digo totalitarismo porque no admite visiones distintas -¿dónde hemos oído este dogma?- y persiguen imponerlo en sustitución de la forma republicana de organización del Estado.
El citado manifiesto parte de la premisa de que todas las instituciones del Estado, los partidos políticos y hasta la Iglesia son instrumentos de las clases dominantes para sojuzgar a las Nacionalidades y Pueblos, de cuyo atraso responsabiliza siempre a otros, los gobiernos, los burgueses y, como no, al Imperio. Nada distinto al cliché acuñado hace décadas. Propone como «única» alternativa la toma del poder para implantar una sociedad colectivista, ordenada al igualitarismo.
La dirigencia indígena, como cualquier otro liderazgo, no le hace mucho favor a sus comunidades anclándolas al paradigma de la dependencia, fórmula autocomplaciente de evadir las propias responsabilidades y de perder de vista la fuente de las soluciones, esto es su propia capacidad de superación -que la tienen de sobra-.
Nadie puede negar el sometimiento de la raza aborigen, que no deja de ser un capítulo vergonzoso de la historia; pero otros pueblos perseguidos, víctimas del Holocausto y privados de su tierra, se han convertido en símbolo de prosperidad haciendo brotar frutos en el desierto y exportando tecnología sin más recurso que su iniciativa. La verdadera dependencia está en los límites mentales que impiden ver el potencial propio y espera soluciones en decretos y en las dádivas de la naturaleza.
Es dudoso que un manifiesto (PPC) que delata tan fieles lecturas y adhesiones a Marx sea, más allá de los sueños de la dirigencia, el reflejo auténtico de la identidad cultural de la mayoría indígena, heredera de las formas monárquicas y clasistas tanto del Tahuantinsuyo, el Imperio de Pachacútec, como de los pueblos aborígenes anteriores a la dominación Inca.
Pero si los indígenas quieren abrazar el igualitarismo totalitario originado en Europa, están ciertamente en su pleno derecho. A lo que no tienen derecho es a imponer esa visión a los demás ecuatorianos, exiliándolos en la tierra que les pertenece tanto como a cualquier otro.
Muy cierto el problema. La simpatía que nos despierta el tema del agua y de los derechos del indígena a la tierra y el trabajo no puede ocultarnos el desastroso futuro que nos promete un fundamentalismo indígenista. Habría que ver la experiencia del Africa, y de otros países que pasaron por la «liberación nacional», y por la «limpieza» étnica.
Muy cierto el problema. La simpatía que nos despierta el tema del agua y de los derechos del indígena a la tierra y el trabajo no puede ocultarnos el desastroso futuro que nos promete un fundamentalismo indígenista. Habría que ver la experiencia del Africa, y de otros países que pasaron por la «liberación nacional», y por la «limpieza» étnica.
Muy cierto el problema. La simpatía que nos despierta el tema del agua y de los derechos del indígena a la tierra y el trabajo no puede ocultarnos el desastroso futuro que nos promete un fundamentalismo indígenista. Habría que ver la experiencia del Africa, y de otros países que pasaron por la «liberación nacional», y por la «limpieza» étnica.
Primero aclaremos …América fue confundida con la India cuando Colón llego y por alí comienza la confusión…somos nativos americanos y no INDIOS…
Todos los nativos queremos progresar como es natural y muchos lo hemos logrado en un grado u otro…hermanos de Otavalo, Saraguros artesanos exportadores y muchos que han llegado a las grandes ciudades a dormir en los mercados , trabajan desde lo más inferior hasta después llegar a ser propietarios de tiendas y supermercados…todos lo vemos día a día…ahora en Guayaquil ingresaron a la bahia y son también comerciantes en la calle Rumichaca tradicional area ferretera, tienen ferreterías, están integrados en todas las actividades…Entonces no nos querramos pasar de listos…y mercadear un slogan populachero para irrumpir en la política y «truinfar»Ya vemos lo que ha pasado con todos estos revolucionarios de agencias publicitarias y sus «clientes»Tenemos que ser autenticos y honestos en nuestros procederes si queremos realmente…dejar una huella positiva en el paso por el planeta …
Primero aclaremos …América fue confundida con la India cuando Colón llego y por alí comienza la confusión…somos nativos americanos y no INDIOS…
Todos los nativos queremos progresar como es natural y muchos lo hemos logrado en un grado u otro…hermanos de Otavalo, Saraguros artesanos exportadores y muchos que han llegado a las grandes ciudades a dormir en los mercados , trabajan desde lo más inferior hasta después llegar a ser propietarios de tiendas y supermercados…todos lo vemos día a día…ahora en Guayaquil ingresaron a la bahia y son también comerciantes en la calle Rumichaca tradicional area ferretera, tienen ferreterías, están integrados en todas las actividades…Entonces no nos querramos pasar de listos…y mercadear un slogan populachero para irrumpir en la política y «truinfar»Ya vemos lo que ha pasado con todos estos revolucionarios de agencias publicitarias y sus «clientes»Tenemos que ser autenticos y honestos en nuestros procederes si queremos realmente…dejar una huella positiva en el paso por el planeta …
El «exilio» del que habla esta amparado por el mamotreto de Constitucion que tenemos cuando les otorga el derecho a la «Justicia Indigena», de manera que nos guste o no, ya nos lo han impuesto y no fueron precisamente los indigenas quienes lo hicieron, sino los demagogos que hoy nos gobiernan, los mismos que ya han basureado lo que ellos mismo escribieron.
Hay que reconocer que quienes hicieron la marcha, por lo menos se han atrevido a demostrarle a un gobierno totalitario que no es de «multitudes» y que tampoco todo el que protesta es «pelucon» ni son «cuatro pelagatos». Quedarse de brazos cruzados ante el saqueo de las arcas del estado y el abuso de poder de este gobierno, es lo que NO se debe hacer, simple y sencillamente: NO HACER NADA, NO TRAERA NINGUNA SOLUCION A NADA, quedandonos de brazos cruzados no vamos a recuperar la Democracia.
El «exilio» del que habla esta amparado por el mamotreto de Constitucion que tenemos cuando les otorga el derecho a la «Justicia Indigena», de manera que nos guste o no, ya nos lo han impuesto y no fueron precisamente los indigenas quienes lo hicieron, sino los demagogos que hoy nos gobiernan, los mismos que ya han basureado lo que ellos mismo escribieron.
Hay que reconocer que quienes hicieron la marcha, por lo menos se han atrevido a demostrarle a un gobierno totalitario que no es de «multitudes» y que tampoco todo el que protesta es «pelucon» ni son «cuatro pelagatos». Quedarse de brazos cruzados ante el saqueo de las arcas del estado y el abuso de poder de este gobierno, es lo que NO se debe hacer, simple y sencillamente: NO HACER NADA, NO TRAERA NINGUNA SOLUCION A NADA, quedandonos de brazos cruzados no vamos a recuperar la Democracia.
El «exilio» del que habla esta amparado por el mamotreto de Constitucion que tenemos cuando les otorga el derecho a la «Justicia Indigena», de manera que nos guste o no, ya nos lo han impuesto y no fueron precisamente los indigenas quienes lo hicieron, sino los demagogos que hoy nos gobiernan, los mismos que ya han basureado lo que ellos mismo escribieron.
Hay que reconocer que quienes hicieron la marcha, por lo menos se han atrevido a demostrarle a un gobierno totalitario que no es de «multitudes» y que tampoco todo el que protesta es «pelucon» ni son «cuatro pelagatos». Quedarse de brazos cruzados ante el saqueo de las arcas del estado y el abuso de poder de este gobierno, es lo que NO se debe hacer, simple y sencillamente: NO HACER NADA, NO TRAERA NINGUNA SOLUCION A NADA, quedandonos de brazos cruzados no vamos a recuperar la Democracia.
El «exilio» del que habla esta amparado por el mamotreto de Constitucion que tenemos cuando les otorga el derecho a la «Justicia Indigena», de manera que nos guste o no, ya nos lo han impuesto y no fueron precisamente los indigenas quienes lo hicieron, sino los demagogos que hoy nos gobiernan, los mismos que ya han basureado lo que ellos mismo escribieron.
Hay que reconocer que quienes hicieron la marcha, por lo menos se han atrevido a demostrarle a un gobierno totalitario que no es de «multitudes» y que tampoco todo el que protesta es «pelucon» ni son «cuatro pelagatos». Quedarse de brazos cruzados ante el saqueo de las arcas del estado y el abuso de poder de este gobierno, es lo que NO se debe hacer, simple y sencillamente: NO HACER NADA, NO TRAERA NINGUNA SOLUCION A NADA, quedandonos de brazos cruzados no vamos a recuperar la Democracia.
Personas de distintas ideologías y cosmovisiones podemos vivir en armonía en un solo país, lo que no es posible desde el proyecto de la Conaie y Pachakutik
Como va la cosa tampoco desde el proyecto correista. Basta escuchar la beligerancia, la hostilidad, el veneno, la maldición constante del discurso de Correa. Destila odio contra un grupo de gente, contra los que no aprueban su «generosidad», contra los que critican su estatismo. Está dividiendo el país en dos bandos a muerte.
Como va la cosa tampoco desde el proyecto correista. Basta escuchar la beligerancia, la hostilidad, el veneno, la maldición constante del discurso de Correa. Destila odio contra un grupo de gente, contra los que no aprueban su «generosidad», contra los que critican su estatismo. Está dividiendo el país en dos bandos a muerte.