Grexit y la reelección del Mashi

Por Luis Fernando Ayala
Guayaquil, Ecuador

En principio los resultados de la elección en Grecia de este mes y las elecciones presidenciales de Ecuador del próximo año no deberían estar relacionados en lo absoluto. Sin embargo, la globalización de la economía mundial, ese monstruo neoliberal que no respeta ni siquiera a las patrias altivas y soberanas como la nuestra, trae como consecuencia que los efectos de las crisis en regiones tan distantes, tengan impactos sensibles en nuestra economía.

Es mucho lo que Grecia se juega en las elecciones del 17 de junio. Las alternativas a las que se enfrentan sus electores son igualmente duras: mantenerse en la zona euro con un draconiano programa de austeridad impulsado por un gobierno de coalición entre los partidos Nueva Democracia (derecha) Y Pasok (socialdemócratas) o renunciar a la austeridad entregándole el poder a la extrema izquierda del partido Syriza, y la probable salida del Euro, con todas las consecuencias que esto implica: colapso de gran parte de su sistema financiero, aumento de las tasas de interés y una caída aún más profunda de la producción y el empleo. De más está decir, que son los propios griegos quienes se pusieron en la situación en la que actualmente se encuentran, optando durante años por gobiernos socialistas donde la corrupción, la alta evasión tributaria, el despilfarro y el manejo de cifras adulteradas fueron la nota distintiva.

Las consecuencias para la economía europea de la salida de Grecia del euro (los mercados han acuñado la palabra Grexit para denominar este evento), serán también muy graves. Además de las pérdidas a los bancos europeos que ocasionaría un posible default griego (el BIS lo estima en US$ 69 mil millones), el principal riesgo es que se genere un efecto contagio de pánico a los sistemas financieros de Portugal e Irlanda y peor aún de España e Italia. El resultado final: una recesión profunda de los países europeos que termine arrastrando a la economía mundial.

Al Ecuador esta desaceleración de la economía europea le terminará afectando por dos vías: caída del precio del petróleo y una devaluación del euro frente al dólar. El precio de referencia para el petróleo ecuatoriano es el WTI (el crudo ecuatoriano se cotiza ligeramente por arriba), que al momento se ubica en US$ 84. De acuerdo a una proyección realizada por Bank of America Merryl Lynch, de producirse el Grexit, el WTI podría caer hasta niveles de US$ 65. Eso es una abrupta caída de los ingresos presupuestados por el gobierno de la revolución ciudadana, y mucho menos dinero disponible para gastar en año electoral. Es en situaciones de crisis como la que se proyecta, que le hubieran servido tanto al Ecuador, los fondos de estabilización petrolera eliminados por el actual presidente, a razón de que eso de ahorrar en un país de pobres es propio de neoliberales.

Pero a esto debe sumarse el debilitamiento del euro frente al dólar, que hará que las exportaciones ecuatorianas se vuelvan menos competitivas, si a esto sumamos una disminución de la demanda europea por la recesión, el efecto para nuestro comercio exterior con Europa será gravísimo, lo que hará vital compensar ese mercado con otros como el de Estados Unidos; pero sin contar con un TLC firmado (a diferencia de nuestros vecinos), con un ATPDA a punto de expirar, y sin una política comercial clara por parte de nuestra Cancillería (que está más preocupada de defender al gobierno sirio y de combatir el colonialismo), el resultado más probable es que también tengamos una abrupta caída en el ingreso de divisas por parte del sector exportador.

Ante este escenario, resulta paradójico que lo más beneficioso para los planes reeleccionistas de Rafael Correa, sea el triunfo en Grecia de quienes defienden las políticas de austeridad, propias de la larga noche neoliberal.

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