Demolición

Juan Jacobo Velasco
Santiago de Chile, Chile

Uno puede imaginar las emociones que en su fuero interno albergó Rafael Correa en la consulta de 2011. El bamboleo del festejo-bochorno-victoria al fin de la consulta que le dejaron un sabor agridulce en la boca y muchas lecciones. Si algo tiene desarrollado el hoy re-reelecto presidente es la inteligencia, el deseo de revertir los traspiés y un ansia de victoria ojalá avasallante. En menos de dos años, los mensajes que se abrieron entonces, pavimentaron (nunca mejor dicho) la carretera de la supervictoria de este domingo. RC tenía que ganar apuntalando los flancos expuestos en 2011. Tenía que vencer con el mandato de reforzar el proyecto. Tenía que repetir, de manera aún más contundente, el halo triunfal que lo ha precedido y que le dará cabida en la historia de nuestro país en un acápite que solo el tiempo y la verdad que se descubra después van a poder delinear con justicia.

Tenía que demoler. Y lo hizo.

Porque el del domingo 17 fue un resultado demoledor, que no deja dudas y sí muchas razones que se pueden analizar con más frialdad ex post. RC es un fenómeno nacional sin precedentes en la democracia. Ha ganado prevalido de un mensaje que mezcla muchas cosas. Es nacionalista –lo repite hasta cuando sueña- y ganó con holgura en todo el país. Es una mezcla exacta entre juventud (era el tercer candidato más joven) y experiencia (seis años en el ejercicio del poder, que ha sabido vender que extrema habilidad sus éxitos) que sumado a su carisma y la construcción de su imagen lo tienen posicionado en el imaginario nacional, generando una suerte de RC-filia que implica un grado de penetración en sus simpatizantes (más de la mitad de los electores) que no aceptarán ninguna evidencia que melle el altar en donde lo tienen.

A sus características innatas como candidato se suma todo el trabajo de relojería para anestesiar la campaña, confeccionar las reglas del juego –aplanando el campo para RC, volviéndolo empinado para el resto- y vender unos logros que no tienen el contrapeso del análisis sobre sus costos. Todos estos elementos los plasmó gracias al control institucional, a una publicidad sin cortapisas y a una coyuntura económica muy favorable.

Pero creo que todo esto no es suficiente para explicar cómo pudo construir un resultado tan aplastante como el que obtuvo este fin de semana. RC fue el único candidato que amplió su tajada en el tablero electoral. ¿No fue el caso de Lasso? ¿No lo fue el de Rodas? No. La derecha o la centroderecha alcanzaron menos de lo que su potencial les debería permitir. El populismo de Lucio, Noboa y el PRE fue reducido a su mínima expresión en relación a lo que reportaron en estas tres décadas y media de democracia. Incluso la centroizquierda y la izquierda fueron arrasadas por la onda expansiva del meteoro que de los Urales pasó a tierras ecuatoriales.

La explicación es relativamente sencilla: la gracia de RC es su increíble capacidad para mimetizarse con todo el espectro electoral. Puede ser todo lo izquierdista, populista y centroderechista que sea posible para ganar una elección. No lo hace burdamente. El “proyecto” es un animal fusiforme, un verdadero camaleón que toma el color y la forma requeridos, que al alero de un político carismático y el sello “Ecuador” (la venta de un compromiso con el país que probablemente ningún candidato ha sabido vender como Correa) se convierten en una suerte de llave mágica alquímica que le ha brindado los triunfos a RC.  Pero ninguna victoria tan demoledora y, pensando en la misma salud de la democracia en el mediano y largo plazo si el “proyecto” se hace carne en una promesa de control total, preocupante como la del domingo 17.

Más relacionadas

2 Comments

  1. Soy Correista y muchas veces «cegato».. incluso con posiciones y epitetos que antes me molestaban ahora ya me los paso.. y si es verdad el caracter de Mi Presi es volatil incluso on destellos de patan!! no lo niego, pero incluso en nuestra empresa tenemos a uno de esos pero es el mejor colaborador dedicado honesto justo y muchas veces lo puteamos pero ni estando demente lo despediremos… si acepto que hay errores pero en la gran balanza hay mas aciertos.. pero tambien NO es menos cierto que si no hubiera trabajo y proyectos buenos… no estaria tan afecto!!!.. me gusto tu escrito

  2. Soy Correista y muchas veces «cegato».. incluso con posiciones y epitetos que antes me molestaban ahora ya me los paso.. y si es verdad el caracter de Mi Presi es volatil incluso on destellos de patan!! no lo niego, pero incluso en nuestra empresa tenemos a uno de esos pero es el mejor colaborador dedicado honesto justo y muchas veces lo puteamos pero ni estando demente lo despediremos… si acepto que hay errores pero en la gran balanza hay mas aciertos.. pero tambien NO es menos cierto que si no hubiera trabajo y proyectos buenos… no estaria tan afecto!!!.. me gusto tu escrito

Los comentarios están cerrados.