BEIRUT (AP) — Una frágil tregua forjada por la ONU entró este jueves en vigor en Siria, donde las fuerzas del régimen al parecer detuvieron los ataques generalizados contra opositores. Pero hubo reportes de actos de violencia dispersos, y el gobierno desafió la exigencia de retirar las tropas a los cuarteles.
El secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon dijo que la responsabilidad de mantener la paz recaía en el régimen del presidente Bashar Assad.
«En estos momentos, la situación parece más calmada«, dijo ante reporteros en Ginebra. Pero la tregua es «muy frágil» y un sólo disparo podría echar por tierra el proceso, añadió.
Ban pedirá al Consejo de Seguridad de la ONU un rápido despliegue de observadores, dijo el enviado especial Kofi Annan, quien negoció la tregua.
En las horas posteriores al plazo fijado a las 06h00 de la mañana, se reportó la muerte de un civil, y la agencia estatal de noticias informó que «grupos terroristas» mataron a un soldado con una bomba a ras de camino. Pero no había indicios de ataques con artillería, cohetes ni francotiradores como en días anteriores.
Si el alto al fuego se mantiene, sería la primera vez que el régimen cumple con una tregua negociada por la comunidad internacional desde que el régimen de Assad lanzó una cruenta ofensiva hace 13 meses contra los manifestantes que pedían su dimisión.
No obstante, las tropas oficialistas intensificaron las revisiones en retenes, en anticipación a posibles protestas multitudinarias convocadas para el viernes por la oposición, cuyo fin es poner a prueba el compromiso del régimen con el plan.
Existe un fuerte escepticismo de que el régimen detenga su ofensiva por mucho tiempo, dado que Assad ha roto sus promesas en el pasado. Además, el régimen declaró el miércoles que se reserva el derecho a responder a cualquier agresión, un posible pretexto para romper la tregua.
El plan de Annan contempla el despliegue de observadores internacionales y negociar una transición política una vez que la tregua esté vigente. La iniciativa tiene un amplio apoyo internacional, incluyendo el de aliados de Assad, como Rusia, China e Irán, y es vista como la última oportunidad para que la diplomacia ponga fin a la violencia.
El levantamiento se ha vuelto más y más militarizado, y ha tomado tintes de una insurgencia armada.
Analistas dijeron que el aparente cese en los ataques del gobierno es indicio de que los aliados de Assad lo presionan por primera vez, luego de haberlo protegido de la condena internacional en el pasado.
Annan ha visitado Rusia, Irán y China para obtener el mayor respaldo posible al plan.
Occidente y sus aliados dudan de la sinceridad del compromiso del régimen para cumplir con el plan, el cual exige al gobierno sirio permitir protestas pacíficas.
Una tregua prolongada podría amenazar al régimen al dar pie a que un gran número de manifestantes se lancen a las calles, como lo hicieron al inicio de la revuelta contra las cuatro décadas de gobierno de la familia Assad.
El gobierno respondió a esas protestas con una violenta represión, y más de 9.000 personas han muerto desde entonces, de acuerdo con ONU.
Bassma Kodmani, portavoz del Consejo Nacional Sirio (el grupo opositor más organizado), dijo que la tregua ha sido respetada en gran medida desde las 6:00 a.m. del jueves, pero que persiste una fuerte presencia de elementos de seguridad, incluyendo retenes y francotiradores.
«No hay evidencia de ninguna retirada significativa», dijo Kodmani a reporteros en Ginebra. «La verdadera prueba para nosotros es si el pueblo puede salir a manifestarse pacíficamente«.
El líder del grupo, Burhan Ghalioun, exhortó a los sirios a manifestarse pacíficamente el viernes, el día de las protestas semanales desde que comenzó el levantamiento.
«Mañana, como todos los viernes, se convoca al pueblo sirio a manifestarse con mayor énfasis y hacer que el régimen enfrente sus responsabilidades, que la comunidad internacional enfrente sus responsabilidades», dijo.