Lo que no se puede decir

Por: Marlon Puertas
Guayaquil, Ecuador

Prohibidos como estamos por la máxima autoridad que rige nuestro país por contadas horas, de referirnos ni de chiste a quienes el domingo van a sufrir la angustia de no saber si al final del día podrán considerarse queridos, odiados, despreciados o ignorados, es decir, los candidatos, tenemos -los incluyo a ustedes- la penosa necesidad de desviarnos del tema y tratar de buscar una alternativa que no nos acarree una multa de cien mil dólares, que no los tienen ustedes y yo menos.

Así que hablemos de otra cosa. Un tema chévere y alejado de lo electoral es la fuga de La Roca. Podemos apostar quién va a ser el primer ministro que renuncie por estricto sentimiento personal de responsabilidad. Yo digo que el Ministro del Interior. ¿Ustedes dicen que la ministra de Justicia? Bueno, apostemos. ¿Que hay la posibilidad de que no renuncie nadie? Esa tercera opción no estaba considerada, porque se supone -se supone nomás- que ante tamaño acto de desprestigio a la imagen de país seguro que vendemos a nivel internacional, alguien debe lavar los platos sucios. Y que en vez de que alguien les diga muchas gracias, lo que es feo, sean ellos los que agradezcan primero.

Me acaban de comunicar que tampoco debemos hablar de La Roca, porque algún candidato puede sentirse perjudicado por los comentarios que aquí estamos haciendo. Gracias por avisar, aunque ya me dio pereza cambiar lo de arriba.

Vamos a otro tema. Hablemos de fútbol. De lo lindo que jugó Barcelona en Montevideo y de lo bien que está jugando Emelec en este campeonato. Si hasta parece que tuvieran apoyo de gente que sabe de fútbol. Gracias Noboa. Gracias Neme. ¿Que estos dos también tienen claras preferencias políticas y no podemos referirnos para nada a ellos? ¿No podemos recordar que siendo un Noboa presidente el ídolo volvió a salir campeón después de 14 años? ¿No podemos recordar que el hincha de Carondelet de Emelec es el causante de su salazón? Ya la embarré de nuevo, no era la intención.

Hablemos de cosas del extranjero. De la renuncia del Papa, que ha generado tantas reacciones, sobre todo porque dicen que está mal que un Papa renuncie, porque sería como bajarse de la cruz. O sería como dejar a un proyecto revolucionario a medias, prefiriendo la comodidad de un hogar en el extranjero, a ser testigo de los frutos que ha dejado su cosecha en tanto tiempo de ejercer el poder. ¿Que de nuevo me estoy metiendo en temas electorales? Para nada, solo es una reflexión acerca del desapego al poder que tienen ciertas personas y la pasión desenfrenada que tienen otras para llegar hasta él y no soltarlo nunca.

Como no me quiero meter en líos con la autoridad suprema de estas horas, paremos la cosa. Mejor quedémonos mudos hoy sábado, en actitud de quienes se preparan para al día siguiente dar el gran golpe, el gran salto a la libertad. Como los de La Roca, que debieron estar bien calladitos el domingo de carnaval para que nadie sospeche que al día siguiente, darían tremenda sorpresa. Otra vez me metí con el tema electoral de La Roca. Me callo. Hoy no hay tema de conversación.

* Marlon Puertas es Editor Nacional de HOY. Su texto ha sido publicado originalmente en HOY.