El problema de nuestra generación

Por Alejandra Coral Mantilla
Quito, Ecuador

Ocurre que a menudo nos preguntamos ¿por qué? cuando en realidad la respuesta siempre está en nosotros. Y sí, mucho se ha hablado de que ‘el cambio empieza por uno’, pero ¿sabemos qué cambiar? Quizás, la comodidad, y no en sí la pereza, sea la madre de todos nuestros vicios. El problema de nuestra generación es que se echa a la cama antes de hacerse fama. Bien lo dijo Pedro Piedra en su canción Inteligencia dormida, y parece que cada día intentáramos confirmarlo. Los planes, los proyectos, las ideas… sobran. Sin embargo, hay sequía de acciones. Lo queremos todo fácil, todo a través de contactos, todo porque lo merecemos. ¿Lo merecemos? No sé, quizás al décimo F5 que hacemos por hora, deberíamos replanteárnoslo. El problema de nuestra generación es que cree que el dinero, la fama y el amor le va a llegar por e-mail.

Bueno, pero ¿qué podemos esperar de una generación que deja a sus parejas por mensajes de Facebook? Ah, la cobardía. Qué poco sexy nos luce a veces. Seguro es más cómodo luchar detrás de una computadora, amar en 140 caracteres y cambiar el mundo subiendo la fotografía de un perrito con un mensaje en Comic Sans. Las campañas de concienciación social, cultural, política, ambiental; sobran en las redes sociales. Un me gusta aquí, un me gusta allá y fin a tanta polémica. El interés interesado. Ése con el cual pretendemos que algo nos importa —momentáneamente— sólo para que otros vean que nos importa. El problema de nuestra generación es que confunde inteligencia y éxito con títulos universitarios. Ah, las apariencias.

Citar a muchos autores en un artículo, tampoco es sinónimo de inteligencia. No se confundan. O sí, como dijo Heidegger. Sin embargo, lo más triste de nuestro caso es que nos jactamos de modernos cuando aún hay hombres que se ponen incómodos al comprar tampones y mujeres incómodas al comprar condones. La ironía, a veces, ni siquiera se toma la molestia de esconderse. Tantos doctorados en el extranjero, pero seguimos fallando en lo fundamental: el qué dirán. El problema de nuestra generación es que todavía existen mujeres que aunque saben que su novio le es infiel, creen que es peor no tener novio. Pánico escénico a la soledad. Como si detestáramos nuestra compañía.

Y tanto la detestamos que idealizar también resulta una idea genial. Claro, si podemos denunciar injusticias con favs, por qué no enamorarnos de personajes con miles de seguidores en Twitter, acostarnos con ellos y de pronto, levantarnos con personas. Ah, la realidad. Qué triste luce todo cuando nos quedamos sin Internet, y entonces, nos encontramos con la vida. El problema de nuestra generación es que se enamora de la idea de estar con una persona y no de la persona. Nos falta aterrizar. Nos falta acabar con ese espíritu hippie renacido que hace quedar mal a la Teoría de la Evolución. Pobre Darwin. Paz en su tumba.

El problema de nuestra generación es que es ésta, y no otra. Cualquiera. Tal como pensaban los de la generación anterior.

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16 Comments

  1. Es verdad lo dicho, todo.
    La actual generación y la pasada, la que todavía queda y que trata de sobrevivir en la actual; deberían «desdigitaliz@rse» un poco y ser algo más «análogas y mecánicas».
    Claro, que no estaría nada mal, recibir por twitter; la renuncia al cargo de emperador y mandamás.
    Qué bien nos haría a todos.
    Y a todas.

    • Creo que no sólo se trata de ‘desdigitalizarse’. Creo que más bien es un problema de timing, donde la tecnología avanza más rápido que nuestros cerebros. Aún sobran demasiados prejuicios, demasiadas críticas poco constructivas, existe poco discernimiento y pocas acciones. Gracias por la lectura y el comentario.

      • Le felicito por su artículo, y gracias por leer mi comentario y más aún por responderlo, eso dice mucho de usted.
        Digo «desdigitaliz@rse» UN POCO, estoy absolutamente de acuerdo en que la tecnología avanza mucho más rápido que nuestra capacidad para discernir -yo pienso que no hay nada más avanzado que los cerebros, capaces de desarrollar tecnología y todo lo demás que nos rodea-.
        En fin, la dependencia de lo que sea, es lo que crea la simpleza, la desidia y ese aletargamiento que cada día se desborda en nuestras vidas.
        Por otro lado, estoy convencido que tanto las críticas poco constructivas así como el poco discernimiento y las pocas acciones, son vicios inherentes a los seres humanos, sin importar las generaciones. La historia nos lo confirma.

    • ¿Dominación por la realidad? Sí, en parte. Comodidad, como lo dije. Comodidad con lo que somos, con lo que tenemos y con lo que logramos. Muy pocos van más allá, por miedo a la crítica, quizás ? Y luego está el procurar no contradecir nuestros discursos con lo que realmente pensamos y hacemos. Gracias por la lectura y el comentario.

      • la comodidad no es también un producto de la dominación? Podemos ser algo diferentes, si culturalmente estamos atados a la misma podredumbre de siempre? Es fácil, cuando tienes contacto con los autores correctos y puedes leerlos bajo un techo, el problema creo yo, son los que viven en constante necesidad y en entornos de violencia.. En fin. Lo bueno e importante, es que ahora somos mas quienes criticamos y protestamos..

  2. Es cierto lo que dices, sin embargo el `qué dirán´ no lo veo como un problema generacional, es un tema cultural latinoamericano de muchos más años atrás. Vivimos en una cultura en donde tienes que tener auto, casa, estudio y familia para que la sociedad apruebe tu estilo de vida, porque para la mayoría si no cumples estos requisitos, estás desperdiciando tu vida y no eres una persona madura y
    equilibrada. Distinto a algunas culturas europeas en las cuales estas cosas no son un sinónimo de éxito. A diferencia de lo que piensas, creo que nuestra generación está tratando de luchar contra esto. Estamos en medio de un ´sánduche´, halados a cada lado por lo que la sociedad impone y lo que realmente queremos hacer. El problema real es que a veces no sabemos qué queremos hacer, no es tan fácil definir ni encontrar un panorama claro y estamos en medio de esa confusión: buscando, arriesgándonos y luchando por nuestros ideales.
    La comodidad no lo veo como un problema de actitud. Es que a veces es complicado hacer lo que queremos en países como los que vivimos, en dónde muchas veces debemos meternos en una oficina 24/7 hablando del dólar y del precio del petróleo, en vez de poder vivir de la pintura o de las artesanías,
    para poder tener un estilo de vida cómodo (no hablo ni siquiera de lujos). La comodidad de la que hablas existirá siempre en ciertos grupos de personas de esta, de la anterior y de futuras generaciones. El problema de nuestra generación es díficil de definir y evidenciar, pero lo que expones sigue siendo real y esperemos que en un futuro pueda cambiar.

    • Sí, tienes razón en lo primero. El punto es que ¿cuánto tiempo más tardaremos en encontrar eso que buscamos o queremos cambiar? Sólo espero que cada vez sean más los que se salgan del sánduche generacional y cultural. Y en la segunda parte, no estoy tan de acuerdo. He aprendido que no depende del lugar. No podemos culpar a un país o a una ciudad por nuestro destino y simplemente conformarnos con eso o hacer el mínimo esfuerzo. Puedes estar encerrada en una oficina 24/7 aquí, y en Europa, da igual. El punto es que cada uno de nosotros recuerde lo que realmente le importa a cada uno, y hacerlo. Y no necesariamente la salida es el arte. El arte no es sinónimo de libertad ni felicidad tampoco. (Y lo digo desde mi visión de actriz). Una persona puede sentirse realizada y aportar algo nuevo a su alrededor trabajando en una oficina 24/7. El punto, y lo importante aquí, consiste en hacer más de lo que decimos y abrir nuestra mente alejándonos de las críticas banales. Muchas gracias por tu comentario y por leerme. Un abrazo.

  3. Es una certeza que está generación es super cómoda, agregando el hecho de que se les ha facilitado la vida, en todo sentido. Parte de la comodidad de la que gozan los niños y jóvenes en la actualidad se debe a padres consentidores, padres que tuvieron que lucharla muy duro, padres que en muchos casos tuvieron que trabajar desde niños, talvez por necesidad o talvez porque la exigencia académica no es como la actual, haciendo que a tempranas edades tengan que salir a trabajar. Y en vista de la dura vida que afrontaron esos padres, buscan la forma de que sus hijos no pasen las mismas necesidades que ellos tuvieron que soportar.
    En algunos casos no solo se cubren todas las necesidades de los chicos, sino que va a un consentimiento casi absurdo de sus gustos. Ahora veo a niños con teléfonos celulares inteligentes, tablets, ipads, consolas de video juegos, en fin, una gama de productos tecnológicos que dejan en banca rota a cualquier hogar. Y pobre del padre que no complazca los caprichos de sus hijos…
    Sobra mencionar que las conversaciones ahora se dan en las redes sociales, se conoce más de la vida del resto por facebook que haciendo una llamada telefónica para saber como están nuestros amigos y familiares. Antes lo haciamos saliendo a la esquina del barrio, saliamos a conversar, había partidos de fútbol en la mitad de la calle demostrando las verdaderas capacidades de cada uno y no manejando controles en el dormitorio de la casa, con una cola cola y unos snacks para así empeorar el sedentarismo juvenil.
    Antes ibamos por horas a la biblioteca para buscar libros de donde sacar el deber para presentar al siguiente día, y de pasó se hacía amigos y amigas. Luego, recien ibamos a la casa para hacer la tarea. Ahora el internet coarta esa investigación directa pasando a una tecleada rápida en google, en donde en un par de segundos conseguimos lo que buscamos, y listo, ctrl c y ctrl v y el deber está acabado.
    No es que la tecnología sea mala, es que a la nueva generación hay que enseñarle más el verdadero valor de las cosas, enseñarles un poco la necesidad para que aprecien el esfuerzo de sus padres y que así puedan por sí solos buscar su mejor futuro.

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