Israel destruye cargamento de misiles sirios, destinados a Jezbolá

BEIRUT, Líbano (AP) — Israel se apresuró el domingo a reforzar sus defensas antiaéreas en la frontera norte para protegerse de una posible represalia después de dos ataques aéreos contra Siria en las últimas 48 horas, una escalada sin precedentes de la participación de Israel en la guerra civil siria.

Siria y su mayor aliado, Irán, enviaron señales de una posible respuesta, aunque la retórica en las declaraciones oficiales pareció relativamente menor.

A pesar de nuevas preocupaciones de una guerra regional, autoridades israelíes indicaron que seguirán tratando de impedir lo que consideran es el empeño de Irán en enviar armas avanzadas a la milicia libanesa Jezbolá antes de un posible colapso del régimen del presidente sirio Bashar Assad.

Israel ha amenazado repetidas veces con intervenir en la guerra civil siria para detener la transferencia de armas capaces de inclinar la balanza militar a favor de Jezbolá, un grupo respaldado por Siria que se enfrentó con Israel durante una guerra de un mes en 2006.

Luego de efectuar un ataque aéreo en enero que se presume destruyó un cargamento de misiles antiaéreos dirigido a Jezbolá, Israel se había mantenido fundamentalmente al margen. Eso cambió el fin de semana con un par de bombardeos, entre ellos un ataque a un extenso complejo militar cerca de la capital, Damasco, a primeras horas del domingo, que provocó varias explosiones fuertes.

El gobierno y los militares israelíes se negaron a comentar al respecto. Pero un alto funcionario israelí dijo que los ataques fueron contra cargamentos de misiles Fateh-110 dirigidos a Jezbolá. Los misiles guiados, de fabricación iraní, pueden llegar muy dentro de territorio israelí y detonar ojivas explosivas de media tonelada con gran precisión. El funcionario habló a condición de no ser identificado porque se trataba de una operación militar encubierta.

Por su parte, el gobierno de Siria calificó los ataques de una «violación flagrante de las leyes internacionales» que ha dejado al Oriente Medio en una situación «más peligrosa». También alegó que los golpes aéreos israelíes probaron los nexos del Estado judío con grupos rebeldes que tratan de derrocar al régimen de Assad.

El ministro de Información de Siria, Omran al-Zoubi, leyendo una declaración del gabinete después de una reunión de emergencia del gobierno, dijo que Siria tiene el derecho y el deber de «defender a sus pueblo con todos los medios disponibles».

Funcionarios militares israelíes creen que Assad no tiene muchos deseos de abrir un nuevo frente con Israel en momentos que está preocupado por la supervivencia de su propio régimen. Más de 70.000 personas han muerto desde que comenzó el levantamiento contra Assad en marzo de 2011 y funcionarios israelíes opinan que la caída del régimen es sólo cuestión de tiempo.

Sin embargo, Israel pareció tomar en serio las amenazas de Siria, por lo que desplegó el domingo dos baterías de su sistema de defensa antiaérea Domo de Acero y dijo que la medida es parte de «evaluaciones de la situación».

Israel afirma que el sistema Domo de Acero derribó cientos de cohetes de corto alcance durante los ocho días de enfrentamiento contra extremistas de Hamas en Cisjordania en noviembre pasado. Jezbolá disparó unos 4.000 cohetes contra Israel durante la guerra de 2006 y el Estado judío cree que el grupo tiene ahora decenas de miles de cohetes y misiles.

El despliegue del sistema Domo de Acero siguió a un sorpresivo simulacro israelí la semana pasada en que varios miles de reservistas participaron en un ejercicio militar en el norte. En otra posible señal de preocupación, Israel cerró el domingo su espacio aéreo sobre el norte del país a los vuelos civiles y fortaleció las medidas de seguridad en sus embajadas, informaron medios israelíes. El gobierno no confirmó ninguna de las dos medidas.

En un reflejo del temor de los israelíes de a pie, el servicio de correos, que ayuda a distribuir máscaras de gas entregadas por el gobierno, dijo que la demanda aumentó el domingo a cuatro veces su nivel normal.

El viceministro de Defensa de Israel, Danny Danon, no confirmó ni negó los ataques aéreos. Pero sí afirmó que Israel «está protegiendo sus intereses y lo seguirá haciendo en el futuro».

«Israel no puede permitir que armas, armas peligrosas, caigan en manos de organizaciones terroristas», declaró a la Radio del Ejército.

Funcionarios militares israelíes han identificado varias armas estratégicas que afirman no se puede permitir que lleguen a Jezbolá, como las armas químicas sirias, el cohete iraní Fateh-110, los cohetes Scud de largo alcance, los misiles Yakhont, que pueden alcanzar barcos desde la costa, y los misiles antiaéreos de fabricación rusa SA-17. El ataque israelí de enero destruyó un cargamento de misiles SA-17 destinados a Jezbolá, según autoridades estadounidenses.

Funcionarios israelíes dijeron el domingo que creen que Irán está arreciendo sus esfuerzos por enviar de contrabando armas a Jezbolá a través de Siria debido a preocupaciones de que los días del régimen de Assad estén contados.

Agregaron que los Fateh-110 llegaron a Siria la semana pasada. El bombardeo del viernes fue contra una zona del aeropuerto de Damasco donde estaban almacenados esos misiles, mientras que el segundo golpe a primeras horas del domingo fue contra el resto del cargamento, que había sido trasladado a tres áreas cercanas, dijeron los funcionarios.

Se cree que ninguno de los misiles iraníes llegaron a Líbano, explicaron los funcionarios, quienes hablaron a condición de no ser identificados porque estaban discutiendo una evaluación de información confidencial.

Los ataques crean un dilema para el abrumado régimen de Assad.

Si no responde, da la imagen de ser débil y abre las puertas a más ataques. Pero cualquier represalia militar contra Israel crearía el peligro de arrastrar al Estado judío y sus poderosas fuerzas armadas a un conflicto más amplio. Con pocas excepciones, Israel y Siria no se han enfrentado directamente en unos 40 años.

Los ataques aéreos ocurren en momentos que Washington estudia cómo responder a señales de que el régimen sirio puede haber usado armas químicas en la guerra civil. El presidente Barack Obama ha dicho que el uso de esas armas es una «línea roja» y que el gobierno está sopesando sus opciones.

La Casa Blanca declinó por segundo día comentar sobre los ataques aéreos, pero dijo que Obama opina que Israel, como nación soberana, tiene el derecho de defenderse de amenazas de Jezbolá.

«Los israelíes están justificadamente preocupados por la amenaza que significa que Jezbolá obtenga sistemas avanzados de armas, como algunos cohetes de largo alcance», dijo Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, quien agregó que Estados Unidos tiene una «coordinación estrecha» con Israel, pero se negó a ofrecer más detalles.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, también pareció respaldar a Israel al decir al noticiero de televisión Sky News que «todos los países tienen que atender a su propia seguridad nacional».

Irán condenó los golpes aéreos y un alto funcionario ofreció indicios de una posible represalia de Jezbolá.

El general Masoud Jazayeri, asistente del jefe del Estado Mayor de Irán, dijo a la estación de televisión estatal iraní Al-Alam, que transmite en árabe, que Teherán «no permitirá que el enemigo (Israel) afecte la seguridad de la región». Y agregó que «la resistencia responderá a la agresión israelí contra Siria». El término «resistencia» se usa para identificar a Jezbolá y a Hamas, un grupo extremista palestino contrario a Israel apoyado por Irán.

Irán ha entregado asistencia financiera y militar a Jezbolá desde hace decenios y ha usado a Siria como vía para ambas cosas. Si Assad cayera, esa vía pudiera quedar eliminada, lo que significaría un fuerte golpe a la capacidad de Jezbolá para enfrentar a Israel.

Israel parece estar asumiendo un riesgo calculado de que los golpes aéreos no provocarán una respuesta de Siria, Jezbolá e incluso Irán.

Pero Salman Shaikh, experto del Centro Brookings en Doha, Catar, advirtió: «Todo esto nos pudiera llevar a un conflicto más amplio».

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Por JOSEF FEDERMAN y KARIN LAUB BEIRUT, Associated Press. Federman reportó desde Jerusalén. Los periodistas de The Associated Press Ian Deitch y Diaa Hadid, en Jerusalén, y Bassem Mroue y Ryan Lucas, en Beirut, contribuyeron a este despacho.

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